Ha sido una bandera de todos y nadie ha dado “pie con bola”, como se dice popularmente: el agua potable sigue siendo un problema en Ciudad Victoria, y llama la atención que el actual gerente de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado diga que es asunto de estiaje y nada más. No. El problema se dejó crecer y ahora estamos pagando las consecuencias.

Por allá de los ochentas del siglo pasado, Antonio Navarro Beltrán, entonces gerente de la Coapa -así se llamaba- decía en una entrevista hecha por el suscrito que “si el agua se pudiera fabricar, ya hubiéramos comprado la máquina para hacerlo”, refiriéndose al grave problema que vivíamos y que ya daba dolores de cabeza.

Entonces, se inauguraban los pozos de la zona norte: el acueducto ni a sueño llegaba. El estiaje y las condiciones naturales nos dejaron sin un abasto adecuado. Había marchas de personas que con cacerolas salín a exigir el servicio como sucede hoy, solo que antes eran más aguerridas y realmente exigían a una autoridad rebasada por las necesidades.

Hoy, también la autoridad ha sido rebasada, pero la gente ya no se queja porque argumentan que no les hacen caso.

El gerente actual anunció que habría una inversión de sesenta y tantos millones de pesos para aliviar el problema, solo que no dijo de donde sacará agua. Recordemos, hace 30 años, el gobernador Américo Villarreal Guerra inauguraba el acueducto de la Presa Vicente Guerrero y sentenció que dentro de 30 años debía contarse con una segunda línea de abastecimiento.

Los gobiernos siguientes, ávidos de dinero, riquezas y poder, se olvidaron de nuestras necesidades. Egidio Torre Cantú hizo caso omiso a la recomendación hacha por Américo y prefirió gastar el dinero de todos en aspectos que son aún muy dudosos.  La segunda línea del acueducto nunca llegó y ahora tenemos problemas de abasto de agua. Hay que imaginar lo que nos espera en tiempos de estiaje real y no oficial como marca el gerente de hoy.

Miente quien diga que nos va a dar agua a manos llenas.

Hay que considerar la mancha poblacional: somos muchos y la necesidad se ha incrementado por aspectos naturales., a eso, agregue el desperdicio que hace la gente que “barre” banquetas con agua o sus carros son objeto de dilapidación del líquido con el absurdo argumento de “yo la pago y hago lo que quiero”, sin pensar en los demás que no tienen el líquido.

Dos factores: mucha gente y poca agua, además, una empresa no apta para otorgar el servicio y si agrega también una tubería más vieja que nada, que ocasiona que aproximadamente el 40 por ciento del agua que llega se desperdicie en fugas. Pues estamos fritos por donde se vea.

Tenemos que aprender a vivir con dos aspectos relacionados con el agua: el primero se refiere al cambio climático que nos ha perjudicado enormemente y ahora hay menos lluvias, y la sequía nos pasará factura; el otro, sin duda alguna, es la enorme y declarada ineficiencia de una autoridad municipal incapaz de solventar necesidades ciudadanas por andar bailando y perdiendo tiempo y recursos en otras cosas.

Sería realmente impactante que pudiéramos contar con agua potable en Victoria. Ni el dinero que se va a inyectar ayudará en tanto no se ponga en funcionamiento el acuaférico que quedó en veremos con la actual administración, y que promete ser una alternativa viable para conjurar la escasez.

Realmente se nos viene un problema mayúsculo a casi todos los victorenses, y tenemos que pensar como vamos a vivir sin agua en esos meses que, ante la gran sequía y las zumba-jornadas nos afectan. El dinero que se va a inyectar es muy bueno, pero hace falta más. Es importante en primera instancia que todo mundo pague sus adeudos a la Comapa, y por otra parte, que ésta nos responda con acciones reales y deje de gastar el dinero en campañas electorales, como veladamente se ha hecho por años.

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.