¿Hay de otros? Se pregunta mucha gente, cuando padecemos in sistema bancario obsoleto, obeso de “ejecutivos” que no son más que muchachos con su primera oportunidad laboral que se sienten paridos por Zeus y no arreglan un número de cuenta; un sistema lleno de ineficientes, despersonalizado, tramposo y ladrón.

Y no tenemos todos los calificativos que merecen, principalmente el mal llamado “Banco de México” que se ostenta como el mejor, y que, realmente, BANORTE deja mucho que desear por la carencia de calidad moral y honorabilidad, educación y formación de sus banqueros nuevos, que nada tienen que ver con los que nos conocían y nos trataban como personas, sabedores que los bancos viven de manejar dinero ajeno, de nosotros.

Hoy, con toda la tecnología existente, tiene usted que avisar a algunos cuando sale del país, y otros dicen que no es necesario, pero trate de utilizar sus tarjetas de crédito o débito fuera de casa y resulta imposible: no pasan, no se puede disponer del dinero de uno, y en los comercios dicen: “es que bancos mexicanos no nos acepta el sistema porque tienen siempre muchos problemas”, aunque otros reconocen que “a veces” sí pueden hacer los cargos.

El mejor banco del país, BBVA maneja un mundo de deficiencias desde la atención, porque usted quiere poner una queja, y el muchacho pomposamente llamado “ejecutivo” le dice que sus jefes no pueden contestar, pero tampoco le puede dar el nombre de quien puede recibir quejas, menos, un correo electrónico o dirección a donde acudir.

Va usted a sucursal y le dicen que marque el teléfono de la línea Bancomer, y lo ayudan a marcar, pero nadie en el banco puede solucionar el asunto.

Pero Banorte se roba nuestro dinero, y los gerentitos que tienen en Victoria suelen no estar en su sitio, y cuando están dicen: “ya mandé el reporte”, aunque tienen prohibido dar una copia del mismo, y no tenemos un número de folio o reporte o copia, porque ellos no pueden darlo. La solución, dicen, tampoco, porque “no nos han llamado” suponemos de sus superiores, es decir, nadie atiende, y nuestro dinero se pierde.

El columnista tiene las peores experiencias con un grupo de ladrones que se ostentan como banqueros de una institución llamada BANORTE, y que en una bonita sucursal allá por Juan B. Tijerina y Aldama tienen la muestra del gerente más ineficiente del mundo, de la forma en que puede usted perder su dinero fácil, y de cómo no se debe tratar a una persona. Y todos los empleados responden al modelo de ese tipo tan deshonesto y mal educado.

BBVA, Banamex… nadie se salva, y todos juegan con nuestro dinero, con nuestras cuentas.

Pero insistimos en que con los adelantos tecnológicos no pueden arreglar un sistema para pagar, para cobrar o revisar, y anuncian pomposamente su línea tal o cual, de acuerdo a la institución, pero con unas deficiencias abismales.

Dicen: “es que estamos actualizando”, pero ¿todos los días a toda hora? Son malos para buscar pretextos, porque ni para eso los prepararon. Eso sí, sucede como los muchachitos de AT&T, que también les dicen que son “Ejecutivos” y que tampoco arreglan una cuenta: se sienten realmente ejecutivos.

El término está devaluado: antes eran personas con capacidad de ejecutar operaciones, órdenes y solucionar. De ahí el término “ejecutivo”.

Hoy, con tal de no pagarles lo justo, contratan a cualquiera y le dan ese “nombramiento” para que se lo crean y trabajen casi gratis, pero con una nula preparación.

Pero los “banqueros” son como los socios de Ali Babá, porque al robarnos el banco nuestro dinero, ellos se convierten en cómplices.

Y CONDUSEF, bien gracias, porque siempre favorece a banco: no nos informa a tiempo las audiencias, y cuando preguntamos, ya las dieron por muertas.

Ese es el sistema bancario mexicano, peor que los partidos políticos: un grupúsculo de vividores, bandidos y tramposos, ineficientes y con un grado menos para ser verdaderos delincuentes.

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.