Divide et impera (divide y vencerás), es una frase atribuida al emperador romano Julio César. Pero a decir verdad, su origen está aún a discusión, aunque los gobernantes la usan como estrategia para impedir que la vox populi (voz del pueblo) coincida en una misma apreciación. Y más si ésa va encaminada en contra del régimen establecido, como el que preside Enrique Peña Nieto.

Por algo no me extraña el revoltijo político-ideológico que dio vida al Frente Ciudadano por México (FCM); la apertura priista a quienes jamás han militado en sus filas para ser postulados a cargos de representación popular (aquí va incluida la Presidencia de la República); el juego que se da a los llamados candidatos independientes; ni la renuncia de Margarita Ester Zavala Gómez del Campo al membrete albiceleste.

Todo, con el marcado objetivo de impedir que Andrés Manuel López Obrador se instale en Palacio Nacional.

Y es que su posicionamiento sigue creciendo cotidianamente. Hasta el grado de marcar la agenda, obligando así a Enrique Peña Nieto (y sus socios ocasionales en el ejercicio relevista) a responderle (aunque tarde) con puntos de vista más apegados a la realidad, quizá, aunque no por el hecho convincentes para un pueblo con harta hambre y sed de justicia.

 Hace días, allá en el Palacio Legislativo de San Lázaro los lacayos del mandatario (federal) le brindaron fuerte aplauso al secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña –antes de que iniciara su comparecencia--, como nunca antes lo hicieran con otro funcionario, dando pie a suponer que será candidato a la Presidencia (por determinación del mexiquense).

Obviamente, el hecho causó disgusto a Miguel Ángel Osorio Chong, quien, según tabasqueño sería el mejor candidato priista, no obstante su desempeño en el ejercicio administrativo.

Lo mismo pudo haber molestado a Luis Videgaray Caso –antecesor del funcionario ‘apartidista’--, aun cuando fuerte y quedito dicen que está atrás de su sucesor en el gabinete federal, porque se le exhibió antes de tiempo.

Como fuere, Meade corre ya en ésta carrera. Igual que la esposa de Felipe Calderón Hinojosa, los debilitados Ricardo Anaya Cortés y Rafael Moreno Valle Rosas, más los aspirantes que se acumulen --de todos los partidos--, siempre y cuando les vean posibilidades de ganarle al ‘Peje’ y conservar, retornar y/o asumir la jefatura del Poder Ejecutivo federal.

Aquí están inmersos los independientes –como el mentado ‘Bronco’ (Jaime Rodríguez Calderón), el senador Armando Ríos Piter y otros--, al, por consigna, prestarse al juego del divisionismo.

Como ahora lo hace Margarita –‘es bebida o existe, le respondió al ex presidente el ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México’, hace apenas un par de meses--, quien del membrete albiceleste se fue tras una candidata independiente, porque, dijo, no encontrar en el PAN condiciones de libre competencia.

¿Usted le cree?

Yo tampoco, por ser parte del rejuego fraguado por su marido con el señor de Los Pinos.

En fin, habría que darle el beneficio de la duda, pese a que otrora la actitud que asumió haya ofendido al pueblo de México al acusarlo de ser malagradecido…

Lo cierto es que ella, Anaya Cortes (PAN), María Alejandra Barrales Magdaleno (PRD), Dante Delgado Rannauro (MC), como Enrique Ochoa Reza y Enrique Peña Nieto (PRI), andan desesperados por aniquilar (en este proceso) al tabasqueño, sin reparar que impulsando el divisionismo les será más infructuoso.

Bajo posicionamiento

Un grupo de analistas y líderes de opinión coincide en observar que el método recurrente de los nueve partidos políticos que juegan en la justa electoral es la imposición.

Y si el grueso de los aspirantes presidenciales no logra penetrar con éxito en el ánimo partidista, es por falta de trabajo, hasta el grado de que al cerrarse el primer mes del proceso electoral, el balance sería que sólo generaron hartazgo y exhibieron bajo nivel de competencia.

Así ocurrió porque los más de veinte pretendientes, sus asesores sabelotodo, los panegiristas que los acompañan y hasta uno que otro aprendiz de político, sustituyeron al debate y al razonamiento por el pleito estéril.

A la menor provocación sus corifeos se lanzaron al cuello de sus adversarios --con todo--, sin que les importara que los ojos de la ciudadanía estuvieran puestos en ellos ni que sus riñas motivaran la crítica fundamentada de los medios de comunicación masiva, que ante lo insulso de las ofertas optaron por destacar otros temas aunque estos resultasen de menor trascendencia.

Así lo que vio, leyó y escuchó el elector, en todo caso, no pasó de ser un catálogo de buenas intenciones, cuya diferencia entre uno y otro prospecto lo marcó el énfasis que cada cual aplicó a su discurso.

El problema de bajo perfil que registran los adversarios del ‘Peje’ no se dio porque razonaran sobre las necesidades de los segmentos poblacionales que habitan en el país, sino por la manera ambigua en que plantean superar dichas carencias y rezagos.

Es decir, no expusieron con claridad cuáles serían sus estrategias específicas partiendo de lo que hasta ahora se ha realizado y/o dejado de hacer.

Esto es lo que podría distinguir a un proyecto de otro.

Por tanto, ningún sentido tendría que hicieran berrinches cuando se les avise de qué lado masca la iguana.

Estrategia

Las acciones gubernamentales en contra de las bandas criminales, que ha emprendido Francisco Javier García Cabeza de Vaca, empiezan a redituar frutos en la entidad.

Es que la sociedad ha entendido que tal responsabilidad nos atañe a todos, pues es, precisamente en los hogares y los centros educativos, donde debe iniciar la cruzada antiviolencia, de parte suya, en tanto que la autoridad aplica sus propios métodos de combate.

Restablecer la seguridad pública en Tamaulipas, es una tarea que el gobernador mantiene en su agenda diaria, por lo que frecuentemente se reúne con las autoridades federales destacadas aquí en la entidad para combatir ese flagelo.

Con el Grupo de Coordinación en esta materia ha revisado una y otra vez los resultados de la estrategia aplicada en Tamaulipas, donde se han planteado otros esquemas para reforzar la vigilancia.

Y hasta el momento, sigue funcionando la estrategia.

Extradición, el fondo

La detención de Eugenio Hernández Flores, en esta capital, reaviva las especulaciones sobre su extradición a la Unión Americana.

Y el de su antecesor, Tomás Yarrington Ruvalcaba.

Ignoro el contenido de las averiguaciones previas --que obran tanto en poder de la Procuraduría General de la República (PGR) como de la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas (PGJT)--, pero observo disposición oficial para entregarlos a la justicia estadounidense.

Más cuando hay supuestos que se reproducen espontáneamente en los hogares, mentideros políticos y los pasillos de las instalaciones de la administración estatal.

Así, por atender una estrategia amenazante, se ha filtrado supuesta información acerca de averiguaciones previas donde aparecen nombres y más nombres –entre ellos los de sus colaboradores más cercanos en los períodos que gobernaron el estado--, pero lo cierto es que el cortina de humo, sobre el futuro que espera a Eugenio, se correrá mañana.

‘Influyentazo’ en Salud

La mala reputación del doctor Jorge Luis Sarmiento Barrientos llegó a la secretaria de Salud, Gloria Molina Gamboa, y al sub secretario de Servicios de Salud, Alejandro García Barrientos, quienes finalmente decidieron frenar el cambio de Alejandro Cárdenas Anzúres, quien en muy poco tiempo logró incrementar la productividad de los planes y proyectos de la Jurisdicción Sanitaria número uno.

Sarmiento Barrientos, además de todo lo que se le imputa, se niega a solicitar permiso en el ISSSTE y quiere ser un jefe de Jurisdicción de medio tiempo, lo cual simplemente no contiene cuando baja el cero, amén de que está acostumbrado a pedir comisión por todo y a todos...

Incluso bajo la amenaza de tener ‘vara alta’ en la oficina de la chiapaneca.

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Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.