Tampico, Tamaulipas.- Diez años dedicados a construir su hogar fue destruido en pocos segundos la mañana fría y lluviosa del 17 de enero, cuando el descarrilamiento de un tren provocó que toneladas de coquer acabaran con todo a su paso, incluyendo su casa.

Hoy, un huarache de su hijo de cinco años, fue de lo poco que doña Eunice García pudo rescatar entre los escombros de la humilde vivienda, ubicada en la colonia Tamaulipas de Tampico.

“No tenemos casa, estamos de arrimadas prácticamente y pues sí, nos quedamos sin nada después del accidente.

Al día siguiente que llegué después del accidente ya no había nada, solo había escombros y mis pertenencias ya no estaban; me comentan los vecinos que entraron la noche del jueves como a las 11 o 12 de la noche, entró la retroexcavadora de la compañía de Kansas y levantó todo, el coquer junto a mis pertenencias”, manifestó.

La afectada, recorre lo que fue el hogar de su familia, encuentra algunas cosas y recuerda cómo escaparon de la muerte aquel despertar del 17 de enero.

“Aquí estaba la cama donde estábamos acostadas mi hija, el niño y yo, era una cama matrimonial y de aquí fue lo único que quedó de pie; aquí estaba la ventanita por donde salimos y todo esto hacia allá fue derrumbado por el tren, de hecho, el tren aquí se mira ahí donde rompió, llegó la tolva y el coquer fue el que entró hasta acá”, exclama.

“Yo sentí que ahí iba a quedar ya, que ahí iba a morir junto con mis hijos porque fue demasiado cerca lo que quedó el tren adentro, fue el que tiró las paredes”, recuerda.

Pese a quedar desamparados y en la calle, sin mudas de ropa ni pertenencias, y mucho menos dinero para levantar otra vivienda, la empresa responsable no se ha hecho cargo por las afectaciones, es más, en el sur de Tamaulipas no tiene rostro, nadie sabe cómo localizarlos.

Su problema podría ser que construyó su vivienda en un área irregular.

scjf