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Un proletariado sin cabeza

Por: Ambrocio López Gutiérrez El Día Lunes 05 de Junio del 2017 a las 13:38

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Entre la literatura mexicana se encuentra el caso de un escritor que llevó su ideología a la cúspide y fue partícipe de los sucesos más importantes de su época, su nombre fue José Revueltas. Nacido bajo el nombre de José Maximiliano Revueltas Sánchez, fue un escritor y activista político. Nació en una familia de artistas, como lo fueron sus hermanos Fermín un dibujante, muralista, pintor y vitralista, Silvestre un compositor modernista de música sinfónica, Rosaura una actriz de cine y teatro, bailarina y escritora. José fue un crítico escritor de su época que, empleando mayoritariamente sus propias experiencias como miembro de algunos partidos políticos y como figura de revolución e inconformidades, fue capaz de reproducir en sus novelas, ensayos o cuentos, el México entre revoluciones.

Aquí se pretende analizar su historia, obra y su peculiar manera de aprovechar y destacar sus vivencias del siglo de las revoluciones y guerras, al mismo tiempo que describe sus perspectivas del México en que vivió, cosa que destacaría en sus trabajos más relevantes. También se pretende describir y mencionar algunas de sus obras más importantes. Es Revueltas ejemplo de la literatura mexicana, a pesar de las críticas que en ocasiones se le han hecho. Ese otro intento que se pretende en este trabajo. Muchos de los grandes escritores mexicanos podrían haber servido para hablar de rebeldía, pero es el peculiar caso de Revueltas, cuya actitud hace honor a su apellido, quien llama la atención por sostener sus ideales, más allá de sus obras, manteniendo su postura hasta los extremos.

Según reporte elaborado por Edgar Armando Martínez Ávila (alumno de la UAT), José Maximiliano Revueltas nació en Santiago Papasquiaro, Durango, el 20 de noviembre de 1914. A la edad de seis años, su familia se mudó a la Ciudad de México. Estudiaría en el Colegio Alemán hasta el cuarto año de primaria, después lo haría en una primaria púbica. Su padre, José Revueltas Gutiérrez, murió cuando el escritor tenía 9 años, debido a esto la familia tuvo problemas económicos y dejo la secundaria antes de concluir el primer año, pues según decía, sus demás compañeros y maestros lo detenían, por lo que estudió de manera autodidacta en bibliotecas. Cuando tenía tan sólo 15 años de edad, fue parte de un mitin en el Zócalo de la ciudad de México, posteriormente fue apresado terminando por ser liberado bajo fianza seis meses después. A finales de la década de los años veinte se unió al Partido Comunista Mexicano (PCM).

En 1932 fue encarcelado durante 6 meses en la prisión de máxima seguridad de aquel entones, las Islas Marías, saliendo a mediados de 1933. Dos años después, en 1934, organizó una huelga en Nuevo León, que le costó su regreso a esta misma prisión de la cual saldría a inicios de 1935. Ese mismo año fue delegado al VII Congreso Internacional Comunista. En 1943 debido a una lucha interna en su partido, al cual el mismo Revueltas había criticado en una de las tesis que publicó, fue expulsado; 4 años después, en 1947, se integró al Partido Popular, dirigido por Vicente Lombardo Toledano. Durante su estancia en este partido, siguió criticando fuertemente al PCM, caso que se repetiría tras su salida del PP en 1955, pues debido a diferencias, Revueltas se convirtió en su principal crítico.

Irónicamente regresaría al PCM y de manera tajante demostrando que tendría razón en las tesis por las que fue sacado, donde afirmaba que este partido “no era aún el partido de la clase obrera”. En 1960 sería expulsado de manera definitiva junto a algunos de sus compañeros, por lo que después ingreso al Partido Obrero Campesino Mexicano. Renunciaría al poco tiempo pues sostenía que los ideales del partido tenían que ver con los de Toledano, cosa que no le pareció a este autor. El 4 de septiembre de 1960, Revueltas y sus compañeros fundaron la Liga Leninista Espartaco (LLE), y decidieron editar la revista Espartaco. Con su última y definitiva salida del PCM (y del POCM) se dio un primer quiebre en su evolución política. Es en este período que escribió “Ensayo sobre un proletariado sin cabeza”, después de décadas de militar discontinuamente en el comunismo oficial, adoptando un curso errático que lo llevó a confluir con otras formaciones estalinianas.

 Se dice en elem.mx que, en 1967, a pesar de su pesado legado estalinista, escribió “La guerra fría entre las potencias socialistas: parte del contexto de la tercera guerra mundial”, donde retomó explícitamente muchas de las concepciones clásicas del trotskismo y rindió un homenaje a Trotsky, mientras se distanciaba de las ilusiones que la mayoría de los grupos espartaquistas tenían en la dirección de Mao Tse Tung. En el contexto del movimiento de 1968 (en el cual militó a través del Comité de Huelga de la Facultad de Filosofía y Letras), se acercó a los trotskistas que, provenientes de la Liga Obrera Marxista (LOM), fundarían el Grupo Comunista Internacionalista (GCI), luego Liga Comunista Internacionalista (LCI).

En 1968 fue acusado de ser el 'autor intelectual' del movimiento estudiantil de México, que culminó con la Matanza de Tlatelolco, por lo cual lo apresaron y enviaron a la cárcel de Lecumberri (El Palacio Negro), lugar desde el cual escribió una de sus más refinadas novelas: El Apando. Con problemas de salud se dedicó a dictar conferencias, impartir clases de cine en Estados Unidos, ofrecer entrevistas, y lo más importante de todo, a seguir escribiendo. Al salir de la cárcel, se alejó del trotskismo y, en un proceso de revisión del leninismo, se acercó a ideas espontaneístas, sosteniendo que el centralismo era la base de la burocratización de las organizaciones partidarias, cuestión que pensaba plasmar en un nuevo prólogo a una reedición de “Ensayo”, el cual nunca escribió.

Falleció el 14 de abril de 1976: en el mismo año en que la cárcel de Lecumberri es cerrada luego de más de 104 años de funciones como penal metropolitano. Así fue la vida de José Revueltas, dedicada a abrir y cerrar ciclos importantes en la vida cultural del próspero y lejano México de los años setenta. Sus premios son escasos pero significativos, el Concurso Literario Latinoamericano por El luto humano (1943), el Premio a la mejor adaptación cinematográfica (La otra, 1947) y el Xavier Villaurrutia por Obra Literaria (1967). Entre las traducciones de sus obras se cuentan: El luto humano (inglés, italiano, húngaro y francés), Dormir en tierra y otros cuentos (francés), El apando (francés y polaco), Los días terrenales (francés), El Cuadrante de la Soledad (francés), Antología de textos histórico-políticos (alemán), El apando y otros cuentos (alemán).

Sitios como elsudamericano.files.wordpress.com, sostienen que en su obra Los muros de agua nos cuenta la historia de cinco comunistas, entre ellos una mujer, que son deportados a las Islas Marías, como lo fue el propio Revueltas. Junto a ellos, los demás inasimilables de la sociedad, personajes perpetuos de la obra revueltiana: prostitutas, homosexuales, rateros. Los lisiados que fungen como esbirros completan el cuadro anómalo en que Revueltas pone en escena por primera vez sus dos compromisos: el político y el literario. Una galería infernal desfila sin pausa ni tregua ante nuestros ojos: a la opresión sin límites se opone una fe ilimitada, la de los protagonistas, y la del militante José Revueltas, quien así fundaba una literatura imprescindible en México. 

En El Apando cuenta la historia de una cárcel dentro de la cárcel, y es también la historia de la degradación del ser humano, de la involución que lleva a la barbarie. Sus protagonistas son seres a los que conoció durante su confinamiento. Polonio, Albino y El carajo son “presos comunes”, como aquéllos que en algún momento atacaron a los presos políticos y a quienes el novelista retrata con los ojos atentos del observador que siempre fue. En El luto humano relata la historia de un cura cristero, un asesino a sueldo, tres miserables matrimonios campesinos y la tierra inhóspita y la historia malhadada de México. Cada uno de ellos va al encuentro de su destino, y Revueltas condensa en ellos, con feroz maestría, su visión de la desesperada violencia mexicana, que enluta aquí todos los lazos humanos.

Sus obras notables fueron: (Novela): Los muros de agua, 1941; El luto humano, 1943; Los días terrenales, 1949; En algún valle de lágrimas, 1957;Los motivos de Caín, 1958; Los errores, 1964;El apando, 1969. (Cuentos); Dios en la tierra, 1944; Dormir en tierra, 1961; Material de los sueños, 1974. (Teatro); Doña Lágrimas, obra corta, 1941; Los muertos vivirán, primera versión de Nos esperan en abril, 1947; Israel, 1947; El cuadrante de la soledad: pieza dramática, 1950; Pico Pérez en la hoguera (escrita a mediados de los cincuenta y estrenada en el Teatro Orientación en 1975); Nos esperan en abril, 1956. (Ensayo político); México: democracia bárbara, 1958; Ensayo sobre un proletariado sin cabeza, 1962; El conocimiento cinematográfico y sus problemas, 1965; Apuntes para una semblanza de Silvestre, 1966. José fue un revolucionario a partir de sí mismo, pues practicó la que luego sería su propuesta pedagógica más importante: la Autogestión Académica, producto de su forma de estudiar la realidad mediante la lectura.

Se dice en diskokosmiko.mx, que Revueltas nos muestra en sus escritos sus vivencias y opiniones de la sociedad de sus tiempos, siempre bajo la lupa de un argumento crítico y, en ocasiones, histórico. Para él, la estética que daba un autor a su escritura era la muestra de la actitud de una persona hacia el mundo. La manera en que una persona describe cualquier cosa detalla la subjetividad con la que lo hace. Para evitar mostrarse como cualquier clase de persona prejuiciosa y pesimista, actitud que no se le ve a Revueltas, este autor detalla más allá de los paisajes y acciones de sus personajes, detalla sus pensamientos y contexto que los llevan a las acciones que se desencadenan. Sin embargo, para Revueltas, la subjetividad no hace perder la validez de un argumento, solamente sirve como opinión particular, completamente valida de mencionar.

Al hablar de los personajes de sus novelas, podemos destacar la profundidad con la que los describe a ellos y sus acciones, pues los conflictos existentes entre ellos no son suficiente para Revueltas, por lo que los problemas a menudo son consigo mismos en un contexto ideal para ello. De aquí que podamos destacar que los contextos de las novelas de Revueltas son en su mayoría ambientadas en un capitalismo simbólico, donde grandes instituciones como el estado, la iglesia o un partido político, con los respectivos personajes que de ellos fueron creados (gobernadores, curas, etcétera), tienden a influir en todo aquello que rodea a la novela. Esto nos demuestra que Revueltas tiene firmes creencias.

En tintaguerrerensedotcom.files.wordpress.com, se lee que las relaciones sociales existentes entre burguesía y clase baja, llevan a Revueltas a ser demasiado explícito en sus planteamientos sobre las situaciones que se desenvuelven en este contexto, por esto mismo podemos derivar que al mostrarse más detallista en la explicación del fenómeno evita la parcialidad en sus escritos. Hablando de sus principales obras novelísticas como lo son El Apando y Los Muros de Agua, podemos mencionar la facilidad para relatar de manera indirecta su experiencia, en estos dos casos desde la prisión. En otras obras como El luto humano nos muestra un gran trabajo para relatar historias paralelas de manera sumamente detallada y con ciertos toques de lenguaje popular, dándonos una visión del proletariado.

Otra característica de su literatura es el cómo aborda diversas figuras comunes en México, como es el caso de las prostitutas, quienes conscientes sobre si mismas hacen alarde de su manera de ser. Revueltas busca en esto hacer conciencia sobre los estereotipos y prejuicios sobreexplotados y exagerados de una sociedad que pretende una nobleza mediante una actitud conservadora. A menudo sus textos llevan parte de su ideología donde critica fuertemente a un gobierno autoritario y corrompido, a una iglesia manipuladora y una burguesía de carácter insoportable, sin hacer alarde o proposiciones de una solución que, de haber sido así, contrastaría mucho con las de otros autores contemporáneos esperanzados en el modernismo. Revueltas parece ser un hombre que demuestra con acciones, estar dispuesto a soportar las peores represalias y siempre mantenido firmemente a su ideología.

Correo: amlogtz@gmail.com

Ambrocio López Gutiérrez

Periodista y Sociólogo.
Columnista en diversos medios  electrónicos e impresos.
Redactor en el equipo de Prensa de la UAT.
Profesor de horario libre en la UAM de  Ciencias, Educación y Humanidades.

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