No cabe duda que muchos de nosotros no sabemos dónde comienza el asunto de la discapacidad en los seres humanos. Pareciera que ésta llega de forma tal que a muchos no se les está permitido darse cuenta que ha invadido sus pensamientos, sus acciones y sus corazones.

No entendemos, -y al día de hoy seguimos enojándonos por ello- el que lleguen personas aparentemente “letradas”, en autos de lujo a los centros comerciales y se estacionen con toda la prepotencia y desfachatez existente.

Nadie se atreve a decirles nada, porque “no vaya a ser la esposa de tal o cual”, y a ellas o ellos les importa un comino.

Urge hacer cambios en los sistemas de atención para ese importantísimo grupo de personas con discapacidad que hay en cada rincón tamaulipeco, y garantizar que sean atendidos de forma adecuada, por ello, se trata de dar una nueva cara al modelo de atención.

En ese sentido, e gobierno y el DIF tamaulipecos presentaron el nuevo modelo social de atención, mismo que sustituye, por consiguiente, al antiguo modelo, y en ese sentido, se busca dejar de sentir lástima por ellos e incorporarlos a la vida productiva, intelectual, cultural y deportiva del quehacer diario.

El modelo plantea la urgente necesidad de verlos como nuestros iguales: nada distinto hay en una persona que vive en silla de ruedas con un oficinista que no la requiere: ambos tienen preparación y criterio, y ambos pueden ser punto de manutención de un hogar, siempre y cuando les tratemos de forma equitativa.

No se trata de hacerles vivir en una burbuja de cristal, sino de ubicarlos en un mundo para el que son importantes: tan importantes como sus ambiciones y sus retos, sus anhelos y sus necesidades, porque las tienen igual que cualquiera que vive en la entidad. Nada hay de diferencias.

El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y su esposa Mariana entregaron más de mil becas para alumnos con diversas discapacidades que se encuentran en la geografía tamaulipeca, y de la misma manera, hicieron entrega de equipos tan valiosos como las sillas de ruedas adaptadas para que ellos puedan practicar deportes o vivir una vida casi normal.

Insistimos en que no se trata de ubicarlos en una burbuja de cristal, pero sí, tratarlos como humanamente se debe hacer: como personas que pueden contribuir, de acuerdo a sus capacidades, a los requerimientos de la entidad.

Y mire que es como una persona que no puede correr porque tiene lesiones incurables en las rodillas, bien puede hacer otro tipo de funciones o trabajos, puede escribir o llevar a cabo tareas en las que las piernas no se requieran de movilidad. Se trata de darles el lugar que merecen.

Por eso, cuando vemos a esos abusivos y esas abusivas pararse donde no deben, pensamos en la necesidad de que la autoridad competente aplique elevadísimas multas a esa gente insensible, porque no es el ocupar un sitio prohibido: es negar el derecho a trasladarse con facilidad de otros tamaulipecos como nosotros.

Y eso no se vale, no al menos en tiempos en que todos debiéramos tener una actitud solidaria y de equipo, para entonces cambiar esas formas de actuar de los demás, en bien de los que requieren de un apoyo extraordinario, solidario, pero nunca entregado por la fuerza, sino convencidos de que entre todos podemos avanzar más rápido, en una sociedad que reclama el talento de cada uno de sus integrantes.

El gobernador Cabeza de Vaca pidió al sector laboral solidarizarse y crear oportunidades para estas personas, porque, insistimos, tienen tanto derecho a ganar el pan y llevar el taco a la casa como cualquiera de nosotros, y a soñar y defender sus sueños con su fuerza laboral que, pese a lo que la gente piensa, es extraordinariamente enorme, como su corazón y sus ganas de salir avante en un mundo injusto que a pesar de todo les margina. Que en nosotros no quede, por favor.

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.