Tampico, Tamaulipas. - El obispo de la Diócesis de Tampico, José Armando Álvarez Cano, se mostró preocupado por el cúmulo de agresiones que han estado sufriendo mujeres y niñas en todo el país, como los recientes casos de Ingrid y la pequeña Fátima.

Advirtió que Tamaulipas no está privado de este escenario hostil que avasalla los derechos de las mujeres en casa, en la vía pública y hasta en el centro de trabajo, es por ello que debe existir mayor compromiso de las familias para la educación de las personas.

Declaró que existen muchos factores que están involucrados para contener y frenar esta atmósfera, desde la vida al interior de las familias hasta la responsabilidad que deben tener las autoridades de acuerdo a su ámbito de competencia, o la violencia irá creciendo.

Insistió que protocolos o medidas de control en lo general deben revisarse y aplicarse siempre, y no esperar a que sucedan hechos violentos, de agresión y de irresponsabilidad en las dependencias para actuar en forma dura y enérgica, cuando eso se debe aplicar de ordinario.

Aceptó monseñor Álvarez Cano que actualmente está ocurriendo que en muchas personas hay una pobreza de valores tan grande, que las lleva a cometer atrocidades inimaginables en contra de las niñas y las mujeres.

Reiteró que los valores se toman desde la familia y es ahí donde se deben realizar más acciones para que los niños, niñas y mujeres no sufran agresiones en otros ámbitos, después que el respeto a la vida no debe desviarse hacia caminos o rutas que después se esté lamentando por parte de las autoridades.