Sacramento, (Notimex).- La muerte del afroamericano Stephon Clark a manos de la policía obliga a Estados Unidos a enfrentar el problema de la brutalidad policiaca, afirmó hoy aquí el defensor de los derechos raciales Al Sharpton, quien además rechazó que este caso se trate de "un asunto local".

Durante los funerales del joven de 22 años en la iglesia de Bayside, en el sur de Sacramento, Sharpton pronunció un mensaje de elogios para Clark, quien el pasado 18 de marzo recibió 20 disparos de agentes policiales que aseguran haber pensado que estaba armado, cuando sólo sostenía un celular en sus manos.

Los funerales se realizaron luego de 10 días de protestas por la muerte de Clark, quien se encontraba en el patio trasero de la casa de sus abuelos cuando fue acribillado por los policías, que acudieron a un llamado al 911 que había alertado que un hombre negro había robado un auto e intentaba entrar a una vivienda.

En su discurso, Sharpton recordó que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, calificó el caso de Clark como un "asunto local", cuando se le preguntó el miércoles por qué el presidente Donald Trump no se había referido al tiroteo en el que murió el joven afroamericano.

"Este no es un asunto local (...) Han estado asesinando jóvenes negros en todo el país, y estamos aquí para decir que vamos a apoyar a Stephon Clark y su familia", advirtió el activista ante unas 400 personas que asistieron al servicio religioso.

A pedido de la familia, se solicitó a la prensa que no ingresara a la iglesia, por lo que casi una docena de camiones de medios se alineaban en la calle, mientras que decenas de personas que no pudieron ingresar al templo mantuvieron una vigilia afuera. 

El reverendo Ray Morsheth, del Sacramento Revival Center, dijo que temía que el funeral se desbordara, mientras que el reverendo Phillip Goudeaux, del Calvary Christian Center, sostuvo que debería ser un momento para la paz y el perdón.

El asesinato de Clark provocó más de una semana de protestas, en su mayoría no violentas, incluida la interrupción del tráfico y el bloqueo del acceso a dos juegos de baloncesto profesional.