Hoy es Jueves 25 de Abril del 2024


Traición priista

Por: Juan Sánchez El Día Martes 21 de Noviembre del 2017 a las 08:20

La Nota se ha leido 1354 veces. 2 en este Día.

El movimiento revolucionario iniciado el 20 de noviembre de 1910, cierto es que acabó con la dictadura de José de la Cruz Porfirio Díaz Mori –fue Presidente hasta en siete períodos--, pero igual le permitió a los militares enquistarse en el poder tras los asesinatos de Francisco Ignacio Madero González, Emiliano Zapata Salazar y Pancho Villa (José Doroteo Arango Arámbula, es su nombre original), hasta 1946, cuando cedieron a un civil el mando (Miguel Alemán Valdés).

De entonces a la fecha han transcurrido 71 años --aunque hay quien sostiene que el enquistamiento priista se dio con el arribo presidencial de Francisco Plutarco Elías Campuzano (más conocido como Plutarco Elías Calles) por haber fundado el tricolor en marzo 4 de 1929--, pero, fuera de esa cuestionable apreciación lo cierto es que el tricolor está marcado por la traición (ahora y como siempre), invalidando así su proyecto de justicia social.

Ello significa que en nueve ocasiones ininterrumpidas el PRI ostentó al mando presidencial (54 años), hasta que, en el 2000, fue echado de la residencia oficial de Los Pinos por el membrete albiceleste, que le repitió, en 2006, la dosis; pero éste sucumbiría un sexenio después, dando paso a que la mentada ‘gran familia revolucionaria’ se instalara (nuevamente) en el poder, pero con amplias dificultades por dejar que el país navegue a la deriva.

Al cumplirse el CVII aniversario del levantamiento armado que tanto cacarea el Revolucionario Institucional –puntualmente fue ayer--, asoma el espectro de la derrota (en 2018), otra vez, por carecer el tricolor de un líder capaz de aglutinar el ánimo ciudadano.

Sin embargo debo aclarar que la Revolución Mexicana no es asunto exclusivo, ni excluyente, del PRI, pues en la revuelta (desde su arranque y hasta su consumación) intervinieron grupos políticos de muy variadas y encontradas ideologías. Tanto de izquierda como de derecha y centro no obstante que los políticos quieran dividir sólo en dos la controversia.

Acudo al hecho por advertir que el año próximo, la Presidencia sería ganada por Andrés Manuel López Obrador ante la pobre oferta que (hoy) exhiben sus adversarios (incluidos los llamados independientes), pero no descarto una sorpresa como serían: 1) la imposición, 2) el surgimiento de un empresario bondadoso, como candidato, para cautivar a los electores; o, 3) un acuerdo entre el PAN, PRD, MC, PVEM, Panal, PES y PRI, para postular candidato común capaz de diezmar al tabasqueño.

Y es que, en esta carrera, como siempre, no contarían los principios ideológicos. Sólo la conveniencia de seguir mamando en la ubre, que les permitiría a unos refrendarse en el poder y a otros conservar su registro, apostándole, como en cada justa, al abstencionismo.

Como sea, el tricolor, al conmemorare la lucha armada, que pone de pretexto en cada aniversario y no ha cumplido en su postulado de justicia social, recurrió por enésima ocasión a querer persuadir al conglomerado, cuando han sido (y son), sus mismos dirigentes, quienes han traicionado los preceptos que le dieron vida a la Revolución Mexicana.

Ésa que el conglomerado celebra para irse de vacaciones. O, simple y llanamente, para evadir su responsabilidad.

Presidencia ¿perdida?

En Tamaulipas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) mordió polvo en las tres últimas contiendas para elegir Presidente de la República –en el 2000 su candidato fue Francisco Labastida Ochoa; en el 2006 Roberto Madrazo Pintado; y en 2012 Enrique Peña Nieto--, lo que lleva a suponer que el año próximo se reproduciría el rechazo estatal a la oferta tricolor y lo peor, es que no asoma quien garantice el triunfo.

A menos, claro, que postulara a un personaje capaz de convencer a la sociedad --cuya hambre y sed de justicia es tanta, que ya no les cree a los políticos, partidistas o independientes del momento--, de resarcir todo el daño que se le ha hecho, en su objetivo de mendigar votos (con falsas promesas de asistencia social).

Su contraparte –léase, los victoriosos de esas tres justas--, tampoco le cumplieron al pueblo una vez instalada en el poder, generando encono y decepciones, desconfianza y apatía, por lo que el escenario es incierto, hasta el momento, aun cuando Andrés Manuel López Obrador puntea en cuanta encuesta se levanta para medir su posicionamiento y la tendencia del voto que, por cierto, igual favorece el tabasqueño por amplio margen.

Recuerdo y bien, que Tomás Yarrington Ruvalcaba, en un desplante de autosuficiencia, sugirió a Labastida que hiciera campaña en entidades gobernadas por Acción Nacional, pues en Tamaulipas, ‘sobradamente la tenía ganada’.

Según él.

Pero Vicente Fox Quesada resultó electo.

Seis años más tarde Eugenio Hernández Flores como gobernador le ofreció más de 600 mil votos a Roberto Madrazo Pintado, pero al finalizar el escrutinio, se dio cuenta que Ricardo (‘El Negro’) Gamundi Rosas falló en su comisión, pues Felipe Calderón Hinojosa se alzó triunfante en ésta tierra.

En 2012, el entonces mandatario estatal, Egidio Torre Cantú, ratificó su animadversión al tricolor (jugándole las contras a Enrique Peña Nieto) y ordenó a la directiva estatal priista hacerle al pendejo, para que el voto asistiera a Josefina Eugenia Vázquez Mota, empinando de nueva cuenta al partido que lo llevó al poder y en el cual nunca militó.

Acudo a esta referencia porque en el actual proceso, sin haber (aún) oficialmente candidatos presidenciales, la sociedad tamaulipeca muestra, claramente, animadversión electoral.

Más hacia los priistas y albicelestes, por traicionar sus principios.

Intimidación

En principio le aclaro al licenciado Edgar Iván Arroyo Villarreal, secretario ejecutivo del Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam), que carezco de un título que me acredite como colega suyo. Y jamás lo he necesitado en mi ejercicio periodístico, que practico desde hace casi cuatro décadas.

Además siempre he estado consciente que de ostentarme así, por lo menos, incurriría en usurpación de profesión.

Por tanto le pido que cuando a mí se dirija anteponga la C –significa ciudadano--, en lugar de ‘Lic’.

Y, fiel a mi costumbre, responderé de inmediato.

Como ahora lo hago al enterarme de la notificación que el licenciado Edgar Uriel Hernández Ortiz dejó en el periódico ‘Expreso’ –ahí colaboro en mi carácter de columnista político--, para que le entregue pormenores, al Ietam, de la encuesta a que hice referencia el (domingo) 22 de octubre próximo pasado.

Desde el día siguiente de la publicación Arturo Muñiz Martínez llamó insistentemente a mi teléfono celular, solicitándome copia del documento como si su servidor hubiere ordenado su levantamiento.

Una y otra vez me pidió le enviara el estudio completo contendiendo los criterios de carácter científico.

Son tantos que por el momento los omito.

De cualquier forma le hice llegar el nombre de la empresa, dirección, la metodología utilizada y los resultados.

No obstante usted licenciado (Edgar Iván Arroyo Villarreal) me exige mayor documentación, al través del oficio SE/1510/2017.

Hasta el grado de querer amedrentarme.

Al menos esto lo consigna el documento, donde se me advierte que, de no ponerle ‘el dedo’ a mis informantes –en el lenguaje coloquial así se llama--, el Ietam me fincaría responsabilidades ‘por negarme a entregarle copia del estudio’ al modo que mejor le plazca a esa autoridad.

¿Y dónde queda la libertad de expresión?

Lo pregunto porque al comentar los resultados de esa encuesta, cité ‘la fuente’, que es dónde usted debiera investigar.

A menos claro, que le hayan ordenado amenazarme por molestarles mis comentarios.

Y que conste, no recurro al amparo porque no cometí delito alguno.

Simple y llanamente referí resultados, que, por lo visto, incomodaron al colegiado del Ietam, que preside Jesús Eduardo Hernández Anguiano, hasta hoy.

Quizás, tanto como a usted --quien tomó posesión del cargo pese al rechazo de los partidos del Trabajo (PT) y De la Revolución Democrática (PRD), como de los mentados independientes--, quien con su actitud nos da la impresión a los periodistas de tener ‘línea’ para hostigarnos.

En fin, como buen ciudadano que soy y siempre lo he sido, en breve tendrá en sus manos otra copia completa del documento.

Pero no me exija que le diga quién pagó el estudio, porque, tampoco lo sé.

Y le recomiendo que no acuda a la amenaza para así hacer notar su pasajera autoridad.

Monigote

Se dice, fuerte y quedito, que el presidente municipal de Matamoros sólo firma cuanto documento le presentan sus asesores (sin revisar nada), ya que éstos le han ofrecido reelegirlo, pero bajo la condición de no meterse en honduras, por estar ellos encargados de acreditar el gasto.

Jesús de la Garza Díaz del Guante, hasta la fecha, mostró signos de su entreguismo…

E-m@il:

jsam_gg@hotmail.com

Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.

DONA AHORA

Para que HOYTamaulipas siga ofreciendo información gratuita, te necesitamos. Te elegimos a TI. Contribuye con nosotros. DA CLIC AQUÍ


DEJA UN COMENTARIO

HoyTamaulipas.net Derechos Reservados 2016
Tel: (834) 688-5326 y (834) 454-5577
Desde Estados Unidos marque: 01152 (834) 688-5326 y 01152 (834) 454-5577