El 15 de Octubre, es el Día Internacional de la Mujer Rural. Hecho por el cual, en días pasados, a lo largo del territorio nacional se realizaron algunos eventos y se escuchó lo mismo de siempre, ya saben, “que impulsar el campo”, “que más apoyos” “que esto y lo otro”, en fin...

A lo largo de mi corta vida he conocido grandes mujeres que son orgullosas campesinas, y muchas de ellas, no sólo se dedican a entrarle al azadón y a los machetes, también saben tenerle amor al folclore y ser quienes alzan la voz, de casi una tercera parte de la población femenina en México, a través de la música y la poesía. Les debo toda mi admiración y respeto pues, hoy en día el trabajo en el campo sigue siendo de los más pesados, y desafortunadamente, muy mal pagado.

Más allá de los potreros

en casas de adobe y paja

hay mujer que no se raja

no se rinde y lo primero

que tiene en su ser sincero

es ser sustento y calor de

madre, expresión de amor

de dar la vida en la lucha,

ser quien habla y quién escucha

y ser alivio al dolor.

Tus manos son la planicie

donde se siembra esperanza

y aunque el cuerpo se nos cansa

y el fuerte sol acaricie

dominas la superficie

con gran tesón y arduo esmero

demuestras que no hay un pero

para salir adelante

aunque te miren distante

más allá de los potreros.

Pablo Fernando Huerta Reyes

Músico, compositor y escritor victorense, desde los 17 años ha desarrollado el arte de la música popular y  el gusto por la poesía decimal. 

Con participaciones artísticas en varios estados de la República entre los cuales destacan el Festival Internacional Revueltas en el Estado de Durango, el Festival FIMEX, en Pátzcuaro Mich. Y en el ya finalizado Festival Internacional Tamaulipas, ha destacado e impregnado huella en los mexicanos, por sus composiciones musicales y las letras de sus poemas.