Impactan algunas noticias por lo crudo o fuerte que significa el resultado o anuncio que hacen, y más cuando están reforzadas y apoyadas en estudios científicos.

De todos es sabido que hay muchos productos “milagro” que nos curan de todo, y también, vienen precedidos de información amarillista, sensacionalista que nos muestra, por ejemplo, a una persona de más de 100 kilogramos “convertirse” en un figurín de 55 o 60 kilogramos en solo tantos meses y una crema.

Mejor, imposible; despertamos y nos damos cuenta que nada de eso es real, salvo que esté documentado con información científica, como es el estudio del Cancer Research y la Universidad de Liverpool, de Gran Bretaña, que nos dice lo que ya sabemos: la falta de actividad o sedentarismo nos mata poco a poco, pero con mayor rapidez que otras actividades.

Nos explicamos: un estudio realizado a unas 2 mil 500 personas de entre 7 y 11 años arrojó como resultado que quienes pasan más de tres horas diarias en Internet o televisión al día tienen 79 por ciento de posibilidades de enfermar de sobrepeso u obesidad, contra el 53 por ciento que tiene menos de 3 horas al frente de los aparatos que nos permiten “divertirnos” a un costo muy elevado.

Dice el estudio que lo que sucede es que los anuncios, los malditos anuncios son los que convencen del consumo desmedido de comida chatarra: chocolates, frituras, harinas y más.

Y es que nuestros jóvenes y niños están casi todo el día en youtube viendo videos, y en éstos ya se incorporan anuncios; en las páginas nos abruman con anuncios, y esa política de ganar por ganar dinero nos ha llevado a tener más consumo de anuncios y, por consiguiente, de productos considerados como chatarra o ricos en carbohidratos.

El estudio lo encabeza la doctora Emma Boyland, y el anuncio lo hizo la doctora Caroline Seruy, quien asegura que hasta 9 anuncios de comida chatarra por episodio son presentados, esto es, 9 anuncios por 30 minutos de estar ahí, como zombi viendo l que nos ofrecen.

Hay que ver lo desmedido de los anuncios, y nosotros que estamos tranquilos porque están entretenidos: no tenemos idea del enorme daño que les hacemos ante tal bombardeo de publicidad de que son objeto.

Definitivamente, es urgente que tomemos medidas, ya que el cambio físico de nuestra juventud es manifiesto: hoy es muy común ver esos vientres abultados, flácidos, grasosos y peligrosos, porque la obesidad y el sobrepeso nos llevan a considerar más riesgos para ser diagnosticados con diabetes mellitus, hipertensión arterial o problemas cardiovasculares. Y eso es lo peligroso.

No. No es una campaña contra quien tiene kilogramos de mas. Un profundo respeto por todos, y la decisión de estar gordo o no resulta de condiciones personales y/o familiares, así que, cada quien debe considerar su dosis de responsabilidad, y en cuestión de salud, tenemos la oportunidad de acudir a cualquier unidad del Sector Salud oficial, donde seguramente nos ofrecerán información oportuna y adecuada.

Cuando aumenta la obesidad y el sobrepeso , aumenta en ellos el riesgo de tener hipertensión arterial y diabetes, los dos grandes asesinos del nuevo milenio, y en ese sentido, hemos de considerar que casi en su totalidad son enfermedades evitables si cambiamos adecuadamente nuestra condición actual y buscamos una mejor y mayor calidad de vida.

Aún estamos a tiempo y podemos conjurar tal peligro. En caso contrario, hay que solicitar ayuda y seguir las indicaciones, y no por estética o discriminación, sino por salud, por conservar la integridad física y la existencia.

Es importante, de veras.

Comentarios: columna.entre.nos@gmail.com

Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.