Ninguna sorpresa causó el resultado electoral del Estado de México, por de antemano saber que los gobiernos federal y estatal operarían en dos vertientes: a) comprometiendo el voto corporativo en favor de Alfredo del Mazo Maza; y b) ahuyentado a la población indefinida para abstenerse de participar.

Así lo advierto porque el escrutinio no alcanza, siquiera, la mitad del padrón electoral (cercano a los 11.3 millones de ciudadanos), aunque ya prepare el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) una defensa del (cuestionable) triunfo de Delfina Gómez Álvarez

Difícilmente el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) daría marcha atrás a la calificación de la jornada, por lo que será en tribunales donde se confirme la victoria del priista, aunque ésta sea el resultado de una Elección de Estado.

Por otra parte, los resultados alcanzados en Coahuila, Nayarit y Veracruz, también fueron los esperados. E igual el alto índice que ahí se registró en abstencionismo, lo que obliga a pensar que la gente ya está harta de tanta simulación democrática.

Y de esto le comentaré ampliamente en colaboraciones posteriores, luego de digerir los resultados electorales…

 Vientos de cambio

La sociedad tamaulipeca, hace un año, reprobó en las urnas al Gobierno de Egidio Torre Cantú --sufragando por Francisco Javier García Cabeza de Vaca--, y desde entonces la anima la esperanza de un mejor futuro.

El que prometió el hoy Jefe del Ejecutivo Estatal.

Sin embargo, observo que algunos de sus colaboradores siguen sin entender lo que él ha dicho desde entonces: que el poder es para servir.

Por eso mismo el mandatario ha reiterado que, quienes no cumplan, se irán de la administración pública, simplemente.

Y de las palabras ha pasado a los hechos, ya en dos ocasiones.

Ahí están las dimisiones de Lydia Madero García, a la Secretaría de Salud (en abril 6 del año en curso) y María Gabriela García Velázquez, a la de Finanzas (mayo 17) --como los ceses de otros ex funcionarios que, por cierto, no supieron atender cabalmente su encomienda--, como parte del ajuste en su gabinete.

Hasta donde sé, en los días por venir habría otros movimientos, por ser parte del reacomodo para hacer funcionar la maquinaria burocrática.

En principio se habla de otras dos secretarias. La de Obras Públicas y la del Trabajo, aparte de algunos directores que no han cumplido pese a los recursos que les han sido asignados.

Pero son suposiciones, aclaro.

Lo cierto es que el mandatario estatal ha mostrado su preocupación prioritaria que es la recuperación del tejido social, pues, de ahí depende, en gran medida, su estrategia para restablecer la paz en Tamaulipas, que es por ahora la asignatura que más le interesa.

¡Ah!, Margarita

Siempre he considerado que Margarita Ester Zavala Gómez del Campo, como abogada, es toda una luminaria.

Y esto lo reconocen, también, los eruditos en Derecho.

Pero mal hace en dejar que su marido (Felipe Calderón Hinojosa) la maneje como mejor le viene en gana (crudo o bajo el influjo etílico) pues eso la demerita como profesionista, política y persona, según opinan los observadores del hándicap albiceleste.

Ella vivió seis años en la residencia oficial de Los Pinos (2006-2012) siendo consorte del Presidente de México; y aunque hubo quienes hasta la consideraban el poder tras el trono jamás se atrevió a contradecir a su cónyuge, pese a estar en desacuerdo con él en la toma de decisiones.

Antes de convertirse en la ‘primera dama’ –calificativo que se otorga a la pareja del monarca--, fue diputada federal (por la vía plurinominal), y asambleísta (Ciudad de México).

Cuando ya empezó su peregrinar en búsqueda del abanderamiento panista como prospecta a ser candidata presidencial, sus propios cuates más por morbo que convencidos la animaron.

Pero nunca pensó que eso irritaría a la clase política albiceleste que comanda Ricardo Anaya Cortés (el mandamás albiceleste); ni a quienes se la juegan con Rafael Moreno Valle (ex gobernador de Puebla), aún y cuando ambos adolecen de la aceptación ciudadana.

No obstante Margarita sigue dando pelea.

Obviamente, más allá de los acuerdos cupulares de su dirigente con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en aras de formar, hasta con el PRI, una alianza que impida en 2018 el triunfo del mentado ‘Peje’, Andrés Manuel López Obrador.

E-m@il: jusam_gg@hotmail.com

Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.