Conforme llega el final del presente año, se acerca más el tiempo en que hemos de elegir gobernantes; 2018 será clave para el desarrollo de nuestro país, y la política está demasiado revuelta hoy en día, por diversas razones que mantienen un enojo generalizado en la sociedad, y expectativas en distintos grupos políticos, dentro y fuera de los llamados partidos políticos que tienen, hoy más que nunca, la animadversión popular ganada a pulso.

No podemos decir que uno de los llamados “importantes” pueda tener una mayoría, porque a decir verdad, ninguno ha llenado las expectativas populares y las demandas sociales, mismas que han quedado en promesas, en “veremos” y en otras cosas muy alejadas de una realidad que duele, que cala, que nos afecta y enoja a casi todos.

Los acontecimientos últimos que dejaron como resultante el abandono de miembros muy añejos de Acción Nacional deja al descubierto el tipo de políticos que tenemos: llenos de ambiciones personales, no institucionales, sin una mística propia, sin filosofía qué seguir que no sea la de hacer dinero, fortuna y enrarecer el ambiente, y sin más meta que ser candidato por uno… u otro partido.

Y como corolario, la autoridad electoral ha dispuesto que haya candidaturas independientes, que, a juicio nuestro, se han choteado, es decir, ahora todos queremos ser candidatos, que, aunque tenemos el derecho constitucional, hemos de ser honestos y pensar si realmente tenemos las posibilidades.

¡Vaya! Es como si alguien que nunca ha jugado fútbol quisiera jugar en la Champions.

Querer hacer bien las cosas no quiere decir que todo México nos conozca. Hay figuras en uno u otro estado que son harto conocidos, pero que en otras entidades nadie tiene idea de quienes son, y lógicamente, en una elección votarían por él sus conocidos, pero en más de 30 entidades nadie los conocería y menos votaría por ellos.

Habría que pensar si tienen realmente posibilidades y no calentarnos con el deseo de estar ahí, porque, para poder registrarse como tal hay que pasar un filtro de casi un millón de firmas, y en ese intento suele quedarse toda la voluntad y entusiasmo, porque conseguir las firmas cuesta tiempo y dinero, y que sepamos, pocos quieren invertir su patrimonio en tratar de obtener firmas si no tienen la certeza de que sacarán algo de provecho.

O así hemos visualizado a todos nuestros políticos: nadie saca algo por los demás si no significa ventaja personal o patrimonial.

Entonces, el abandono de figuras del PRI, PAN, PRD y Morena principalmente no nos deja más duda que la que la mayoría de os mexicanos pensamos: quieren únicamente un puesto para beneficio personal, y poco o nada les interesa México.

Todo el aspecto de las elecciones se ha enrarecido también con lo acontecido en torno a los temblores pasados, por la forma en que se ha manejado la información sobre los recursos y quién ha hecho mal uso de ellos, con pruebas, algunas, que demuestran la poca calidad humana, y otras, que son muchas, que no son más que chismes de lavadero, inventos, diatribas creadas con el ánimo de perjudicar a alguien o a algún grupo o partido político.

Lo cierto es que los partidos deben sentarse a pensar realmente qué quieren ofrecer, porque la gente ya no se cree las cosas, menos cuando sale un tipo de dudosa credibilidad y honorabilidad como Enrique Ochoa hablando de honestidad.

¿Quién cree de este tema a un individuo que se robó una liquidación ilegal?

Pues en todo este panorama, la verdad es que se antoja difícil pensar en quienes serán nuestros representantes y gobernantes. El panorama no es muy halagador, porque tenemos muchas posibilidades, pero realmente, muy poco bueno qué elegir.

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.