Desde hace años, se llevan a cabo eventos en toda la República Mexicana, donde concurren criadores de ganado de genética mejorada, animales que alcanzan pesos o tallas extraordinarias, a ofertar sus animales a ganaderos del sector privado o social, que al carecer del capital suficiente, compran con subsidio federal y/o estatal, estos animales, con la intención de mejorar sus hatos, elevar sus índices de preñez, parición, producción y productividad

En el papel, la intención es buena; Ofrecer genética superior, desarrollada a lo largo de muchos años de esfuerzo y dinero, y hacerla accesible a quienes no podrían desarrollarla por carecer de los fondos económicos y los conocimientos técnicos, suena loable y habla de un espíritu generoso y altruista; Sin embargo, una parte de la realidad es que estos animales, preparados durante un año, máximo dos, en condiciones de corral, alimentados con dietas diseñadas para desarrollar su potencial, difícilmente podrán expresar su potencial si esas dietas y ese manejo al que estuvieron sometidos durante el proceso de crianza no lo continúan y los animales son colocados en potreros que no les otorguen la alimentación a la que estaban acostumbrados.

Tamaulipas no es la excepción; durante años se han “invertido” sumas millonarias en este rubro y hasta el día de hoy desconozco que se haya realizado un programa de evaluación, donde las mismas autoridades hayan concurrido con los beneficiarios y constatar los  “resultados” que esta práctica de subsidio haya generado.

Existe una máxima antigua campirana que dice “la preñez entra por el hocico”, y es innegable que el mejor toro y la mejor vaca serán incapaces de engendrar crías de calidad si las condiciones de manejo, alimentación, agua, suplementación, sanidad, no son las adecuadas, y es ahí donde me pregunto: ¿No sería mejor gastar si no el total, si una buena parte del dinero que anualmente se “invierte” en la compra de sementales en el diseño e implementación de programas de producción de forraje, manejo de praderas, capacitación a productores sobre buenas practicas, suplementación y alimentación a costo preferencial para quienes cumplan con ciertos programas y requisitos que la ley ganadera marca, en lugar de subsidiar sementales que difícilmente cumplirán con su cometido, principalmente por la incapacidad de muchos compradores de recrear las condiciones en que este animal creció?

Porque el programa es bondadoso económicamente; Este año en Tamaulipas se pretende subsidiar aproximadamente 2,000 sementales, con un subsidio por cabeza de 17 mil pesos por animal; Estamos hablando de $34, 000,000.00 (Treinta y Cuatro Millones de pesos). ¿Se imaginan lo que se podría hacer en capacitación, programas de producción de forraje verde de calidad, de suplementación mineral, de capacitación, etc.?

Conste, no estoy en contra del subsidio, ni de la venta de animales de calidad a quien no tendría otra oportunidad de adquirir sementales que ayuden a mejorar los pesos de las crías obtenidas, pesos al nacer, al destete, a la comercialización; Estoy a favor, más bien, de romper paradigmas; De dejar de hacer las cosas como se han hecho durante años y buscar implementar prácticas que en otras latitudes están resultando rentables y productivas: la capacitación a técnicos en áreas de suplementación, de manejo de potreros, de técnicas de almacenamiento de forraje verde, seco y procesado.

El próximo sábado 9 de Junio en Tuxtla Gutiérrez se llevará a cabo el Congreso de Ganadería Regenerativa, con la presencia del gurú latinoamericano del pastoreo rotacional; En 1993 fui pionero en la celebración del primer congreso de Pastoreo Rotacional Intensivo, convocando a quien en ese entonces, Allan Nation, era el máximo exponente del conocimiento acerca de este sistema; En años subsecuentes, FIRA implemento algunos congresos nacionales sobre el mismo tema, pero los esfuerzos se fueron dilatando y el ánimo decayendo. Es tiempo de que la iniciativa privada ganadera reaccione y el gobierno patrocine este tipo de eventos, acercando a los ganaderos la tecnología y el conocimiento que pueda mejorar su capacidad de producción, antes de seguir pensando que la introducción de un semental aumentara la capacidad productora de un hato ganadero nada más por su brillante apostura y su complexión muscular.

Porque una vaca bien alimentada, aunque sea corriente, con buenos cuidados zootécnicos, será capaz de producir un becerro al año, sin importar su calidad genética; Si se logra la combinación de genética más nutrición, el impulso que reciba la ganadería tamaulipeca será formidable y podremos volver a los tiempos de las vacas gordas… y productivas

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Editorialista en HOYTamaulipas