Historia hay muchas, hechos hay pocos, sin embargo, lo que sucede en política, va mucho más allá de la ficción. La realidad, supera y por mucho lo inverosímil, lo imaginario. Desde siempre la política, es el arte de gobernar, en sus múltiples expresiones, como la democracia, dictadura, oligarquía, y demás que hacen el surrealismo parezca algo natural.

Cuando una luciérnaga, pregunta afligida al grillo, “porque me agredes, porque me golpeas, el grillo sarcásticamente, contesta: porque tienes luz propia y brillas”.

No hay nada más parecido a la realidad, que la selva misma, cuando de política se trata, el Rey León, siempre será el Rey, sin embargo, viven y comen de lo que casan las leonas y eso nadie lo menciona, cuando se trata se enaltecer al temible felino.

En la selva, como en la política, hay de todo, víboras trepadoras, monos, cebras, changos, grandes paquidermos, pero lo que más abundan, son las vacas sagradas. Esas que se creen y suelen ser llamadas intocables, aunque eso es en estos días, solo una utopía. Y cuando el León, es superado por un tigre, se le llama alternancia, y en esos momentos, se acaban las vacas sagradas, los mitos y los privilegios.

Es precisamente de ahí, de donde surgen liderazgo nuevos, jóvenes y frescos, sin embargo, su luz eclipsa, y molesta a esas llamadas vacas sagradas, y al otrora rey de la selva, el viejo rey león. Es precisamente cuando la oscuridad es más intensa, cuando las estrellas suelen alumbrar más.

Cerca están los cambios del priismo en Tamaulipas, y muchas vacas sagradas, han perdido su establishment, pero se niegan a aceptarlo, no reconocen en momento político y de trascendencia de nuestra entidad, perder el statu quo, es lo peor que una autollamada clase política puede soportar. Sin embargo, los nuevos líderes alumbran con luz propia. Aunque no faltan, lo golpes bajos y el fuego amigo. Como pasa en estos días como Omar Masso Quintana, joven, que a pulso a ganado su lugar en la mesa principal.

El fuego amigo, ha salido, desde las trincheras de un sistema caduco, han denostado al que busca ser el próximo líder del priismo de Matamoros, va en caballo de hacienda, y eso ha provocado, que sus enemigos dentro del mismo PRI, empiecen a operar en su contra, un liderazgo joven, pero experimentado rompe, todos los esquemas de la política tradicional. Por eso sus adversarios, escondidos y bajo la sombra, intentan descarrilar un proyecto que alumbra con luz propia.

De Aquello y lo demás…

Ahora que todos tiene la razón, y que critica y analizan política, como si esta fueran margaritas, nadie en su sano juicio entiende, los gritos de desesperación, de los sectores y organizaciones del priismo de Tamaulipas. Pareciera ser que el pasado 5 de junio, la única que perdió fue Aida Zulema Flores Peña.

Ni el Bético, Efraín de León, y ningún otro líder de sector u organización, se pone la camiseta y dice vamos de frente, y aportaremos nuestro capital financiero y humano, para sacar adelante a nuestro partido, ese partido, que nos hizo ricos a la mayoría. Nadie solo como el azadón, nomás para un lado jalan. Y mientras eso pasa, Ni Rafa González, asume su responsabilidad y ningún político regional, llámese ex alcalde o ex diputado, asume su compromiso, de devolver al priismo de Tamaulipas, su origen y poder.

¿Dónde están aquellos, que se vanagloriaba? ¿Dónde están los líderes sindicales cetemistas? ¿Dónde están los líderes de la burocracia? ¿Dónde están los líderes naturales?

Correo: chanorangel@live.com.mx

Feliciano (Chano) Rangel Montoya

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Matamoros. Productor General y Creador del Programa de Radio “La noticia Tal y como es”, conducido por Fructuoso Sáenz.

Actualmente es director general de Alfa Producción Digital, gerente de Creatividad, Marketing y Ventas de Publicidad y Mas, fue coordinador de Comunicación del  Diputado Local por el Distrito XVIII
Ingeniero Alfonso Sánchez Garza.

Ha sido coordinador de medios electrónicos en campañas políticas y de la Universidad Tecnológica de Matamoros, entre otros cargos.