Han pasado los buenos pretextos de días festivos: posadas, convivios, reuniones, navidad, año nuevo y más, incluyendo la noche de reyes y al parecer con eso concluye el famoso “maratón Lupe-Reyes”, que es un muy buen pretexto para abandonar las rutinas físicas de ejercicio y bienestar en el organismo. Ha llegado la hora de ponérsela pila de nuevo, y tratar de dar al organismo lo que requiere: bienestar.

Frío, lloviznas, heladas y todo lo que queramos encontrar ha sido un muy buen pretexto: ha llegado la hora de enmendar esos lujos decembrinos, y entender la importancia de una buena actitud ante la vida, de un esfuerzo que nos permita encontrar ese bienestar que se aleja por unas semanas, pero que resulta fundamental para todos nosotros.

En ese sentido, hay mucho qué hacer, sobre todo, cuando no tenemos la información completa y adecuada, y es preciso buscar a los que tienen datos y rutinas propias para nosotros. Es menester buscar el apoyo necesario y la motivación para encontrar ese punto exacto entre lo que se debe hacer y lo que realmente estamos procurando.

Y en ese sentido, tenemos auxiliares muy importantes, siendo cuestión únicamente de acercarnos para solicitar el apoyo necesario. En las unidades médicas del Sector Salud encontramos médicos, nutriólogos y un sinnúmero de profesionales de la salud que nos pueden ayudar a encontrar las rutinas adecuadas, pero, como bien dice el doctor Alejandro García Barrientos, subsecretario de Prevención y Promoción de la salud, es importantísimo no ver estas acciones como meras rutinas.

La sola palabra espanta. No tenemos un buen concepto del término “rutina”, y pensamos que es algo impuesto, algo forzoso, cuando debiera ser lo contrario. Encontremos pues un término que nos ayude a cumplir con nuestro organismo y que podamos encontrar ese punto medio entre el bienestar y nuestra existencia.

Todos podemos -y debemos- realizar actividad física, siempre de acuerdo con la edad, condición física y médica y costumbres, pero es importante mover el cuerpo de forma tal que no se vaya a atrofiar y acostumbrar a no hacer nada. La actividad física, dice García Barrientos con razón, Resulta determinante para conservar la salud, y en ese sentido se requiere tener conciencia de su importancia, y encontrar -insistimos- una buena motivación.

Procuremos una alimentación mesurada y balanceada, y para ello, acudamos con los nutriólogos que nos ofrecen sus servicios, para que nos ayuden a estructurar menús adecuados a nuestra condición muy personal. Olvidemos las dietas de la papa y la luna que encontramos en Google o en la red de redes: busquemos el apoyo personalizado, en el entendido de que nadie somos iguales ni realizamos la misma actividad.

Y hagamos el gran esfuerzo por hacernos acompañar por los miembros de casa: ayudemos a cada uno de os familiares a encontrar ese gusto por el ejercicio o actividad física, sabiendo que nos dejará innumerables beneficios personales y familiares.

Insiste García Barrientos en que hagamos uso de los recursos del gobierno estatal en materia de salud y no dejemos para después lo que debemos asumir como urgente, propio y personal. El ejercicio, actividad física o como le quiera llamar se convierte en una de las mejores armas de la medicina preventiva, y que nos ayudará seguramente a tener mejores estados de salud, y eso lo podremos disfrutar día a día, mes a mes, en todo tiempo y lugar.

Así que, dejemos la flojera y apatía a un lado y hagamos el esfuerzo por salir a caminar aunque sea 20 minutos al día, si se puede, sin nada que nos estorbe para hacerlo -celulares incluidos- y disfrutemos de una de las mejores y más positivas acciones que puede realizar el individuo: la actividad física, y si lo acompañamos con ellos, nuestros seres queridos, tendremos un pretexto más para poder convivir y mejorar nuestra comunicación social, familiar y personal.

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.