Nuevo Laredo, Tamaulipas. - Concertina, explosivos, granaderos y constantes operativos en los puentes es el escenario para la ceremonia del abrazo en el Puente II entre autoridades de los dos Laredos, Tamaulipas y Texas, imagen vista por los fronterizos en las últimas semanas en la línea divisoria.

Las llamadas ciudades hermanas, que en tradiciones, familia y comercio se unen, están siendo divididas por el gobierno federal de los Estados Unidos, ante la insistencia del presidente Donald Trump.

Este sábado 23 de febrero, se realizará la ceremonia del abrazo en el Puente II adornado con alambre de púas en sus orillas, entre niños norteamericanos caracterizados como George y Martha Washington, mientras los mexicanos irán en el caso del varón con algún traje de charro y la niña como china poblana o algún otro vestuario tradicional.

En esta ocasión el abrazo será adornado por la excesiva seguridad en un evento que está marcado por la hostilidad del gobierno de Estados Unidos hacia México, con el tema de la declaración de la zona sur del vecino país como zona de emergencia.

Para las autoridades de ambos lados del río, ésta es una oportunidad para que los representantes federales tengan una óptica distinta de lo que es la frontera, principalmente a la líder demócrata en el capitolio, Nancy Pelosi.

“Confirmada con Nancy Pelosi, hay la posibilidad de una reunión previa a la ceremonia del abrazo y muy importante poderle mostrar para los dos Laredos, que se lleve el mensaje que aquí estamos trabajando en unidad”, dijo el alcalde de Nuevo Laredo, Enrique Rivas.

Rivas reconoció que el abrazo, el cual representa el hermanamiento, se da en medio de una tensión diplomática entre México y Estados Unidos, pero dijo que esto no debe afectar la relación que hay entre Nuevo Laredo y Laredo.

“Sería ya el segundo abrazo en estas circunstancias, donde hay esta aparente tensión, sin embargo, yo siempre he dicho que la diplomacia internacional la construimos nosotros desde nuestra esfera municipal”, agregó.

Henry Cuéllar, congresista por Texas, quien reside en Laredo, comentó anteriormente que la frontera es su hogar y rechazó las medidas tomadas por Trump.

“Vivo en la frontera, como su comida, respiro su aire y la llamo hogar. Según las últimas estadísticas del FBI, la frontera es más segura que la mayoría de otros lugares en todo el país. No hay crisis”, comentó.

Se espera que para el abrazo estén presentes autoridades civiles, militares y religiosas, que compartan en este momento que contrasta por completo con la diplomacia que debe prevalecer entre las naciones.