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Trash Challenge en nuestras playas

Por: Carlos Santamaría El Día Domingo 24 de Marzo del 2019 a las 13:16

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Motivados con la campaña denominada Trash Challenge, decenas de cientos de jóvenes gallegos iniciaron una jornada muy tempano en diversas playas de aquel paraíso de la naturaleza, para unirse a la campaña de limpia de las que serán sus “guaridas” de Semana Santa: sus rincones de recreo y descanso: sus playas y tesoros naturales. inmediatamente se nos vino a la mente la imagen de la playa Miramar, en ciudad Madero, o las playas de Altamira, Barra del Tordo o Matamoros, sin olvidar La Pesca, en Soto la Marina

Este tipo de campañas siempre se han visto como cosa “rara”, aunque debiera ser la constante en espacios junto al mar. Hemos visto a través de redes sociales y medios de información serios, una serie de imágenes aterradoras en las que se vislumbran las islas de desperdicios que hay en los mares, o cómo en las playas se junta un número importante de toneladas de basura que afectan el ecosistema existente aún.

Vemos imágenes de tortugas o delfines enredados en plásticos y cordeles que les ahorcan y asfixian de una manera criminal, gracias a la forma tan inconsciente en que nos conducimos los “amantes” de las playas.

Y ahora que viene la Semana Santa y sus encantos se circunscriben a las playas, sería bueno comenzar a hacer un “trash challenge” similar, y hacer algo por nuestros espacios naturales, los que la madre naturaleza nos ha regalado y no hemos sabido cuidar de ninguna forma.

Es normal encontrar en la arena de cerca de la orilla colillas d cigarro enterradas, trozos de vidrio de envases de cerveza, latas ocultas en la arena o bolsas de botanas que se “olvidaron”, sin embargo, somos muy exigentes con la autoridad y hasta les decimos todo lo que se nos ocurre cuando somos objeto de una agresión de esa naturaleza, es decir, cuando hay una basura en el espacio que hemos elegido para poder convivir o descansar.

Somos, como dijera David, muy “picuditos”, pero no queremos hacer nada por mejorar nuestro entorno.

Las autoridades correspondientes, es decir, de Altamira y Madero, han instrumentado programas para tener las playas en condiciones inmejorables para que los paseantes podamos disfrutar de esa maravilla que Dios y la naturaleza nos regalan y tenemos latente y presente todo el año, pero es importante, por un lado, reconocer el gran esfuerzo que implica limpiar las playas, y por otro lado, participar de la manera más sencilla.

Lleve una bolsa de plástico cuando vaya a la playa y reúna todos sus desperdicios, naturales y de otro tipo, y de ser posible, resguárdela separada, aunque ya nos haría un gran favor -y se lo haría- si reunimos todo lo que desechamos para que no se divague.

Es cierto que la autoridad debe garantizarnos servicios públicos, pero lo anterior no justifica que andemos como el Ecoloco, aquel famoso personaje de “Odisea Burbujas” que ensuciaba todo lo que encontraba a su paso. No somos seres vivos que debamos ser inconscientes: tenemos que participar y exigir a la autoridad con acciones, es decir: yo limpio, tú, ¿limpias? Y entre todos disfrutar de esos espacios tan maravillosos.

Desgraciadamente las playas se convierten en enormes cantinas, víctimas de un grupo de gamberros que lo único que saben es emborracharse en esos espacios, dejando a su paso basura, desperdicios, mal ambiente y porquerías, pero no podemos evitarlo, así que participemos todos en el llamado “Trash Challenge” y hagamos de las nuestras las mejores playas del mundo, que mucho lo merecemos.

La verdad es que, disfrutar de unos minutos en Miramar no tiene precio: es uno de los más encantadores placeres de la vida, y si a eso agregamos que sea una playa limpia, tendremos mucho, pero mucho que ofrecernos a nosotros mismos.

Hagamos de nuestros espacios sitios dignos para disfrutar los días de descanso, asueto, de reflexión. Pongamos donde se debe los desperdicios y participemos en la mejora del planeta que, finalmente, es nuestra casa, y cuando uno tiene bien o mal su casa, eso habla mucho de la persona en cuestión.

Comentarios: columna.entre.nos@gmail.com

Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.

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