Recientemente venimos observando que el Gobernador de Tamaulipas anuncia en las principales zonas urbanas, programas de obra pública. Sabemos los economistas, que la inversión pública supone un potente efecto multiplicador, que vincula la demanda con el empleo y la producción, que conocemos como 'multiplicador keynesiano'. 

La puesta en marcha de la obra pública redunda en empleo directo para muchas personas al mismo tiempo que expande la demanda de insumos para la construcción a empresas que también generan empleo. 

Todos esos trabajadores (públicos o privados) consumirán alimentos y otros bienes, cuya producción también redundará en más trabajo. De eso se trata el famoso 'círculo virtuoso' de la economía, que se adjuntica a Jhon Maynard Keynes. 

Por eso se llaman keynesianas a este tipo de políticas de impulso del empleo por medio de la obra pública, ampliamente utilizadas como respuesta a la crisis del 30 en países como Estados Unidos, y en las décadas post cardenistas de 1945-1955, primero, y en en las crisis de los 90's en México.

En tiempos actuales, se vuelve a requerir en México y en Tamaulipas, un 'plan de emergencia' o también llamado 'plan de choque', para recuperar los índices de desarrollo y de generación de empleos. La crisis de inseguridad, trae emparejados diversos síntomas de crisis económica.

En el propio Plan Estatal de Desarrollo recién anunciado a fines de abril de este año, nos comenta Francisco García Cabeza de Vaca que, (...) más de un millón trescientos mil tamaulipecos se encuentran en situación de pobreza. En materia de educación, se sigue padeciendo analfabetismo y deserción escolar. 

Las mujeres y los hombres en nuestro estado –niñas, niños, jóvenes, personas mayores– cada vez tienen más dificultades para tener acceso a servicios de salud y seguridad social. Tener un trabajo con un salario digno, hoy en día es casi imposible y que la mitad de los tamaulipecos tienen ingresos por debajo del índice de bienestar.

En materia económica señala que el escenario no es muy distinto. La agricultura y la ganadería, fuentes tradicionales de trabajo e ingreso en nuestra región, están prácticamente abandonadas y la producción pesquera va también en descenso. 

La generación de empleos no está creciendo al ritmo que se requiere y en materia de infraestructura no se presentan avances significativos pues en lo relativo a innovación científica y tecnológica, hoy por hoy, también ocupamos los últimos lugares a nivel nacional.

Esta crisis real en Tamaulipas, nos invita a hacer un esfuerzo que motiva al propio gobierno estatal para volver a conectar los polos de desarrollo, como son los tres puertos de altura, con los 17 puentes internacionales y los 5 aeropuertos internacionales; reinventar los mercados internos y externos de Tamaulipas; así mismo, que nuestros puertos y fronteras se conecten con otros países, a través de verdaderas autopistas, carreteras troncales modernizadas, trenes transversales, puertos estandarizados multimodales y la industria ampliada de simples maquiladoras y pymes, hacia la nueva aeronáutica, la farmacéutica, los clúster automotrices integrados a plantas armadoras y no sólo de autopartes, construyéndose una nueva infraestructura que desde hace décadas no se desarrolla en el estado, que nos tiene rezagados a lado de nuestros importantes vecinos como Nuevo León, San Luis Potosí y Coahuila, que registran ese tipo de empresas e infraestructura.

De esta forma, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca anunció hace tres días en Reynosa, un paquete de obras de bienestar social por 380 millones de pesos, consistente en la construcción y rehabilitación de espacios públicos, parques, canchas deportivas, mantenimiento de vialidades, iluminación, entre otras.

Resaltando la necesidad de este motor interno de desarrollo, el gobernador apuntó que "Son obras que transformarán esta región, a Reynosa como una de las ciudades más importantes de Tamaulipas”, indicó, estuvo acompañado por la alcaldesa reynosense Maki Ortiz Domínguez, autoridades estatales y municipales.

El anuncio tuvo lugar durante una entrega de obras de pavimentación con concreto hidráulico para 17 colonias de Reynosa en beneficio de más de 25 mil habitantes, en las que se invirtieron 52 millones de pesos.

“Poder construir calles y avenidas que permitan generar conectividad no solo beneficia a quienes tienen coche, sino a la plusvalía de los terrenos y mejor acceso de un área a otra. Estos son los instrumentos necesarios para una competitiva y esto genera inversión y empleos”, agregó García Cabeza de Vaca.

Asimismo hizo entrega simbólica de la cuarta etapa del Corredor Urbano Reynosa- Río Bravo en la que se invirtieron 8 millones de pesos, actualmente está en proceso la quinta etapa por 38 millones de pesos y se encuentra en fase de revisión la sexta etapa a la que se destinarán adicionalmente 13 millones de pesos (...)

De forma similar, en ciudad Madero se anunció un presupuesto de 35 millones de pesos para ser aplicados en obras aprobadas por el cabildo, por el gobierno colegiado, para poder poner al servicio de Madero ese presupuesto y provocar el desarrollo.

En alianza con el mandatario estatal Francisco García Cabeza de Vaca y con diferentes dependencias gubernamentales, el presupuesto fue gestionado ante el Gobierno Federal, a través de distintos programas, y llega a Ciudad Madero para ser utilizado en infraestructura urbana.

El Gasto Federalizado o Transferencias de Recursos de la Federación a las entidades federativas se compone principalmente del Ramo 28 Participaciones Federales, el Ramo 33 Aportaciones Federales, y en menor medida los recursos identificados en las Provisiones Salariales y Económicas
contenidas en el Ramo 23. Para 2017 el gasto proyectado en Tamaulipas de esos tres sectores asciende a más de 41 mil 963 millones de pesos, cantidad considerable que le debe permitir al Gobierno un buen margen de maniobra para impulsar la obra pública motor de desarrollo.

Oficialmente en febrero de este año, se anunció para Tamaulipas un presupuesto público por el orden total de 46 mil 329 millones de pesos, dividido en Gasto Corriente por 41 mil 051 millones, y Gasto de Capital por 4 mil 827 millones, así como una Amortización de la deuda y disminuciones de pasivos por 450 millones 363 mil pesos. 

Sobresale el gasto de capital, porque en él se incluye el monto que se puede destinar a obra pública. Aquí es donde debemos incidir por que las políticas públicas inviertan más en capital y menos en gasto corriente...

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).

Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.

Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.