En una semana, conoceremos al verdugo de Peña Nieto
Todo gira en torno a la máxima decisión de Enrique Peña Nieto: el destape del candidato para sucederlo, en el máximo cargo del país. Se trata del acto más trascendente que un jefe de Estado realiza cada sexenio, aunque, no siempre, él beneficiario, ha sido él favorito del Presidente.
Desde los tiempos de Carlos Salinas, cuando matan al candidato Colosio, la nomenclatura del mercado, con Córdoba Montoya a la cabeza, desplaza a CSG y le imponen al doctor Ernesto Zedillo, con las consecuencias que ya todos conocemos: EZ encarcela al hermano de Salinas, se aleja del PRI, y llegado el momento, le entrega el poder al PAN foxista.
En su momento Fox también quería como candidato a Santiago Creel Miranda, su Secretario de Gobernación. Pero el hecho de jugar con una sola carta, provocó el desgaste del funcionario de piel criolla, y se impuso el chaparrito michoacano Felipe Calderón. Los resultados se dejaron sentir también de manera inmediata, pues el desencuentro y el alejamiento de Fox y su sucesor, fue más que elocuente.
Posteriormente, Felipe Calderón, no se preocupa por ocultar sus intenciones de hacer de Juan Camilo Mouriño, el beneficiario del testamento sexenal.
Lo lleva de manera meteórica hacia las alturas más significativas del olimpo gubernamental, en la Secretaría de Gobernación. Pero el desplome metafórico y literal, acabó con el sueño sucesorio, cuando ocurre aquel accidente, que para muchos , tuvo un tinte de crimen, desde el mismísimo vientre del sistema panista. La candidatura recayó en Josefina Vázquez Mota, que finalmente sería desprotegida para permitir el triunfo de Enrique Peña Nieto.
Hoy, sucede algo parecido: el consentido del Presidente, es Aurelio Nuño Mayer, su Secretario de Educación, su hechura, su producto más genuino, en términos de genética política, pero el que parece tener el aval de los factores financieros internacionales, y el visto bueno de los grupos económicos más poderosos del país, es el Secretario de Hacienda , José Antonio Meade.
Meade, es hermano y alter ego de Luis Videgaray, considerado como el hombre más influyente del gabinete. Algunos lo han llamado el Vicepresidente de facto, o en términos maquiavélicos, el verdadero poder tras el trono.
A lo largo del sexenio, la competencia entre Videgaray y Miguel Angel Osorio Chong, (Gobernación), fue cruenta. Ambos se disputaron el derecho a decidir candidaturas a gobernador, y se sabe que, en el 2016, hubo zancadillas, que abrieron las puertas de la alternancia, en estados como Tamaulipas.
Hoy, ambos, Videgaray y Osorio, parece que quedan eliminados de la sucesión, pero Luis podría imponer a su gran amigo Meade, un tecnócrata que no es militante priísta, pero que, para algunos, es el único que podría sumar votos hacia afuera, y darle la pelea a Andrés Manuel López Obrador.
Si Meade es el candidato, el abanderado de Los Pinos, llegará sin deberle ningún favor a nadie, ni siquiera a Peña, pues no es su favorito. Incluso, dadas las circunstancias del desgaste de la figura presidencial, el candidato está obligado a deslindarse del actual gobernante, y de sus errores. Deberá asumir un discurso propio.
Los efectos se traducirán en que, se aliará más con el PAN que con el PRI. Se reeditará un capítulo más del candidato que se vuelve contra el autor de su destape.
En otras palabras, estamos ante la seria posibilidad de que, el Presidente, obligado por las circunstancias, le entregue el poder al PAN, por la vía de un candidato que, tiene mucho más coincidencias con los azules, que con los tricolores.
Con Meade en la Presidencia, es muy probable que desaparezca el PRI, y que surja una nueva organización, o bien que de su división, surja una nueva membresía. La llegada de José Antonio Meade, podría generar también, un éxodo masivo de priístas hacia MORENA.
El misterio, ya casi se devela. Para algunos, podría ser el próximo lunes 27 de noviembre. Justo en una semana.
Aunque también, Peña Nieto podría llevar el suspenso a su límite, y destapar, el miércoles trece de diciembre, un día antes de que arranquen las pre campañas. Esto último es improbable.
Las chimeneas de Los Pinos ya empiezan a presentar señales de actividad. Como sucede con el cónclave cardenalicio, del cual surge el nuevo Papa, no falta mucho, para que salga el esperado humo blanco. Y la voz del sistema anunciando al país y al mundo:
---Habemus candidato.
POSDASTA: Osorio y Eruviel, se quedaron en el camino, pero seguramente, no quedarán desprotegidos. Narro, fue el candidato ideal..lástima, porque hubiese sido un buen Presidente.
Fernando Acuña Piñeiro
Egresado de la Escuela de periodismo en la UAT.
Ingresó al periodismo desde 1985. Ha colaborado como reportero y columnista, en los principales diarios y portales de Tamaulipas, (Expreso de Victoria, La Razón de Tampico, Expreso Matamoros, Diario de Tampico, Reporteros en la Red y Gaceta, entre otros.
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