México, (Notimex).- El humor ácido priva en la puesta en escena "Detenidos", un retrato de la sociedad actual que se desarrolla en la comisaría de un pueblo cualquiera, y que fue escenificada por la agrupación teatral Cuauphilli, durante su participación en el XXX Encuentro Nacional de los Amantes del Teatro.

Se trata de una adaptación a la mexicana de la obra del dramaturgo español Alberto Miralles (1940-2004), donde una redada antidrogas sirve para poner de manifiesto la solidaridad del pueblo frente al egoísmo de los poderosos.

Bajo la dirección de Iván Peñalver, el montaje se desarrolla en una cárcel preventiva, en la que han sido recluidos personajes de lo más variopinto: un periodista, una prostituta, una madre que compra droga para su hijo junkie, un transexual, una prostituta, un adolescente rebelde, un diputado y un corresponsal de guerra algo tocado.

La interrelación de estos personajes le permitirá al espectador conocer, de forma divertida, sus mundos interiores, invitándolo a ir más allá de la superficialidad y la risa fácil; adentrarnos en el auténtico mensaje que trasmiten: “la solidaridad existente entre los desfavorecidos y la impotencia ante la injusticia del poder”.

El montaje arranca con la música de fondo del grupo Molotov “Give Me Power”, enseguida aparece un par de policías golpeando un periodista, quien se encuentra en una prisión. Minutos después aparece el resto de los personajes, todos, en la misma celda.

Allí, dialogan, hablan sobre la injusticia, las desgracias, la corrupción, las leyes, lo bochornoso y comprometedor que resulta estar encerrado, sobre todo si se es figura pública como es el caso del diputado que se encuentra entre ellos.

Momentos de tensión, angustia, desesperación y rabia se viven al interior de dicha celda, donde cada uno busca, a su modo, salir, pero el ser poco probable recurren al diputado, quien con sus influencias busca dejarlos libres.

Sin embargo, es este personaje, quien al más puro refrán de "más sabe el diablo por viejo que por diablo", quien utilizando todos sus recursos llega un pacto con el resto de sus compañeros de celda para poder salir, no sin antes haber ‘arreglado el asunto’ con los uniformados, quienes al final lo dejan en libertad.

En la celda, el resto de los enjaulados pregunta a los oficiales por el diputado, pero los uniformados dicen desconocer a tal personaje, "porque gracias a su dinero, paga su salario". Una obra, cuyo final pone el descubierto la injusticia, las desigualdades y lo corruptas que son las leyes y el poder.