Quieren aumentar la deuda a 24 mil millones
El mecanismo mediante el cual, el gobierno del estado pretende no solo refinanciar los 12 créditos de la actual deuda, con los bancos, que podría a ascender a 14 mil millones de pesos, (según declaraciones del entonces Secretario de Finanzas Jorge Abrego), sino obtener un nuevo préstamo por el orden de los 10 mil millones de pesos, podría disparar la deuda tamaulipeca, a los 24 mil millones de pesos, y alagarla a 25 años de plazo, durante los cuales, se hipotecaría el futuro de las familias en el estado.
El documento, actualmente, en manos del Congreso local, de mayoría panista, consta de 16 hojas, siete de ellas dedicadas a las exposiciones de motivos, y nueve de supuesto sustento legal, que suman 14 artículos.
A decir de expertos en la materia, dicho proyecto de decreto, elaborado por asesores en ingeniería financiera, sufre de muchas inconsistencias, específicamente en materia de metodología, pues pretende pasarse por el arco del triunfo, la normatividad establecida previamente por la Secretaría de Hacienda.
Después de analizarlo, nos damos cuenta que existen puntos, del todo cuestionables y que se prestan a la suspicacia sobre la intención de saquear al erario, como se puede ver en la página diez del documento, donde, adicionalmente a los 10 mil millones que piden como financiamiento, quieren que se les aprueben 251 millones, ¿para qué?, supuestamente para pagos de reserva, prima, honorarios, calificadoras y asesores financieros, entre otros.
Pero, si ya se contrataron 12 créditos con los bancos, como es posible que ahora el refinanciamiento vaya a costar 251 millones. Clarito se ve que, semejante millonada es para regalársela a alguien, (¿Caja chica del 2018?), o simple y llanamente quieren quedarse con la lana.
Otro dato más que da pie a la sospecha, es el siguiente: en la hoja doce del documento, se mencionan la constitución de uno o dos fideicomisos irrevocables. ¿Para qué quieren hacer estos fideicomisos?, pues muy sencillo, los utilizarán para recibir los recursos provenientes del Fondo de Participaciones y del Fondo de Apoyo a las Entidades Federativas. Es en estos fideicomisos donde aterrizaría el dinero proveniente de la ciudad de México, y de ahí, una parte se destinaría para pagar la deuda contraída con los bancos.
Pero…¿dónde está la trampa? Pues se localiza en el último párrafo del artículo VIII, donde se especifica que, los dos fideicomisos que se constituyan, no serán de índole pública, sino que serán de carácter privado. Y tampoco formarán parte de la administración pública estatal. ¡gulp!, pácatelas, diría una conocida historieta.
Se trata obviamente de una clara contradicción, pues un dinero público, producto de los impuestos de los tamaulipecos y mexicanos en general, no puede ser administrado por particulares. Bajo semejante condición, llegado el momento de que alguien les pida rendir cuentas, no se va a poder, porque, dichos fideicomisos estarían en manos privadas, y la información sería absolutamente secreta. Imagínese hasta donde quieren llegar, y eso contando con el aval, llámese complicidad de los diputados locales del PRI y de la dirigencia priista en Tamaulipas. Lo anterior, nos habla de un tema demasiado delicado, por donde quiera que se le vea, y nos remite a escándalos como los de Javier Duarte en Veracruz, Cesar Duarte en Chihuahua, y Humberto Moreira en Coahuila.
Otro ángulo, sin sustento legal, es el que se plantea en la página tres, donde se dice que lo anterior permitirá acceder a mejores tasas de interés, como consecuencia de una estructura más sólida de los créditos. Todo esto va contra el artículo 26 fracción cuarta de la Ley de Disciplina Financiera, en la que se establece que será la Secretaría de Hacienda, la que establezca la mejor metodología, con la finalidad de obtener la mejor tasa de interés.
Visto así, , tal parece que los del gobierno estatal, están manejando el tema, como que si fuesen particulares, al buscar el cabildeo con los bancos, para ver quién de ellos, los trata mejor, en materia de tasas de interés. Y lo que se debe hacer, es un estudio metodológico, de acuerdo con las normas de Hacienda.
Se propone que el refinanciamiento sea de carácter genérico, lo cual legalmente no es posible, pues debe ser claramente delimitado. De otra manera, advierten los expertos, se estaría violando el artículo 117 fracción VIII de la Constitución General de la República.
Se advierte, que el Gobierno del estado y los bancos que contraten el refinanciamiento y el nuevo financiamiento, no pueden actuar a su arbitrio, pues el 25 de octubre del 2016, la Secretaría de Hacienda, fijó las bases para hacerlo.
Lo anterior implica que existe ya una metodología establecida por Hacienda, ero el Congreso local de Carlos García no la quiere acatar.
Fernando Acuña Piñeiro
Egresado de la Escuela de periodismo en la UAT.
Ingresó al periodismo desde 1985. Ha colaborado como reportero y columnista, en los principales diarios y portales de Tamaulipas, (Expreso de Victoria, La Razón de Tampico, Expreso Matamoros, Diario de Tampico, Reporteros en la Red y Gaceta, entre otros.
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