En México las estadísticas oficiales del gobierno, no buscan aclarar la situación de la pobreza y desigualdad, por lo que es tiempo que las mediciones de encuestas de hogares, ingresos, índice de Gini, Índice de Desarrollo Humano y de Felicidad remontan estas fallas estructurales de medición Real.

Por ejemplo, según Carlos Tello, investigador de la UNAM, entre todos los países del mundo, México está por abajo del promedio en términos de la desigualdad del ingreso (medido por el índice de Gini), está por arriba de la media en términos del Índice de Desarrollo Humano (medido por la ONU) y está, lo cual es un misterio, entre las 25 naciones que se consideran más felices (medido por el Reporte Mundial de la Felicidad). Carlos Tello Díaz. Desigualdad en el mundo y Calidad de vida. Milenio.

Esta información contradice los datos de Tomás Piketty, que según sus cálculos ocupa uno de los tres países más desiguales de América.

Dos expertos en este tema, el francés Piketty, y el mexicano de El Colmex, Gerardo Esquivel estiman a México como sigue:

(...) La brecha en el ingreso entre los que más y menos ganan en México es de las más elevadas a nivel mundial.

El país se encuentra entre el 25 por ciento de economías con mayores niveles de desigualdad, que supera al de otros países menos desarrollados, e incluso, diversas naciones del continente africano.

De acuerdo a datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), en 2013 México ocupó el lugar número 105 de 137 países en desigualdad, al alcanzar un coeficiente de Gini de 0.472 puntos, con más desigualdad que países como Afganistán (0.278), Nigeria (0.346), Togo (0.393) o Congo (0.444). De igual forma se encuentra peor que países como China y Venezuela con coeficientes de 0.421 y 0.448 y muy lejos del primer lugar, Suiza que logró 0.250 puntos.

Gerardo Esquivel, investigador del Colegio de México, alertó recientemente en su estudio ‘Desigualdad Extrema en México’, que el país se encuentra entre el 25 por ciento de economías más desiguales del mundo.

En términos históricos el Gini en México se encuentra en niveles peores a los de 1983, cuando se ubicaba en 0.429, es decir que 31 años después el nivel de desigualdad en el país se ha deteriorado, de acuerdo con cifras del INEGI.

En el informe Gerardo Esquivel señaló que “el país está inmerso en un ciclo vicioso de desigualdad, falta de crecimiento económico y pobreza (…) La desigualdad ha frenado el potencial del capital físico, social y humano de México, haciendo que en un país rico sigan persistiendo millones de pobres”.

El último estudio de la UNDP destaca que existe un desarrollo muy desigual en el país, pues mientras que la población de la delegación Benito Juárez tiene un PIB per cápita de 4 mil 415 dólares mensuales, el municipio de San Simón Zahuatlán en Oaxaca apenas llega a 205 dólares, apenas el 5 por ciento del primer caso (Fuente: Gerardo Esquivel. El Financiero. 15/09/2015).

Segun Tomas Piketty en su última visita en México en 2014, A México, un país si bien no incluido en su obra por lo que señaló fue la falta de información suficiente, Piketty lo compara con países como Francia y Rusia donde, en sus palabras, "algunos de los millonarios de hoy no se volvieron ricos a través de la innovación sino que fue la privatización barata de bienes públicos un factor que impulsó su riqueza" Fuente. Milenio. Teoría desigualdad. México.

Concluyó mi anotación recordando lo que publiqué en el año 2015 referente a la desigualdad mexicana:

En México la desigualdad podría estar subestimada, porque los datos conocidos sobre el tema se basan en encuestas de ingreso y gasto y no en fuentes fiscales, afirma el economista francés Thomas Piketty. Aclara que no trató el caso de México, porque México y Brasil aparecen como casos de grandes desigualdades en las comparaciones internacionales, pero hay que estar conscientes de que las medidas disponibles tienen, sin duda, una tendencia a subestimar las desigualdades, puesto que están fundamentadas en datos de encuestas (que tienen como base la autodeclaración) y no en fuentes fiscales.

Por lo tanto, En México la desigualdad podría estar subestimada, porque los datos conocidos sobre el tema se basan en encuestas de ingreso y gasto y no en fuentes fiscales. Sin embargo, de acuerdo a datos oficiales del INEGI (cuestionados por el mismo Piketty), el decil más pobre concentra tan sólo el 1,6% del total de los ingresos, mientras que el más rico, registra el 36,4% del total. Más de la mitad de la población en situación de pobreza (45.5%), aproximadamente 54 millones de mexicanos y 9.8% en condiciones de pobreza extrema, cerca de 13 millones (Coneval).

Por su parte el decil con ingresos más altos, dispone del 38.6%. En esta décima parte de los hogares mexicanos se concentra más de una tercera parte del ingreso total. Las fuertes y marcadas disparidades en el ingreso prácticamente han permanecido sin modificaciones significativas a lo largo del tiempo. La diferencia entre el decil más rico con relación al más pobre es de cerca de 23 veces.

De acuerdo con el informe “Panorama de la sociedad” publicado por la OCDE (19/03/2014), México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con el ingreso familiar más bajo, cuatro mil 500 dólares en 2010 frente a los 20 mil 400 en promedio en los 34 países miembros, y el segundo por las desigualdades entre ricos y pobres, sólo después de Chile. México también destacó por la desigualdad en términos de ingresos entre 10% de la población más rica y 10% más pobre, con un coeficiente de Gini de 0.47 únicamente superado por el de Chile (0.50) y muy superior al de la media de la OCDE (0.31).Fuente: Jorge Lera. Notirey. Mayo 2015.

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).

Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.

Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.