PES son las siglas de una caterva de vividores que encontraron en la política chicharronera la forma de vivir del erario sin devengar un centavo siquiera. PES son las siglas que afortunadamente la autoridad electoral ha dado de baja de una lista mjy grande de cuadrillas de sinvergüenzas que se disfrazan de políticos y viven lucrando con el dinero de un pueblo humillado, herido, molesto de ver uba supuesta clase política hinchada en dinero ajeno, y sin la forma mínima de que se haga justicia, y además de todo, tener que tratar a estos bandidos como si fueran gente honorable.

Cínicamente los vemos en el Casino, en el Campestre simulando una honorabilidad que no conocen, y ahora que el tribunal les ha puesto en su sitio, anuncian en voz de la regidora de Ciudad Madero Nury Romero Santiago que seguirán succionando del presupuesto, pero para ello harán el robo legal, es decir, inventarán otra franquicia para seguir viviendo sin trabajar y con nuestro dinero.

La pregunta que nos hacemos la mayoría de los mexicanos es hasta cuándo les pondrán un hasta aquí a estos sinvergüenzas que gustan de vivir de una política mal entendida. Tenemos también, por ejemplo, los de Movimiento Ciudadano que no pierden motivo para colocar a algún familiar como parte de la lista a las diputaciones, aunque sean las de chiripa, porque de esas también se vive.

No llenan: viven como ricos y son más infelices que cualquiera, porque no tienen llenadera y quieren seguir pegados a los cheques oficiales.

Ni la 4T ni nadie ha podido frenar la avaricia de estos individuos que seguirán viviendo de presupuestos ajenos, sin dar cuenta de ello y haciendo una serie de trácalas políticas, ungiéndose como personas honorables y sensibles, cuando no tienen idea lo que es comer una tortilla fría, o cenar un bolillo comprado en la mañana de ese día.

No. Presumen de una vida ostentosa, con automóviles de lujo que deben y muchas feces no pagan porque su rapacería es enorme.

Urge un Congreso en el país que ponga freno a tanto partidillo político, a tanto grupo que no justifique su existencia en aras de una mal entendida equidad.

Dicen algunos que los plurinominales, o diputados de chiripa o por obra y gracia del más asqueroso y cínico dedazo y amiguismo que se requiere tener voces distintas, que porque si no, habría solo de uno o dos partidos.

El columnista se ha preguntado si se requiere que tenga representatividad un partido que no es capaz de juntar una decena en una pelea de luchadores, o no es capaz de gastar cien pesos en propaganda electoral.

Si los porcentajes funcionaran, los que tienen gente seguidora tendrían más representatividad, y los parásitos políticos desaparecerían, y es necesario que se hagan más enérgicos estos reglamentos: el dinero que se les otorga, que sea por votos, pero no con los porcentajes ridículos que autoriza la autoridad electoral. Que les cueste ser vividores al menos.

Dice la regidora maderense que es un sacrificio el que están haciendo, y que es solamente una transformación. Areciera que la dignidad y el decoro nunca los conoció, porque no se puede pensar en seguir pegados a la ubre política sin merecerlo.

Y todavía se atreve a decir que contaron mal los votos, y pro la mala distribución no alcanzaron el registro. Eso es no tener vergüenza, porque en aritmética básica uno mas uno son dos siempre, y quien tiene cuatro tiene más que el que tiene dos. Que no le busquen pretextos para seguir viviendo de los demás. Sería muy interesante que al menos una vez en su vida se pusieran a trabajar.

Enoja, exacerba el cinismo y la desfachatez con que se conducen, como lo hace la regidora y seguramente los pseudo políticos que dirigen esa franquicia de vividores, gente sin oficio ni beneficio que vive de los demás.

Ya al columnista le dan ganas de, en una carne asada, juntar a 8 o 10 amigos y hacer un partido político, y así se quitarían todos de trabajar, siempre justificando con un discurso incendiario pretendiendo ser pueblo.

Vividores, es lo que son, y no hay más concepto más claro que el anterior.

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.