México, (Notimex).- Juan Soriano fue muy valiente, al ser tan abierto ayudó a que la sociedad tuviera un criterio más amplio, porque en su generación era muy difícil decir que alguien era homosexual, “eran sumamente rechazados, satanizados, lo mismo que las lesbianas, no era como ahora que la sociedad es manga ancha y los acepta, que bueno, porque lo que importa es lo que se tiene en la cabeza”, expresó la escritora  Elena Poniatowska (1932).

En entrevista con Notimex con motivo de la reedición de su libro “Juan Soriano, niño de mil años”, la ganadora del Premio Cervantes 2013 consideró que el artista era como un duende de la pintura mexicana que sin solemnidades podía decir todo lo que le pasaba por la cabeza, “de joven iba a muchas fiestas, se emborrachaba y bailaba en un cabaret con Lupe Marín, hacían una pareja muy chistosa”.

Sentada en su sofá color amarillo y teniendo de fondo un ventanal que da al jardín lleno de flores, Poniatowska recuerda con nostalgia que Juan Soriano y ella caminaron juntos, se quisieron mucho y siempre cultivaron una amistad que surgió porque el escultor era amigo de Carolina Amor de Fournier, prima hermana de Paula Amor, madre de Elena.

“En la casa de Caro de Fournier está un mural pintado por Juan (Soriano), creo que es uno de sus pocos murales, es muy bello, la amistad de él con mi tía hizo que iniciara nuestra amistad y de ahí se sumaron más de 45 años”, indicó la autora de “Hasta no verte Jesús mío”.

“Fue una relación de muchos años, la primera entrevista que le realicé fue en 1953 y de ahí lo acompañe por muchos años, menos durante su estancia en Europa, pero él me escribía cartas muy bellas acompañadas de dibujos, que tengo guardadas y para mí son un tesoro, algunas están enmarcadas, otras las he prestado para exposiciones, y ahora que lo pienso no sé si me han regresado todas”, señaló.

Las largas charlas, las cartas y los dibujos que le regaló el escultor dieron forma a la biografía “Juan Soriano, niño de mil años” que se publicó por primera vez en 1998 y en la que Poniatowska captura la esencia del pintor y escultor en un relato narrado por el propio artista.

En la entrevista, la escritora rememoró los amores de Juan Soriano, “su primer amor fue Diego de Mesa, aunque su gran amor fue Marek Keller a quien conoció en París y quien le vino a componer toda la vida a Juan porque él era muy desordenado, Marek siempre procuró que tuviera una buena comida, una buena casa, un buen sofá, además le dio una estabilidad económica que Juan nunca hubiera conseguido solo”.

Ahora, a once años del fallecimiento de Juan Soriano (1920-2006) Keller continúa siendo el mayor promotor de la obra del pintor, aseguró la también periodista, quien puso como ejemplo de ello el Museo que está próximo a inaugurarse en la ciudad de Cuernavaca.

“El encargado de la creación un museo dedicado a Soriano es Keller, es un parque inmenso, será la gran obra cultural durante el mandato de Graco Ramírez y yo estaré ahì para la inauguración”, apuntó la escritora que actualmente trabaja en una novela dedicada a su familia: Los Poniatowski.

“Esta novela me está costando un trabajo horrible porque no sé polaco, no sé geografía ni historia de Europa, eso me angustia un poco porque es regresar 200 años de historia, hasta el último rey de Polonia como país independiente fue Estanislao Augusto Poniatowski, lo que me ayuda es que sé inglés y francés”, comentó.

A sus 85 años de edad, Elena Poniatowska continúa activa y con mucho trabajo, pues además de su columna semanal en el diario “La Jornada”, la investigación para su próxima novela y la promoción de su libro reeditado por Planeta, tiene que darse tiempo para ordenar los cientos de libros colocados en al menos cinco libreros, además de los apilados por varios rincones de su casa.

“No sé ni cómo le voy a hacer, pero tengo que organizar todo porque tengo 85 años y mis hijos me dicen que no les vaya yo a dejar un tiradero tan espantoso, quieren todos estos libros porque viven en departamentos y no les caben, así que todos los voy a donar a mi fundación”, concluyó.