La 4T está teniendo un impacto inusitado en todo México. Las decisiones y acciones, de una u otra manera, siempre tienen una reacción. En este caso, la austeridad republicana enarbolada y puesta en marcha por el gobierno de AMLO, ya toco a la planeación, organización y ejecución de las próximas elecciones locales en Tamaulipas. Y todo por el recorto, racional o no de los diputados federales al presupuesto del INE. Ya apuntaron que no habrá apoyo nacional para la elección local.

En las actividades cotidianas de las personas, así como de las entidades públicas, siempre en última instancia, es el dinero el que determina el cómo y con que habrán de hacerse las cosas. En este caso, ante el recorte del presupuesto del INE para puntualizo que, determinadas acciones que les corresponden, pues ahora no las harán y que, en todo caso, deberá realizarlas el órgano electoral local, es decir, el IETAM.

IETAM: ¿AUTONOMIA O SUBORDINACION?

Hagamos un poco de historia para contextualizar. Antes del nacimiento del INE (antes IFE) las elecciones las organizaba el gobierno; la Secretaria de Gobernación a nivel federal; la General a nivel estatal o municipal (Comisión Electoral). Ante los fraudes, la cultura del fraude, y de que el gobierno era juez y parte, la dinámica de la praxis política demando una ciudadanización de los órganos electorales. Fue así como nacieron, en principio, el INE y el TRIFE.

En un principio, recuérdese, se elegía a consejeros y a magistrados por cuotas a los partidos; el recurso llegaba, según la instancia. Luego, para dar imagen de mayor democracia, se les elige por convocatoria pública; y en el caso de las entidades federativas, para evitar la supeditación de los órganos electorales al gobernador en turno, se determinó que Consejeros y Magistrados se elijan, por convocatoria pública, allá en México. Y una reforma electoral le dio, al INE, ciertas atribuciones, como el de la fiscalización, capacitación, entre otras.

PRESIONES POLITICAS Y ECONOMICAS.

La cuestión es que ya los representantes de partidos políticos, el PT como el PRI, pusieron el grito en el cielo. Y es que, a la falta de dinero para organizar la elección, se vive otro problema: los constantes cambios de Consejero Presidente. Y en esta ocasión, ante la renuncia de Miguel Ángel Chávez, el representante del PT no se anduvo por las ramas y externa que, todo hace indicar, hubo presiones para que renunciara el Consejero Presidente. Obvio, tal y como sucedió, en un principio con Jesús Eduardo Hernández Anguiano.

Tantos cambios, sin la menor duda, significan inestabilidad o desequilibrio. Y la única explicación posible es que, efectivamente, Arsenio Ortega tenga razón. Ni cabe preguntar de donde vienen, o pueden venir, tales presiones; pero alguien, siempre alguien, sale beneficiado con este tipo de cambios y, obvio, cuando se provoca la salida de alguien es porque ya se tiene, a la mano, una propuesta que –dirían los mal pensados- tiene compromisos para soslayar los valores y principios de la democracia. Es decir, perder la objetividad, la imparcialidad, la legalidad, la justicia, entre otros.

¿EL QUE PAGA MANDA?

La reforma electoral determino que el órgano electoral local sea, de manera formal, parte del INE. Y sus integrantes, en este caso, los Consejeros Electorales son nombrados, sustituidos o removidos por el órgano federal. Sin embargo, ahí está el detalle: su operación, organización y equipamiento es con dinero del gobierno estatal; salvo, las funciones que, por ley, tiene que desarrollar el INE. Pero, en esta ocasión, si no les dan más dinero, habrá una transferencia de tareas del INE al IETAM. Pagará, pues, el gobierno del Estado.

La suspicacia, el recelo, de una y otra renuncia –primero de Jesús Eduardo y ahora de Miguel Ángel Chávez-, es que se dan prácticamente en pleno proceso electoral. ¿A quién le conviene esos movimientos? ¿Quién puede beneficiarse? Arsenio Ortega habla de presiones, con todo y que, quienes han renunciado, alegan motivos personales: pero nadie, nadie, les cree. Y el hecho es que, ante la falta de recursos, obvio, quien sea el Consejero Presidente tiene que cabildear, pedir, negociar y hacer acuerdos con la autoridad constituida… así es como, al interior de o los órganos electorales, se dan movimientos en su interior, en cargos que pueden sesgar, obstaculizar o minimizar un hecho o justificar una acción.

DETERMINAR EL RESULTADO.

En la elección pasada el gobernador, y algunos alcaldes en funciones, acudieron a eventos de campaña. Ante los reclamos y las acusaciones de los actores, partidos y candidatos, el Tribunal Electoral en lugar de sancionarlos –porque quiérase o no, están violando la ley-, alegaron que, por la dimensión del acto político, su impacto en el electorado (presente), no vulneraron el resultado final de la elección. Olvidaron el principio de justicia, de legalidad y el de imparcialidad.

¿El que paga manda?

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Melitón Guevara Castillo

Licenciado en Administración Pública (UAT),  Doctor en Comunicación y Periodismo (Universidad de Santiago de Compostela).

Profesor Emérito de la UAT. Líder del Grupo de Investigación “Democracia y Comunicación Política” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Victoria, Tam.,).

Representante en Tamaulipas de la Red Nacional de Investigadores de la Calidad de la Democracia.  

Escribe la columna política DESDE ESTA ESQUINA, desde 1984 en El Diario de Cd. Victoria y actualmente en Hoy Tamaulipas.