Una de las funciones básicas del estado mexicano es proporcionar seguridad pública a sus ciudadanos. Desde 1997 a la fecha se han llevado registros puntuales de los diversos delitos del orden común y federal que se comenten en nuestro país diariamente (Sistema Nacional de Seguridad Publica), con la finalidad de estar llevando un control especifico de estos datos y además poder tener estadísticas de comparación entre diferentes periodos de los tres niveles de gobierno. 

Estos datos nos han permitido conocer el devenir histórico de la incidencia delictiva y además estudiar la identificación de sus causas y los elementos que están alrededor de la comisión de un delito. Antes del año 2000, digamos 30 años antes en los setentas y en adelante, los delitos del orden federal no eran de gran impacto y los del orden común (robos, asaltos, lesiones, etcétera) eran atendidos de una manera regularmente eficaz por las policías municipales y estatales. Cuando les preguntabas a los ciudadanos cual era el principal problema de tu comunidad o te decían los servicios públicos (agua, drenaje, pavimento), o decían que era la falta de empleo o los servicios de salud y la seguridad pública, estaba en el cuarto o quinto lugar.

En los últimos 17 años en diferentes estados de la Republica y en el país en general el principal problema que demanda el ciudadano es la seguridad pública.

Se ha convertido este fenómeno social en el principal reto del estado mexicano por su complejidad. Se han ya descrito con puntualidad que algunas de las razones que desataron la violencia es la falta de policías capacitadas y bien pagadas que fueron poco a poco rebasadas por lo que se ha llamado “la delincuencia organizada”.  Además un sistema de impartición de justicia con muchos procesos burocráticos que no alienta al ciudadano a denunciar (1 de cada 10 ciudadanos denuncia el delito) y por otra parte de los que se denuncian se enfrentan a un proceso tortuoso de solución.

Hay razones de orden social que han abonado grandemente a esta problemática: La migración interna hacia los estados fronterizos, donde se da el tráfico de personas para los Estados Unidos de Norteamérica, donde cruzan ilegalmente cientos de armas hacia nuestro país, ha crecido el consumo de drogas en la población joven y se ha disparado el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos por un crecimiento del consumo ya legal de las mismas como la mariguana; en un país con un alto poder adquisitivo y en donde cada vez más norteamericanos demandan estos estupefacientes se ha vuelto un negocio ilegal muy rentable.

Como podemos apreciar el tema es muy complejo y no existe una sola solución para resolverlo. Sin embargo ya se han hecho estrategias de política pública que deben de servir para regresar a los niveles de tranquilidad que teníamos antes del año 2000. Por ejemplo la implementación del nuevo sistema de justicia penal que pretende disminuir de 6 meses que duran actualmente en promedio la solución de los delitos denunciados a solo algunos días u horas para la dictaminarían de las penas respectivas. 

El fortalecimiento de las policías locales, donde se tienen ya mejores tabuladores de sueldos y un sistema de controles de confianza y evaluación de las policías para lograr su profesionalización. Un Código penal Único quedando pendiente igualara los delitos por estado. Estando pendiente de aprobar por el Congreso de la Unión la iniciativa de la Ley Sobre Seguridad Interior que le dará un marco legal a la participación de las fuerzas armadas en su labor de seguridad ciudadana y además especificara las responsabilidades de los gobiernos estatales y municipales en esta materia.

La inseguridad pública se combate además con la creación de empleos como ya se ha logrado por este gobierno el record de 3, 300,000 nuevas fuentes de trabajo. Se combate buscando la integración familiar evitando la violencia en el hogar y buscando bajar los índices de deserción escolar.

Los datos nos muestran que el perfil más común de los delincuentes son de personas que sufrieron violencia en sus primeros años de vida, en el hogar, en la calle, dónde muchos de ellos tuvieron un ingreso económico siendo menores de edad, se iniciaron en el consumo de drogas  temprana edad, no terminaron la educación primaria o dejaron trunca la secundaria.

Estas situaciones sociales nos obligan en síntesis a reflexionar lo importante que es cuidar a la niñez y a la juventud,  además de lograr que existan gobiernos honestos y eficaces para lograr un desarrollo económico sostenible y conseguir así la confianza de los ciudadanos en las instituciones de procuración de justicia.

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