Reflexión: “El Señor ha escondido su  rostro del pueblo… pero esperaré en él, pues en él tengo puesta mi esperanza”. Isaías 8:17

Como seres humanos, egoístas y muy creídos de sí mismos, ignoramos la grandeza de un Dios vivo que vela por la humanidad, sin importar credos o razas, aun cuando desdeñamos su poder, ignorando los consejos que a través de la Biblia nos enseña.

Dios es bondadoso y nos bendice a manos llenas, aun cuando nosotros le fallamos, lejos de agradecerle por sus bondades creemos que todo lo merecemos, y cuando mucho le damos las gracias, superficialmente, como diciendo “yo sé que me lo merezco.

Cuando las cosas marchan bien en nuestra vida es fácil adorar a Dios, cuando nos ha provisto de alimento, amigos, familia, salud y alegría. Pero las circunstancias no siempre son tan agradables.

¿-como adoramos a Dios entonces? ¿Qué hacemos cuando Dios parece estar distante de México y de los que en él habitamos, él ha mandado huracanes desbastadores y terremotos que acabaron con vidas y viviendas, que hace pensar de un pueblo sin Dios ni esperanza.

No se trata de ningún movimiento religioso, es el temor a un Dios real,  que en forma individual nos manda pruebas y experiencia amargas para que aprendamos a entregarnos a él con el corazón en la mano, y un arrepentimiento genuino.

El grado de adoración más profundo es alabar a Dios a pesar del dolor: agradecer a Dios mediante una prueba, confiar en él durante la tentación, aceptar el sufrimiento y amarlo aún aunque parezca distante.

La prueba del amor al prójimo, es la separación y el silencio, cuando estamos separados por una distancia física o nos vemos imposibilitados de hablar. En el caso de nuestra amistad con Dios no siempre nos sentidos cercanos a él.

Un gran filósofo dijo: “En cualquier relación hay momentos de intimidad y momentos de distanciamiento, y en la relación con Dios, no importa lo íntima que sea, el péndulo también se moverá de un lado a otro. Entonces sí que la adoración se pone difícil.

Por supuesto Dios en realidad no había dejado a David, como tampoco dejará a México y a ti en lo personal. Ha prometido varias veces: “Nunca ter dejaré ni ter abandonaré”. Pero Dios no te promete:

“Siempre sentirás mi presencia”. En efecto, Dios reconoce que a veces oculta su rostro de nosotros. A veces es como si fuera un vigilante4 oculto, un desaparecido, en acciones de nuestra vida.

Aparte de Jesús, David fue quien posiblemente tuvo más amistad con Dios. El Señor tenía el placer de llamarlo “un hombre conforme a mi corazón”. Sin embargo, David con frecuencia se quejaba de la aparente ausencia de Dios.

Exclamaba: “Dios mío. ¿Por qué te quedas tan lejos? ¿Por qué te escondes de mí cuando más te necesito?”; Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?.

Lejos estás para salvarme, lejos de mis palabras de lamento; ¿”Por qué me has rechazado?”. La verdad es que ¡nada está mal!. Es una parte normal de la prueba y la maduración de nuestra amistad con Dios.

Todos los cristianos atravesamos esa situación por lo menos una vez, y por lo general varias veces. Es doloroso y desconcertante, pero absolutamente vital para el desarrollo de la fe, Job no perdía la esperanza cuando no sentía la presencia de Dios porque tenía esa certeza divina.

Quiero decirte apreciable lector, que sino has entregado tu vida a Jesucristo, hoy es el día, él te espera parta darte consuelo a tus desgracias y garantizarte la vida eterna,

Dios bendiga ricamente a mis lectores, y a quienes sufren la pérdida de un ser querido o pasaba por situaciones difíciles Dios los consolara…

Benito García Islas

Nació en Matamoros Tamaulipas en 1938, su preparación académica universitaria, fue breve, su carrera de comunicador, lo aprendió en las redacciones de varios periódicos, ahí aprendió los diferentes géneros del periodismo.
Desde sociales, en aquellos gloriosos tiempos, de directores gruñones y enérgicos,  formaron profesionales del periodismo, con bases firmes y honesto, aún aspirante a reportero, lo enviaba a la fuente policiaca, que no era tan peleada como ahora, por los estrellitas de redacción.
Su carácter de aventurero, lo llevaron a trabajar en la redacción de El Mañana de Reynosa, en Matamoros, en la radio XEAM, en Tampico colaboró con el periódico el Mundo, ya desaparecido.
En Victoria, nuestra capital, llega en 1984, año en que se fundó el periódico La Verdad de Tamaulipas a la plantilla de sus reporteros, después de un año, ingresó al Diario, llegó al  Gráfico, al Expreso  y nuevamente regresó a la Verdad, dos veces más, ahora ocupa el puesto de jefe de corresponsales, en  el mismo periódico La Verdad de Tamaulipas.
En su prolija carrera se ha conducido con objetividad, serio y honesto en su quehacer como columnista y articulista, el respeto de la sociedad para este profesional del periodismo, se lo ha ganado a pulso, la honestidad es legado (la herencia), invaluable que deja a sus hijos y nietos y ahora una bisnieta.