Ciudad Madero, Tamaulipas.- Una solitaria mujer de la tercera edad, vestida de negro como guardando luto, llegó en punto de las 10:00 horas al panteón de Árbol Grande de Ciudad Madero y se paró frente a una tumba, ahí reposaba el cuerpecito de su nieto, quien a las 15:00 horas del 22 de septiembre del 2016 fue declarado muerto por médicos del Hospital Regional de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la urbe petrolera.

Ella es María Concepción Ordaz Montelongo, quien trae en sus manos una carpeta amarilla que contiene una denuncia interpuesta ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos e impaciente mira su teléfono, realiza un par de llamadas, al parecer a su abogado.

Una hora más tarde, entre las criptas fue colocada una cinta amarilla para delimitar un perímetro por personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y trabajadores que portan picos, palas y una carretilla y unos hombres portando un traje de bioseguridad arribaron al lugar, ya eran las 11:30 y comenzaba la hora de abrir la fosa.

Solo bastan unos golpes y la tumba fue abierta, los peritos se agacharon y tomaron un pequeño ataúd blanco de aluminio y lo sacaron, doña Concepción rompe en un desgarrador llanto que se escucha varios metros a la redonda, se tapa su rostro, no soporta el dolor de una herida incurable por la pérdida de su primer nieto, se agacha mientras deja caer su bolsa, una persona palmea su espalda, con la intención de tranquilizarla un poco.

En la caja que muestra los daños por el paso del tiempo, yacen los restos mortales del pequeño Luis Arturo, quien presuntamente fue víctima de una negligencia médica por parte de unos doctores del mencionado nosocomio.

Luego de unas cuantas fotografías, así como una inspección de los presentes, un hombre colocó un plástico negro sobre el féretro, lo levantó con ambas manos y caminó entre otras tumbas, busca el acceso principal, se incorporó y caminó varios metros ante la mirada incrédula de testigos.

Ya afuera del Camposanto se abre la puerta trasera de una camioneta blanca e introducen la caja con los restos del pequeño, encienden el motor y emprenden su partida para hacer los estudios correspondientes y descartar una negligencia médica. 

La exhumación del cuerpo del recién nacido fue ordenada por la PGJE de Tamaulipas en el Panteón Árbol Grande de Ciudad Madero, lo anterior al existir una denuncia por presunta negligencia médica cometida en el Hospital Regional de Petróleos Mexicanos (Pemex).

La familia interpuso la denuncia penal 202/2017 en la Unidad Dos de Investigación de la PGJE en Madero y la CNDH hizo la recomendación en el expediente 41/2017, mientras que hay otro trámite en la Secretaría de la Función Pública marcada con el número 2016/PEMEX/DE326

Antes, la señora María Concepción relató que: “El recién nacido se va a exhumar por negligencia médica, pues el bebé venía grande, tenía un peso de cuatro kilos 100 (gramos) y no le quiso hacer el doctor que intervino cesárea, entonces pues lo mató relativamente al extraerlo”.

“Sí interpusimos denuncia ante el MP (Ministerio Público) de Ciudad Madero por negligencia médica y pues la exhumación del bebé”, explicó al indicar que la madre del infante se llama Luisa Beatriz Balderas Ordaz, “soy su mamá, sí tenía diabetes gestacional pero se estaba viendo”.

“Se estaba tratando tanto en el Hospital de Pemex como particularmente con el doctor que la intervino, ella ingresó al Hospital el 21 de septiembre, siendo hasta el 22 de septiembre a las 3 de la tarde cuando me dijeron la noticia, que el bebé había fallecido”, precisó la afligida abuela. 

Ahora, esa solitaria mujer que salió del cementerio a paso lento espera los resultados de las pruebas y su petición es clara, “Yo pido justicia para el bebé, justicia porque el bebé venía sano, que se investigue hasta las últimas consecuencia, era mi primer nieto, el primer hijo de mi hija”.