A saber, hay dos prioridades, que son, o deberían ser, los objetivos primordiales de los gobiernos constituidos  en Tamaulipas: “La educación. Y la salud”. Y a decir verdad es lo que se pregona.

Y si usted apreciable lector le pregunta a nuestro mandatario estatal, Francisco García Cabeza de Vaca, le contestaría con una apología sobre el tema. Le dirá maravillas, sobre el tema, quizá por los datos proporcionaos por sus colaboradores más cercanos.

Pero la triste realidad, es otra, esto se refleja, y el cual tomamos como ejemplo, en el hospital general de Ciudad Victoria, orgullo y lema de un hospital solvente, pero que en realidad, se observa el deterioro de dicho nosocomio, la falta de medicinas y equipo se evidencia para derechohabientes.

Desde un tac, resonancia o rayos X, se subrogan o el paciente debe hacerlos por su cuenta el enfermo en otras instituciones, dicha dependencia de la salud, del gobierno del Estado, falla en su objetivo, de medicina social para los tamaulipecos.

Y si hablamos del hospital infantil, que allá en sus inicios, fue construido por el gobierno de Emilio Martínez Manatou, hace la friolera de apenas treinta años, está en iguales circunstancias o peor.

Y como la ciencia avanza a pasos agigantados, en el “hospital infantil, por el paso de los años, ahora  su equipo terapéutico es viejo y obsoleto, tanto, que los médicos que ahí laboran están imposibilitados a cumplir en la cura de los enfermos.

Los gobiernos, con todos sus mensajes floridos “de bienestar para la familia y la niñez, no fallan en el decir y el hacer, porque las instituciones de salud que son su responsabilidad amenazan con sufrir un colapso. Esto sino se renuevan.

Ahora, se enfrenta con la triste realidad el actual gobierno, porque reitero, es imposible para un médico trabajar en condiciones precarias,  no puede atender al niño enfermo, porque no hay el equipo necesarios para saber el mal que le aqueja.  

Un prestigiado médico de la localidad, me decía: “Cuantas vidas de infantes se salvarían, si hubiera equipo quirúrgico en la mencionada institución de la salud infantil”.

Me pregunto: ¿Será culpa de los directores de estos dos hospitales y en otras, de la entidad,  vuelvo a citar a nuestro amigo el médico que dice: “Yo director de un hospital sino me dan lo que les pido y necesito, les renuncio”

Me pregunto: “estará enterado el gobernador García Cabeza de vaca, de estos singulares problemas”. Si no es así, es muy grave el politizar este problema de salud, donde va de por medio la salud de los tamaulipecos.

ESTO PUBLICA EL MAÑANA DE NUEVO LAREDO

Además, a los hospitales públicos del estado les hacen falta enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos y hasta personal administrativo

Los problemas de la falta de al menos 150 médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales y personal administrativo no parece que tendrán una pronta solución. La Secretaría de Salud se justificó detrás de la “falta de recursos”.

Gloria de Jesús Molina, secretaria de Salud, en su visita el viernes pasado, a la ciudad en una reunión con trabajadores de la salud, reconoció que en este tema no hay avances para poner fin a la falta de personal en los hospitales públicos que dependen del estado.

“No, no tenemos avance en este tema, tenemos que ser responsables y asegurar un recurso para poder homologarlos”, expresó la Secretaria de Salud.

Benito García Islas

Nació en Matamoros Tamaulipas en 1938, su preparación académica universitaria, fue breve, su carrera de comunicador, lo aprendió en las redacciones de varios periódicos, ahí aprendió los diferentes géneros del periodismo.
Desde sociales, en aquellos gloriosos tiempos, de directores gruñones y enérgicos,  formaron profesionales del periodismo, con bases firmes y honesto, aún aspirante a reportero, lo enviaba a la fuente policiaca, que no era tan peleada como ahora, por los estrellitas de redacción.
Su carácter de aventurero, lo llevaron a trabajar en la redacción de El Mañana de Reynosa, en Matamoros, en la radio XEAM, en Tampico colaboró con el periódico el Mundo, ya desaparecido.
En Victoria, nuestra capital, llega en 1984, año en que se fundó el periódico La Verdad de Tamaulipas a la plantilla de sus reporteros, después de un año, ingresó al Diario, llegó al  Gráfico, al Expreso  y nuevamente regresó a la Verdad, dos veces más, ahora ocupa el puesto de jefe de corresponsales, en  el mismo periódico La Verdad de Tamaulipas.
En su prolija carrera se ha conducido con objetividad, serio y honesto en su quehacer como columnista y articulista, el respeto de la sociedad para este profesional del periodismo, se lo ha ganado a pulso, la honestidad es legado (la herencia), invaluable que deja a sus hijos y nietos y ahora una bisnieta.