+ López Obrador tiene 7.8 de calificación ciudadana; y 85 % de aprobación + A 100 días de su mandato y de cara al conglomerado revelaría sorpresas

+ García Cabeza de Vaca opera en la misma línea en materia de seguridad

+ Rector de la UAT, Suárez Fernández, ofrece dignificar calidad académica

+ El pronunciamiento de mujeres, al celebrar su día, impacta a la sociedad

A diferencia de sus antecesores, Andrés Manuel López Obrador llega a sus primeros cien días de mandato constitucional con una popularidad del 85%, alcanzando la calificación 7.8 puntos, según refiere la empresa Enkoll (que se especializa en la medición cuantitativa y cualitativa de mercados).

Y, por cierto, desde hace meses se encarga del ‘Amlómetro’.

Obviamente el diagnóstico no lo comparten los opositores del mentado ‘Peje’, aunque para conservar sus ínsulas de poder ordenaron a senadores y diputados de sus cofradías avalar las reformas promovidas por el Jefe del Ejecutivo Federal, en diversas materias. Las más significativas: su proyecto de asistencia social y la creación de la Guardia Nacional.

En cuanto al primer rubro, López Obrador ha ofrecido apoyar a madres solteras, adultos de la tercera edad, jóvenes desadaptados, estudiantes del nivel básico hasta universitario; desempleados y migrantes de otros países; al tiempo que ha clausurado programas, por presumir que la corrupción era el principal problema de que la ayuda no llegara a los más necesitados, por simple y llanamente haberse desviados los recursos públicos.

Sobre el segundo tema, acudió López Obrador a la necesidad de tener una corporación garante para combatir la delincuencia organizada, pero sin ofrecer pormenores de cómo, cuándo y en qué casos actuaría, pues deja la responsabilidad de la prevención a los estados y municipios que, por orden también presidencial, hace años desmantelaron sus propios cuadros.

En materia económica no hay un diagnóstico certero, ya que apenas el régimen lópezobradorista acaricia sus primeros cien días, aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos avalan su gestión merced al combate a la corrupción en Petróleos Mexicanos (Pemex), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el corporativismo obrero que ha entorpecido la productividad.

Esta calificación, sin embargo, no alcanza al gabinete lópezobradorista que se mantiene muy por debajo de la popularidad del mandatario --casi en la penumbra--, por su actuación frívola y mediocre, a menos que así actúe por instrucciones precisas.

Por otra parte, le comento que el poder presidencial sigue siendo  omnímodo. Y que si acaso el mandatario se equivoca, vuelve a mandar, al más viejo estilo priista.

En fin, López Obrador mañana presentará un informe de sus primeros cien días al frente del Poder Ejecutivo Federal.

Y, por lo que preveo, tendrá tintes populistas.

Por cierto, ¿sabe usted cuál es la diferencia entre populismo y popular aplicado en política?

Hela aquí: La popularidad de una persona se califica en base a la aceptación y fama que mantiene entre la mayoría de la gente, mientras el populismo es una tendencia política que dice defender los intereses del pueblo.

Usted, entonces, ¿dónde ubica a López Obrador?

Centralismo

La administración de los recursos económicos federales, según advierte la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es atribución exclusiva del presidente.

Y al menos hasta ahora no existe forma de disputarle en términos legales cómo, cuándo y dónde ejercer el gasto.

Por eso hay colaboradores de Andrés Manuel López Obrador que rehúsan compartir con los gobernadores la asignación del gasto social a fin de evitar que éste se realice equitativamente, para ellos manejarlos de manera centralista.

A ello obedece que en el Senado de la República, la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), en los partidos políticos, las Organizaciones No Gubernamentales (Ong’s), sindicatos y otras entidades de la sociedad civil, aparte de la Cámara de Diputados (federal, por supuesto), pudiera mantenerse firme la convicción de revisar el Pacto Federal, pues legalmente éste ya resulta atentatorio contra el porcentaje del pueblo que no simpatiza con Movimiento Regeneración nacional (Morena), pero sí tiene necesidad de esos recursos que les son conculcados.

Y más en estos momentos cuando la crisis económica azota a todo el país.

Dicho en otras palabras, hay una errónea interpretación del artículo 90 de nuestra Carta Magna por parte de los secretarios federales, pues amparan malamente su proceder exclusivo y excluyente (en el manejo de los recursos) con desplantes centralistas que nada tienen qué ver con la disposición jurídica que determina concentrar los dineros públicos para su repartición justa y equilibrada.

Hago esta reflexión por la necesidad que existe de revisar el marco jurídico, a fin de que los 32 estados de la República Mexicana, como entidades libres y soberanas que son, tengan mayor participación en el manejo de los ingresos recabados vía impuestos.

Sobre todo en lo que respecta al manejo del rubro social, insisto, pues de cada peso que las entidades fronterizas envían s la Federación, ésta sólo les regresa alrededor de cinco centavos y quizá hasta diez (cuando bien les va), obligándolas a subsidiar a estados con índices graves de marginación y pobreza y, lo peor, negándoles (a los regímenes subsidiarios) la oportunidad de ayudar a sus pueblos directamente, pues la Federación da en agrupar políticamente el manejo de esos dineros.

En fin, el tema es tan interesante que amerita otro análisis, fuera del reclamo social que existe ante la adversidad que sufren miles de compatriotas del noreste.

Sobre todo, cuando allá en Palacio Nacional malamente se interpreta el Pacto Federal.

¿Actitud retrógrada?

Convencido de que la aplicación de los recursos federales en cuanto al rubro social hasta hoy resulta errónea, Andrés Manuel López Obrador podría instruir a sus aliados en el Congreso de la Unión para impulsar una nueva reglamentación en la materia, a fin de que los estados y municipios intervengan en las reglas de operación para beneficio de quienes menos tienen y más requieren del auxilio para sobrevivir en situaciones de crisis grave como la que estamos viviendo.

Algunos legisladores así lo han externado, ya que las reglas actuales de operación de dependencias como la Secretaría de Bienestar, resulta retrógrada, ineficiente e injusta, ya que entidades como Tamaulipas han sido desplazadas (en la aplicación de los recursos) a pesar de los altos impuestos que aquí se pagan y van a la Federación para su manejo discrecional.

Esa actitud ‘rebelde’ por donde quiera vérsele, conlleva la peculiaridad de ir al rescate de quienes menos tienen y más lo necesitan para así poder recuperar parte de lo perdido que, por cierto, no contempla el presupuesto de la Federación como recursos emergentes, por lo que López Obrador bien haría en reconsiderar su política social.

Mar de pobres

Cierto es que Andrés Manuel López Obrador recibió un país en grave crisis económica, inseguro y con transgresiones a los más elementales derechos humanos; con profunda corrupción en todos los sectores, desacreditado su sistema de Gobierno, y, lo peor, dividido. Pero él mismo rehúsa ver hacia el pasado y ofrece perdonar ‘más no olvidar’ a quienes causaron tal desastre.

Su oferta de fondo es procurar la cuarta transformación de México que contempla ir al rescate de los marginados –más de la mitad de la población (estimada en cerca de 130 millones de habitantes)--, con ayuda asistencial.

Pero esa política paternalista de ningún modo abonaría a recuperar (al menos) parte de lo perdido. Como sí sería posible involucrando a los ‘ninis’, desempleados, ejidatarios y mujeres en los programas productivos siempre y cuando (éstos) fueran coordinados por personal confiable que en lugar de procurarles recursos públicos (‘a manera de limosna’, según advierte Carlos Slim) promovieran educación y capacitación, sin importar filiaciones políticas, ideológicas ni doctrinarias.

En fin, para no desviarme de la esencia de este comentario le advierto:

1) Heredó el tabasqueño a cerca de 55 millones de pobres; desempleo hasta de 3.8 millones de personas anualmente; una deuda externa por más de 11 billones de pesos y más alta (todavía) en lo interno, por solapamiento a bancos y otras instituciones de crédito;

2) Cerca de 150 mil homicidios ocurridos en el último sexenio por mala estrategia para combatir la inseguridad pública. Obviamente la delincuencia creció cuando Felipe Calderón Hinojosa inició ‘su guerra’ contra los grupos transgresores, pues, al no poder mediatizarla, los maleantes se atomizaron hasta hacerse incontrolables posteriormente y ahí están las estadísticas del sexenio más reciente (Enrique Peña Nieto), que multiplican la cifra;

3) Deleznables violaciones a los derechos humanos de miles de seres que simplemente reclamaban el paradero de sus hijos, hermanos, esposos, padres…

4) El solapamiento a políticos y empresarios corruptos, que saquearon las arcas impunemente y sin castigo --aun cuando una caterva de ellos han sido procesados--, por su alianza con los mandatarios en turno; y

5) La desconfianza hacia el sistema de Gobierno porque el pueblo dice y presume bien que todos los políticos, sin importar partido, son iguales.

Esto, en base a su perorata del perdón.

Y por eso mismo el pueblo se pregunta: ¿dónde queda su ofrecimiento transformatorio, si en la Independencia, la Reforma y la Revolución se llevó al cadalso a los traidores de la Patria?

Disposición

En descargo del tabasqueño sé, bien, que sólo han transcurrido cien días desde que porta el Bando Presidencial. Y, hasta eso, ¡correctamente!, si en cuenta tomamos que su antecesor cambió el orden de sus colores, dizque, según él, por un mal diseño, aunque sospecho que lo hizo a propósito así como Vicente Fox Quesada lo hizo cuando ‘mochó’ al águila.

De ahí que López Obrador siga mereciendo un voto de confianza.

Lo comento porque ha mostrado voluntad de gobernar para todos, sin distingos de colores, credos ni ideologías, como lo confirmó cuando en un encuentro con los 32 mandatarios estatales dio reversa a la intromisión que los ‘súper delegados’ tendrían en asuntos de seguridad pública (violentando la soberanía estatal).

Además estableció que los temas en la materia serán tratados sólo entre los jefes del Ejecutivo estatal, la Secretaría de Seguridad Pública y las Fuerzas Armadas, por ser justamente quienes conocen (realmente) la situación y cuentan con estrategias comunes para abatir la delincuencia.

Aportación estatal

En materia de seguridad pública, la administración de Francisco Javier García Cabeza de Vaca ha contribuido a la reconstrucción de las corporaciones para hacer eficiente su labor, trabajando en la misma línea del mandatario federal en turno.

Desde el inicio del régimen presidencial, el mandatario tamaulipeco le ofreció al Presidente disponer de cuanto recurso esté a su alcance para el combate del flagelo.

Y con él coindicen los diputados del Congreso local, al votar en favor de la Guardia Nacional.

Por tanto, aquí en Tamaulipas el Presidente tiene un aliado.

Simulación partidista

La conducción de todo partido político, sólo puede tener éxito cuando se ejerce un liderazgo a toda prueba.

Es decir, cuando el dirigente partidista en turno tiene como prioridad el fortalecimiento institucional, sin anteponer intereses personales o de grupo que puedan lesionar o fracturar al membrete en su conjunto.

De ahí que un dirigente auténtico se distinga por saber practicar una política incluyente, no exclusiva, permitiendo que en la estructura partidista participe cuanta corriente mantenga cierta presencia hacia su interior.

Esto viene a colación porque en los últimos días algunos grupos de interés locales se han enfrascado en luchas estériles por alcanzar más posiciones dentro Movimiento Regeneración Nacional (Morena), sin tomar en cuenta que su obsesiva actitud, lejos de coadyuvar al fortalecimiento del organismo, provoca fisuras que de no atenderse a tiempo podrían desencadenar mayor encono, divisionismo o agresiones.

Y es aquí, precisamente, donde debe operar la sensibilidad de Yeidckol Polevnsky Gurwitz, quien no parece estar dispuesta a incluir en su equipo de trabajo a representantes de todos los grupos en aras de fortalecer el organismo de cara al proceso electoral del 2019, dado su pleito von el senador Ricardo Monreal Ávila.

Confrontación opositora

Contrario a la cohesión que se busca entre el panismo estatal, la confrontación de grupos en los membretes priista y guinda podría provocar un cisma político de pronóstico reservado.

Más por el escándalo que aún escenifican (en el ámbito nacional) Yeidckol y Monreal, quienes han puesto al descubierto sus complicidades con los partidos opositores.

El mentado “Peje”, a éstos los ha acusado de chantajistas, desleales, oportunistas, antidemocráticos, nostálgicos de apellidos sexenales, caciques y almas enanas… cuando menos, mientras que sus huestes que se disputan el control partidista en Tamaulipas (Polevnsky y Monreal) aún libran una batalla de pronóstico reservado.

Esas confrontaciones se han hecho más notorias con las agresiones de ex priistas contra el nuevo delegado electoral de Morena, quien de dientes hacia fuera, cual vil simulador, hoy manifiesta una actitud conciliadora, pero no con los enviados del senador, sino con sus propios opositores ideológicos.

Leer para creer.

UAT: conjunción institucional

La transformación y transparencia que durante décadas tanto requirió la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) para elevar su calidad educativa, investigación y vinculación con la sociedad, son asignaturas aprobadas por el rector José Andrés Suárez Fernández.

Esto permite a los egresados de la UAT enfrentar sin temor la competencia globalizada y, por supuesto, ha modificado la imagen de la institución sin quebrantar si autonomía ni el respeto que ahí se tiene a la pluralidad ideológica, la diversidad de ideas y el libre pensamiento.

Sobre todo porque durante su ejercicio rectoral Suárez Fernández ha reactivado y fortalecido a la Universidad con políticas claras y un trabajo colegiado que, en esencia, es el mecanismo fundamental para la toma de decisiones.

Así lo ha sostenido durante su estancia en la Máxima Casa de Estudios a manera de estudiante, catedrático, funcionario y rector, reconociendo siempre que la Asamblea Universitaria es el supremo órgano colegiado de la UAT, pues ahí están representados los alumnos, maestros, investigadores, los directores de sus distintas facultades y el personal administrativo de los 24 planteles con que cuenta la institución.

Hacia fuera de la UAT, el respaldo a la administración de José Andrés es tan evidente como al interior, pues él alienta una mayor vinculación con los sectores productivos, la sociedad en su conjunto, el Gobierno del estado y otros organismos e instituciones de educación superior –nacionales y extranjeras--, por su interés de que la Universidad crezca aún más, se desarrolle y compita en la generación de profesionistas.

Basta recordar que la UAT vive una etapa llena de trabajo, progreso, calidad y, sobre todo, fructífera para los estudiantes y sus maestros.

Por eso entre la Universidad y el Gobierno de Tamaulipas –léase entre Suárez Fernández y el mandatario Francisco Javier García Cabeza de Vaca--, hay una sana relación y un trabajo conjunto coordinado.

De ahí que el Gobernador haya dispuesto apoyar al rector en sus proyectos encaminados a que la UAT mejore su excelencia educativa y fortalezca sus vínculos con los sectores productivos de todo el país.

A cambio, el rector ha dicho que el mandatario debe tener la certeza de que siempre podrá contar con los universitarios como sus mejores aliados en la noble tarea de ofrecer a los tamaulipecos un mejor nivel de vida.

E-m@il:

jusam_gg@hotmail.com

Caminante no hay camino

Por lo menos el noventa por ciento de los candidatos priistas a diputados locales por la vía uninominal, carecen de recursos para hacer campaña.

Se lo han dicho fuerte y quedito a su dirigente estatal, Yahleel Abdala Carmona, quien malgasta las prerrogativas en su propia promoción y nada les aporta para su proselitismo interno.

De ahí que en la etapa de campaña los nominados tengan que pedir préstamos para realizar sus recorridos, mítines y propaganda, so pena de causar lástima en los distritos que pretenden representar.

Se hace camino al andar

En la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la aportación de las damas simpatizantes con la cuarta transformación del país aquí en Victoria, hicieron aportaciones significativas que debiera considerar el Presidente de la República, en su objetivo de hacer justicia.

Vinieron a esta capital damas de otras latitudes estatales para aportar y/o discernir acerca de su quehacer activista --convocadas por las siempre defensoras de los derechos humanos femeniles Guadalupe Perea Almanza y María Guadalupe Jaramillo--, como víctimas de la violencia y defensoras de los derechos humanos.

Rubén David Rivera Rodríguez atestiguó la cumbre –acompañado por otros personajes--, en la cual hubo quejas por la violencia y sugerencias de aplicar correctamente los recursos públicos para perseguir a los criminales.

Se habló de acontecimientos cruentos, los excesos policiales, falta del principio básico judicial y otras anomalías, que le han permitido impunidad  a los autores intelectuales y materiales de ilícitos contra las mujeres.

En concreto, la aportación e importancia del encuentro es digna de tomarse en cuenta.

Cicuta

No asoma, todavía, en los distritos electorales fronterizos, ni allá en los que conforman el ex sólido sur, ningún precandidato a diputado local que pueda presumir ventaja en este hándicap.

Y eso que Morena aún no ha definido con qué cuadros jugar.

¿Acaso porque el ‘tsunami’ lópezobradorista los acalambra?

Esta situación no se da, por cierto, aquí en el centro del estado, ya que el membrete guinda nomás no pinta.