Cuando niños no creíamos mucho en aspectos científicos: la verdad es que poca importancia dábamos a ellos, y sobre todo, no había tal facilidad para hacerse de información de toda índole. La primavera llegaba el 21 de marzo, el mismo día en que México celebra el natalicio de uno de los personajes más importantes de nuestra historia como lo es Benito Juárez.

Pero en el aspecto de la primavera, nos enseñaron en el jardín de niños -hoy guarderías o estancias- que el 21 llegaba y las flores y pajarillos brotaban en todas partes: era una época muy hermosa y vistosa, que siempre era acompañada de dibujos de muchos colores.

Renacer… ¿realmente se renace en primavera? Científicamente está comprobado su papel protagónico, Aunque para muchos es en verano cuando hay mejores pastos y más, por lo que podría tomarse la primavera como el preludio, la antesala del progreso.

Y en México esperamos una primavera política, donde haya realmente un renacimiento partidario y social, y donde podamos estar entre personas justas, autoridades justas y devolver un poco a la humanidad lo que le hemos roba do, incluyendo el cambio climático que, aunque muchos lo niegan, es el causante de tantos desfiguros de clima, lluvias y todo eso que nos aqueja y atormenta.

Es tiempo para los partidos políticos en Tamaulipas de renacer socialmente y dejar de ser lo que todos o la gran mayoría creemos que son: una máquina para alimentar y enriquecer a unas cuentas familias, llenos de gente insensible y deshonesta, para convertirse realmente en grupos sociales y políticos que se preocupen por el bienestar de los demás, y a través de sus programas, proyectos y acciones sean factor de cambio que realmente urge en el país.

Todos tenemos una inclinación partidista, aunque muchas veces no manifiesta, y en ese tenor, entendemos que el voto favorecerá a tal o cual candidato, por lo que inclusive, hacemos algo de campaña para convencer a nuestros allegados en ese sentido y orientar el voto. No es ilícito, porque todos queremos bienestar de acuerdo a nuestro criterio, y es válido que los partidos hagan su luchita, pero por favor, que lo hagan con gente honorable, digna de confiar en ella, y se dejen de mentiras y actitudes de señores y dioses que tanto afectan y enojan a la gente.

Es hora que los partidos políticos entiendan su papel en este mundo, en la sociedad, y realmente se comprometan a ser lo que todos deseamos que sean, y dejen realmente de aparentar lo que no nos reflejan.

Conforme pasan los días, los institutos políticos han estado haciendo una importante labor, y en ese sentido, se buscan más simpatizantes que no se dan por decreto: los afiliados o simpatizantes se acercan porque les ha convencido algo y porque quieren un cambio, o están muy a gusto con lo que están viviendo.

Y no dejamos de pensar en que la mejor campaña electoral se hace desde el poder aunque no se quiera: cuando un gobierno responde a las expectativas de los ciudadanos está trabajando por sus iguales y hace que la ciudadanía siga votando por ellos. Hay quien se inconforma pensando que es ilegal, pero es natural que se piense en ello.

Así que la responsabilidad de la clase gobernante es seguir trabajando por su causa y convencernos de seguir en el mismo camino, so pena de que los electores busquemos otra opción.

No hay mucho que esperar, pero es importante señalar que la función de cada servidor público es la mejor campaña política que pudiera hacer en pro de su partido, y la idea es darnos una opción valedera para votar, y en ese sentido, convencernos de que realmente estamos haciendo lo correcto.

Lo que no debemos dejar es la participación, es decir, hay que participar y entregar nuestra opinión, a favor o en contra, pero que se haga notar, porque entonces, si no participamos no tenemos cara para quejarnos.

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.