Todos sabemos, nadie nos lo cuenta, que tras el desastre de los últimos trienios, en Tamaulipas nos dejaron ciudades en ruinas.

Banquetas quebradas y zanjas abiertas por cortesía de las Comapas, drenes atascados de basura, parques abandonados, camellones enmontados, semáforos descompuestos, luminarias fundidas y baches, miles de baches decoran el paisaje citadino en los centros urbanos más importantes en el Estado.

Es válido para los que pagamos impuestos exigir mejores servicios, y es obligación de los servidores públicos otorgarlos.

Pero, ¿de qué sirve que un alcalde gaste nuestro dinero en drenes si nosotros como ciudadanos al tercer día ya los tenemos atiborrados de basura?

¿De qué sirve que venga una cuadrilla del municipio a limpiar y a pintar jardines -incluso instalan juegos nuevos- y a la semana están grafietados o hasta rotos?

¿De qué sirve que un concesionario tapice un micro si inmediatamente es navajeado y rayoneado?

Es claro que ahí el problema no es la administración municipal, sino los ciudadanos.

Es la verdad, somos malos ciudadanos.

Y peor aún, como dirían los viejos: "jodidos y ofendidos".

“Pinche tránsito me quitó el carro", y resulta que quien se queja no traía luces, no se colocó el cinturón y no renovó su licencia vehicular.

O al que multaron por llevar a cinco personas en la moto.

"Es porque no tengo dinero", la excusa de siempre. Aún y cuando acaben de estrenar celular.

Es tiempo de cambiar esa actitud.

Ya no existen los buenos vecinos.

Se ha olvidado ser empáticos y hacer comunidad.

Cosas tan simples como cuidarle la casa al vecino cuando sale de vacaciones no se hace, o se hace muy poco.

Tampoco existe cortesía con el motociclista, o el ciclista; menos con el peatón. Aunque también hay malos ciudadanos entre los mencionados.

Se deben respetar las leyes para exigir el cumplimiento de las mismas; y eso el mexicano no lo hace.

Podríamos empezar con un ejercicio sano cada día. Saludar y dar los buenos días es un buen comienzo.

Es el comienzo para ser Mejores Mexicanos, al menos en Tamaulipas, para, como sociedad, levantar de las ruinas nuestras ciudades devastadas.

Aníbal Muñiz Silva

Maestría en Tecnologías de la Información.

Editorialista desde 2006