Desde hace tres décadas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha contribuido a la creación y al fortalecimiento de otros membretes, merced a su propia descomposición, producida por prácticas antidemocráticas en la nominación de candidatos a cargos de elección popular; la demagogia y el oportunismo; tanto como la voracidad de sus cuadros presuntamente más notables.

Hay quienes aún son parte del Consejo Político Nacional (CPN), con todo y su avanzada edad; o por representar la generación neoliberal, que en 1987 tomó el control del organismo --por instrucciones de Miguel de la Madrid Hurtado-- para imponer candidato presidencial: Carlos Salinas de Gortari.

Fue entonces cuando en la palestra empezó a aparecer una pléyade de tránsfugas --Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez Hernández-- que encabezaron la Corriente Democrática (CD) priista, por estar en desacuerdo con la nominación.

No obstante poco pudieron hacer para impedir que Salinas resultara postulado; así que renunciaron al PRI, para en octubre 14 del mismo año aceptar que el hijo del ‘Tata’ Lázaro fuera candidato del entonces Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM).

Ahí precisamente comenzó el desprendimiento de desechos.

Luego se sumaron el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), Social Demócrata (PSD) y Popular Socialista (PPS), creando así el Frente Democrático Nacional (FDN), pero la ‘caída del sistema’, en plena jornada comicial, fue suficiente para darle la victoria a Carlos Salinas de Gortari.

A raíz de ése fraude electoral, se fundó el Partido de la Revolución Democrática (PRD), donde se involucró Andrés Manuel López Obrador –quien fuera, en su natal Tabasco, presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) priista--, hasta el grado de convertirse en su dirigente y ser, por el mismo membrete, jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Pero por diferencias con ‘Los Chuchos’ se separó, para fundar, el 26 de enero de 2014, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que fue autorizado como partido político en julio 9 de 2014.

Y desde entonces aparece en la palestra como líder de la sociedad, aunque recogiendo la carroña del tricolor que antaño se volcó en contra suya.

Más retazos

En su obsesión de ser Presidente, el tabasqueño ya le ha abierto de par en par las puertas de Morena a cuanto actor se arrime –con todo y el negro pasado que los caracterice--, lo que podría disminuir en gran parte su posicionamiento, logrado a lo largo de más/menos 12 años de intensa lucha.

Y, sobre todo, porque ahora en su equipo aparecen Manuel Bartlett Díaz (quien encabezó el fraude electoral contra Cuauhtémoc en 1988) y Lino Korrodi Cruz (el operador financiero de Vicente Fox Quesada en los comicios federales del 2000), así como Miguel Barbosa Huerta (senador perredista), el empresario Arturo Romo Garza (el otrora consejero de los consorcios Cemex y Maseca), Armando León Bejarano (ex gobernador priista de Morelos) y Marcelo Ebrard Casaubón.

También le ha abierto las puertas de Morena a tres sindicalistas que se robaron las cuotas de decenas de miles de trabajadores: Fernando Espino Arévalo (Sindicato del Transporte Colectivo Metro), Napoleón Gómez Urrutia (gremio minero) y Elba Esther Gordillo Morales (Snte).

Igual a otros ‘pájaros de cuenta’, como Leonel Godoy Rangel, Martí Batres Guadarrama, Andrés López Beltrán, Gustavo Ponce Meléndez y Armando Quintero Arce; Fidel Calderón Torreblanca, Félix Salgado Macedonio, José Luis Gutiérrez Cureño y José Isaías Velázquez Reyes.

Además a los senadores Mario Delgado Carrillo, Rabindranath Salazar, Benjamín Robles, Zoé Robledo Aburto, Alejandro Encinas, Lorena Cuéllar, Fidel Demédicis y Luz María Beristaín.

Toda una fauna, ¿verdad?

Y a estos hay que agregar las rémoras priistas que aparecen en las 32 entidades del país (incluida la Ciudad de México).

Alianzas por verse

Mientras María Alejandra Barrales Magdaleno y Ricardo Anaya Cortés le temen a signar acuerdos para una probable alianza que de vida al Frente Amplio Democrático (FAD), para enfrentar al mentado ‘Peje’ e impedir que el tricolor retenga la Presidencia de la República, sus huestes siguen coqueteando con Andrés Manuel López Obrador.

Obviamente, desencantadas por la aparición de Lino Korrodi Cruz y otros personajes, pero igual alertadas por no saber de qué lado masca la iguana, y, sobre todo, porque en los membretes albiceleste y perredista se les han cerrado las puertas.

Así que, hasta hoy, todo sigue siendo una incógnita.

Pero es claro que empeñados están a mezclar el agua con el aceite.

Fox vs. Peje

Con la incorporación de Lino Korrodi Cruz al proyecto de Andrés Manuel López Obrador, crece el encono de Vicente Fox Quesada hacia ambos.

En el caso del mantense, porque éste conoce todas sus debilidades, desde hace medio siglo --cuando se hicieron amigos (1967)--; y es obvio, tras su rompimiento (en el 2002) ahora teme que las revele con índice de fuego para exhibirlo y de paso desacreditar al membrete albiceleste, por el comportamiento de titiritera que sobre él ejerce Marta María Sahagún Jiménez.

Respecto al mentado ‘Peje’, sus diferencias (públicas) surgieron allá en los primeros meses del 2001 –Fox despachaba en la Presidencia; y el tabasqueño como jefe de Gobierno de la Ciudad de México--, pues uno y otro se encapricharon a lo largo de sus períodos a ‘medir fuerzas’.

Desde entonces se han agredido verbalmente hasta el grado de que López Obrador públicamente espetó ¡cállate chachalaca!; y en respuesta el guanajuatense se (auto) impuso como objetivo impedir que concrete su ambición de instalarse en Palacio Nacional, hasta el grado de prometer a quien quisiera escucharlo que él personalmente se encargaría de eso.

Pero ahora, le aparece otro problema --que el PAN no asume como suyo--, como es la adhesión de Korrodi al movimiento ‘Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México’.

Y por eso escupe a través de su cuenta twitter:

“Dios los hace y ellos se juntan. Juntando ambos aún suma cero. Ignorancia-ineptitud sólo produce más de lo mismo”.

Pero en realidad, ¡el  mandilón guanajuatense ya nada representa!

Igual que el dipsómano FeCal.

Cicuta

En el Instituto del Deporte (Inde) tamaulipeco, han rodado cabezas de funcionarios ante el fracaso en la Olimpiada Nacional (2017) y justas Juveniles, pero extrañamente el director Carlos Fernández Altamirano nada ha comunicado al respecto, aun cuando el funcionario cesado más recientemente hasta lo amenazó con demandarlo por la vía laboral.

¿Y por qué tampoco aclara de quién es la culpa del deterioro que el estadio ‘Marte R. Gómez’ presenta en su techumbre?

E-m@il

jusam_gg@hotmail.com

Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.