México,(Notimex).- Para los amantes de la cocina, del buen comer y de los viajes, Anthony Bourdain fue la inspiración y la aspiración, ya que hablar de él únicamente en el área gastronómica es no conocerlo en absoluto, asegura Alexandra Bretón, coautora de “El gran libro botanero” editado por Planeta.

En entrevista con Notimex, luego del fallecimiento hoy en Francia del destacado chef estadounidense, de 61 años, Bretón agregó: “Él fue un cronista de la gastronomía de manteles largos y de las calles, fue un viajero que bien compartía la mesa con Barack Obama (expresidente de los Estados Unidos), que con niños en algún rincón asiático.

La periodista, publirrelacionista y crítica gastronómica, señaló que gracias a Bourdain se conocieron esos cocineros anónimos inmigrantes que habitan los fogones estadounidenses, a los que siempre defendió y cuya presencia tras bastidores, había sido fuertemente ignorada.

Recordó que durante algunas entrevistas, Bourdain señalaba que “a pesar de nuestras actitudes ridículamente hipócritas con respecto a la inmigración: exigimos a los mexicanos que cocinen un gran porcentaje de los alimentos que comemos, cultiven los ingredientes que necesitamos, limpien nuestras casas, corten el césped, laven los platos y cuiden a nuestros hijos”.

Bourdain era terriblemente crítico y apuntaba que sin esos inmigrantes mexicanos el negocio de los restaurantes, en gran parte de las principales ciudades estadounidenses, colapsaría de la noche a la mañana sin trabajadores mexicanos.

Alexandra, quien también creó el blog Chilangas Hambrientas, apuntó que Anthony tuvo un notable vínculo con México.

“La cocinera con quien más se le asoció fue Sabina Bandera, “La Guerrerense”, a quien visitó en la temporada ocho de su programa “No Reservations”, el cual recorrió las calles de Baja California.

“En el 2015 se anunció que la cocinera mexicana sería parte del ambicioso proyecto “The Bourdain Market” en el Pier 57 de Manhattan, el cual tendría un espacio enorme para sus maravillosas tostadas, proyecto que, en diciembre de 2017 fue cancelado por el mismísimo Tony Bourdain”.

Subrayó la entrevistada que también con la cocinera Abigail Mendoza Bourdain tuvo química instantánea. Durante su visita a Teotitlán del Valle, en Oaxaca, en 2015 quedó impactado por el proceso de la molienda del maíz, para la cual se necesita fuerza y delicadeza.

Bretón dijo que en Oaxaca visitó también el Pasillo de Humo, guiado por el chef de “Casa Oaxaca”, Alex Ruiz, quien le mostró el pasillo de los tasajos.

Sobre el chef tijuanense Javier Plascencia, quien ha logrado innovar y transformar dicha cocina utilizando ingredientes de mar y tierra de esta región, Bourdain comentó que él era punta de lanza del movimiento gastronómico en México y una verdadera revolución culinaria.

Añadió que más de una vez se desvivió en elogios hacia la “Fonda Margarita”, enclavada en la colonia del Valle de la Ciudad de México, dijo, “es el mejor desayuno que he probado, una comida que jamás olvidaré”, luego de comer una serie de guisados que ahí degustan “chilangos” desde temprana hora.

Otro de los puntos que tocó con su programa de CNN fue Piedras Negras en Coahuila, en donde comió lo que más le gustaba: tacos callejeros de bistec con salsa verde. También probó la torta de aguacate (lonche) y visitó el lugar que se acredita ser, el inventor de los nachos de nombre “Don Nacho”.

Bretón no olvida que en la Ciudad de México el chef visitó las cantinas y la Isla de las Muñecas en Xochimilco, así como uno de sus restaurantes favoritos, “Maximo Bistrot” del chef Eduardo García.

Añadió que también se adentró en las entrañas de la Central de Abastos, de la capital mexicana, lugar que lo maravilló y en el barrio bravo de Tepito en donde comió las famosas migas de “La Güera”. Pisó también el centro histórico para probar los tacos de suadero “Los Cocuyos” ubicados en la calle de Bolívar.

En la temporada número 1 de su programa, señaló Bretón, conoció el proceso del mole de principio a fin en Puebla guiado por una familia local.

Anthony Bourdain amaba a México, a cuya cocina consideró como una de las más emocionantes del planeta si se le prestara la atención debida. Él, dijo Bretón, supo apreciar la gastronomía mexicana y eso se le agradece.