El desabasto de gasolina ya afecta a gran parte de las entidades del centro y norte del país, provocando graves estragos no sólo a la transportación de alimentos perecederos, sino a toda actividad productiva.

Sin embargo, Petróleos Mexicanos (Pemex) insiste en utilizar pipas en la distribución del combustible (aun cuando es más tardado y costoso), que hacerlo a través de ductos, pretextando que con esa medida evitará el robo de hidrocarburos (mejor conocido como huachicoleo).

Ciertamente el proyecto sembró confianza poblacional desde el mismo instante (diciembre 27 del 2018) en que marinos y militares arribaron a seis refinerías, 39 terminales de almacenamiento y despacho, 12 estaciones de rebombeo y el Centro de Control de México, que de entrada ahuyentó a los ‘ordeñadores’ y expendedores que a estos les compraban hidrocarburos. 

Pero desde iniciado el 2019, merced al leonino almacenamiento de los concesionarios, la falta del producto hurtado y la mala estrategia de Pemex para distribuir gasolina, comenzó la escasez, que hoy genera dudas acerca de la funcionalidad del proyecto.

Si no mal recuerdo fue en la refinería de Salamanca donde fue cerrado el primer ducto de distribución. Y paradójicamente es en Guanajuato donde mayor escasez hay de combustible; igual que en las entidades vecinas que de ahí se surten --entre ellas Aguascalientes, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Jalisco y Zacatecas--, lo que sirve de pretexto a los detractores del Presidente para sugerirle que, humildemente, acepte que ‘la regó’ en su lucha contra el huachicoleo.

En respuesta a ellos la secretaria de Energía, Norma Rocío Nahle García, aceptó que hubo un error en la estrategia de distribución y por ello ha pedido perdón públicamente a los mexicanos, en tanto Octavio Romero Oropeza (el director de Pemex) se niega a dar la cara, aun sabiendo que al esconderse sólo daña la credibilidad hacia su jefe.

Tamaulipas, afectado

Acá en Tamaulipas también ha pegado fuerte el desabasto.

Sobre todo en la franja fronteriza donde el Gobierno estatal clausuró al menos una docena de gasolineras porque ahí vendían huachicol, según ha comentado el subsecretario de Ingresos, Arturo Soto Alemán.

Y lo hizo en apoyo a la estrategia presidencial para combatir el robo de hidrocarburos, refrenando que la administración de Francisco Javier García Cabeza de Vaca trabaja en sincronía con Andrés Manuel López Obrador en el combate a la delincuencia organizada.

Invitadas por Pemex para realizar inspecciones en todo el estado, las autoridades estatales tienen en mira al Mante como el siguiente punto estratégico a supervisar, aunque no descarte Usted que en la zona centro (Victoria y municipios aledaños) también, sin previo aviso, los expendios sean verificados.

Esto refrendaría la confianza ciudadana hacia el Gobierno estatal.

Universidad

El presupuesto que la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) tendrá en 2019, es exactamente el mismo que ejerció en 2018.

Son (+/-) tres mil millones de pesos que resultan insuficientes para que se cubran todas las actividades de una institución que ha crecido en todos los aspectos.

De cualquier forma el rector José Andrés Suárez Fernández, esperaba al menos que se respetara el monto aun cuando hubo un error por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP) al presentar, ante el pleno legislativo, la propuesta, que contemplaba una fuerte reducción.

Y mesurado como siempre, el rector dice que para este año se tienen con templados proyectos de desarrollo para cada una de las facultades de la UAT, teniendo como principal objetivo mejorar la calidad de las distintas carreras y posgrados que ahí se ofrecen.

“El principal proyecto de que nos vaya bien a todos, incluye a la universidad, profesores, administrativos, a todos los tamaulipecos. Nosotros estamos haciendo el trabajo que nos corresponde y si cada quien hace lo que le corresponde, nos va a ir bien”, dijo.

Hartazgo

Sin distingo de ninguna índole, la sociedad civil se halla en la frontera del hartazgo ante la incapacidad mostrada por los actores políticos para establecer un diálogo responsable, que nos permita superar el peligroso estancamiento en que se encuentra el país.

Vivimos un escenario de confrontación cotidiana en el que ninguna de las partes en litigio cede y, sí por el contrario, se dan a la tarea de ahondar sus diferencias generando tristes y deprimentes espectáculos que al mismo tiempo amenazan con salirse de cauce y provocar desestabilización.

La rebatinga y pelea de espacios de poder tiene lugar en todos los frentes, sin que haya un árbitro confiable que reoriente y revierta el mal que ya se encuentra en un punto crítico y enredado en demasía, como Usted seguramente se ha dado cuenta.

A este clima enrarecido también contribuyen, de alguna manera, los medios de comunicación masiva --sobre todo los electrónicos (radio y televisión) cuyos imperios se localizan en las ciudades de México y Monterrey--, porque en su afán de ‘ganar la noticia’ del diario acontecer auspician, consciente o inconscientemente, el linchamiento hacia una de las partes en pugna favoreciendo a la otra, sin que les importe nada más que engrosar sus auditorios mediante el amarillismo y la estridencia.

Que también nos tienen cansados.

De esta forma la parcialidad y objetividad sucumben ante la versión panfletaria cargada de morbo y sensacionalismo con que son exhibidos los problemas hacia millones de radioescuchas y televidentes, que, de manera puntual (y brutal), reciben una serie de mensajes manipulados, en las más de las veces.

Generar confianza y credibilidad entre los distintos segmentos poblacionales en torno a los asuntos públicos que debiera ser el propósito central de las autoridades y la prensa en su conjunto, se ha convertido en un simple concepto que adorna el discurso disociado con la realidad.

El ejemplo más claro de lo aquí plasmado, es que hay la percepción de que el sistema se niega a transformar y que las promesas de cambio y profundización de la democracia --a las que acudió el actual Presidente de la República para arribar al cargo--, no pasan de ser uno más de los artificios a los que tanto es proclive la clase política de nuestro país.

Comento esto porque los recientes acontecimientos que han tenido lugar en el Congreso de la Unión y el Poder Judicial, merced a las nuevas reglas del juego, son un llamado de atención a la autoridad presidencial para que distienda el clima de confrontación entre las tres fracciones con más representación legislativa –aun cuando constitucionalmente no es asunto suyo--, y se alcancen los acuerdos necesarios antes de que el país se le vaya de las manos.

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Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.