En la víspera se cumplieron los primeros cien días del régimen presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

Pero por ser día inhábil dispuso ofrecer hasta hoy un recuento de su gestión, para seguramente repetir su letanía de que México enfrenta una cuarta transformación –el movimiento independentista, la reforma y la revolución, los toma como antecedentes--, combatiendo a los corruptos y conservadores.

Y llega con la más alta calificación de que se tenga memoria.

Sin embargo poco puede esperarse del discurso elaborado ex profeso, porque en tan corto tiempo, aunque ha trabajado fecundamente, apenas se nota un cambio de actitud presidencial, pues en la práctica el pueblo está más jodido que nunca con tanto incremento de precios a la canasta básica, los combustibles, servicios e impuestos.

‘Serenos’, dirá en su perorata –lo advierto--, ‘estamos avanzando pese a la reacción de mafias y enemigos del pueblo’, ratificando su oferta de ir al rescate de quienes menos tienen.

Igual consignaría la ‘limpia’ en Petróleos Mexicanos (Pemex) --aunque no explique el por qué e precio de los combustibles siga aumentando--, la creación de la Guardia Nacional y la renovación de la política social que, por cierto, sólo privilegia a unos cuantos.

En fin,  esperemos su mensaje.

Triunfalismo baladí

Pululan en las redes sociales comentarios superficiales de precandidatos al Congreso local.

Unos intentando atrapar el interés ciudadano golpeando el actuar de la autoridad gubernamental federal, estatal y/o municipal en turno, aunque sin aportar prueba alguna de sus dichos; otros promoviéndose como ‘adalides’ y, lo peor, hay quienes rayan en la cursilería.

Al través de internet, todos buscan impactar al conglomerado electoral.

Los priistas, con razón justificada, argumentan el cuestionable ejercicio de los alcaldes de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Victoria y Tampico al menos; y las huestes de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se mueven tratando de capitalizar las denuncias, mientras los panistas operan una estrategia con miras a ganar las posiciones legislativas en juego con el argumento de ser la mejor opción.

Pero lo cierto es que esos recursos ya dejaron de influir en el ánimo de la sociedad civil pues, con tantos dimes y diretes, se deteriora más la parca credibilidad hacia los actores y, lo peor, hacia los partidos, que codician por supuesto el control legislativo.

De ahí que ningún membrete tenga elementos pa’ echar las campanas al vuelo, todavía.

Y menos cuando el proceso acaricia su etapa más competitiva que por supuesto arrancará el 15 de abril próximo, cuando comiencen formalmente las campañas.

Es entonces cuando se verá qué candidatos están perfilados al triunfo. Y de qué pie cojean, en lo que se antoja la batalla más fuerte para integrar, como diputados, la legislatura en disputa.

Presumiblemente, serían los panistas y morenos quienes ‘más leña le echen al asador’, considerando que el tricolor atraviesa problemas serios a causa de la desbandada de cuadros y ante la falta de recursos –no porque estos le sean conculcados, sino por una mala administración--, tanto como el perfil de sus candidatos, lo que me hace suponer que trataría de pescar, nuevamente, a río revuelto.

Es decir, le apostaría a mendigar el voto de los indecisos.

Como fuere, el triunfalismo que exhiben Morena y Acción Nacional, al momento, es simple y llanamente eso, una actitud momentánea, pues bien sé que conforme avance el proceso ambos irán dosificando su actitud, con base a las mediciones sensatas.

Obviamente en este escenario no figura el tricolor, debido a que hasta algunos de sus propios candidatos le han advertido a su dirigente estatal, Yahleel Abdala Carmona, que si no les dan recursos para la campaña nada harían para hacer proselitismo.

O sea, de antemano se dan por perdidos, mientras enfrente se prevén jornadas distritales multitudinarias.

En fin, estamos a poco menos de un mes para que inicien formalmente las campañas

Pleito de morenos

La disputa entre Yeidckol Polevnsky Gurwitz y Ricardo Monreal Ávila, por las candidaturas legislativas de Morena, seguramente ya la registra en su agenda Andrés Manuel López Obrador.

Así que no descarto que de un golpe de timón en la designación de los 22 candidatos a diputados locales uninominales; ni en la confección del rol de los abanderados plurinominales.

Esto significa que habría sorpresas.

Pero, ¿en beneficio de la dirigente nacional de Morena o del senador?

¡Se abren las apuestas!

Enemigo en casa

Nadie se traga el cuento de que Maki Esther Ortiz Domínguez, la alcaldesa de Reynosa, está presta para operar en favor de Acción Nacional (PAN) en el actual proceso electoral.

Menos cuando su amiguita Lázara Nelly González Aguilar fue excluida de la lista plurinominal albiceleste y a su hijo, Carlos Peña Ortiz, le negaron el registro como candidato de mayoría relativa, aunque éste y ella adujeron que las encuestas no le favorecían.

Usted buen sabe que el cuero duele más que la camisa.

Y bajo esa tesitura advierto que la edil se dispone a jugarle las contras al membrete albiceleste en los cuatro distritos de la demarcación, pese a ser la munícipe más atendida por el Gobierno estatal.

¿Usted lo duda?

Yo tampoco.

Riesgo en Tampico

Jesús Antonio Nader Nasrallah, el presidente municipal de Tampico, es un político pragmático que ha sabido separar el ejercicio público de su actividad empresarial.

Pero ahora ofrece la impresión de haber caído en manos de vivales en su quehacer edilicio.

Ya no se le ve atendiendo públicamente a la sociedad jaiba o haciendo ejercicio en espacios al aire libre, como lo acostumbraba, lo que me lleva a suponer que sus panegiristas lo han metido en una burbuja para impedirle todo contacto con la sociedad, aun cuando él siempre ha privilegiado roces con todos los sectores.

Sé, de buena fuente, que ‘Chucho’ es responsable de sacar avante la elección legislativa.

Pero alejándose del pueblo difícilmente cumplirá la tarea, poniendo en riesgo la elección.

De ahí que deba reconsiderar su actuación pública, pese a lo que digan u opinen sus colaboradores más cercanos.

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Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.