Es interesante ver la manera en que la ciudadanía responde a sus autoridades, cuando hay una comunión entre ambas instancias, y sobre todo, cuando hay el deseo de ayudar unos a otros, porque es bien sabido que la autoridad sin la sociedad nada puede hacer y viceversa: nos necesitamos ambos; podría compararse a la tierra y el agua que, separadas no pueden hacer mucho, pero juntas…

También es muy sabido que para que un gobierno tenga  injerencia en la solución de necesidades ciudadanas, necesita dinero, y al menos, al día de hoy, no cae de las nubes: hay que trabajarlo, hay que buscarlo. La autoridad encuentra en diversos rubros como son sus paraestatales, bienes y servicios, que definitivamente, son alimentados por los ciudadanos, los causantes: los que pagamos impuestos. Sin causantes no habría recurso, y sin el mismo no habría obras: así de claro.

Y el gobierno de Tamaulipas hace una intensa campaña para que la gente viva al corriente en cuanto a ciertas obligaciones tributarias y legales como son los trámites de placas, predial, licencias y otros más, que oferta en el fin del año con unos descuentos importantes, ofreciendo quitar prácticamente todos los recargos.

Podemos pensar en que no es una medida justa, porque hay quien en enero o febrero cumple y entrega su recurso al gobierno y ésta hace obras; otros lo hacen a finales de año y pagan lo mismo, siendo que unos hicieron todo su esfuerzo en pagar a tiempo y no tienen más recompensa que la tranquilidad.

El asunto es que siempre hemos de encontrar algo de qué quejarnos, pero es justo considerar que este tipo de campañas que lleva a cabo la autoridad tienen repercusiones positivas, como el hecho de propiciar que una gran mayoría de tamaulipecos circulemos con papeles en regla y completo orden, dejando la ilegalidad a un lado.

Ya ve que pronto habrá un registro –ya es ganancia- de unidades extranjeras que entraron ilegalmente al país y son contrabando del más puro; el gobierno quiere que todos estemos en regla, y con estas acciones nos motiva a hacerlo.

Quizá lo que es desmedido es el sistema de requerimientos fiscales que llevan a cabo en las oficias de esta naturaleza, donde en muchas ocasiones llegan a azolar al causante sin motivo aparente: muchos son los casos de personas que son requeridas para una obligación fiscal cuando ya la tienen cumplimentada, es decir, algo hay de error en el sistema que los hace aparecer como deudores. esperamos, sinceramente, que este inconveniente se corrija, y que los métodos de “motivación” puedan hacerse dentro de un marco legal.

Volviendo al tema inicial, nos enteramos que habrá guardias en las oficinas fiscales y ahí se podrán tramitar todos estos documentos, y es una forma en que nosotros, como contribuyentes, como ciudadanos le decimos al gobierno estatal: “aquí está mi parte, ahora, cumple con la tuya”.

De otra forma, siempre hemos pensado que si no se participa no se puede exigir.

No podemos pedirle muchas cosas si no cumplimos con lo que debemos. Se trata, pues, de una relación en la que ambos cumplamos, ambos ganemos y ambos nos hagamos responsables de lo que debemos. Así de claro, así de sencillo.

Y en ese marco, con la llegada próxima de los aguinaldos, deseamos que muchos de los tamaulipecos que no están al corriente en sus pagos fiscales puedan dejar a un lado otros compromisos o gastos superfluos, y cumplan al gobierno estatal, para que, con esa misma alegría, exigirle resultados en los rubros que todos conocemos que hace falta más acción.

Finalmente, reiteramos que un gobierno necesita dinero, y qué mejor que el mismo sea proveniente de la propia ciudadanía que, con su trabajo cotidiano hace que la entidad vuelva a resurgir, como nos gusta a muchos verla: altiva y heroica, en la margen del Bravo...

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.