La frontera norte de México alcanza una longitud de 3 mil 185 kilómetros e involucra a Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, que serán la puerta para la repatriación de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que Donald John Trump amenaza echar de la Unión Americana.

 En nuestro estado existen 17 puentes internacionales de los 32 que hay en toda la franja fronteriza, por lo que es de esperarse que por ahí al territorio nacional incursione casi la mitad de los deportados, reclamando al menos techo, comida y asistencia médica.

Lamentablemente, los alcaldes de los seis municipios fronterizos no han entendido (y menos analizado) la problemática que se les vendría al disparárseles la explosión demográfica, pues tan ocupados están en sus enjuagues que dicen carecer de tiempo para atender otros menesteres.

Y eso que el mandatario (Francisco Javier García Cabeza de Vaca), ante la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) ha expuesto la contrariedad y sugerido cómo encararla.

En su indolencia frente al brete binacional, aparecen los presidentes municipales de Nuevo Laredo (Óscar Enrique Rivas Cuéllar), Guerrero (Beatriz Posada Noriega), Mier (Roberto González Hinojosa), Miguel Alemán (Rosa Icela Corro Acosta), Camargo (Edelmira García Delgado), Gustavo Díaz Ordaz (Jorge Navarro Garza), Reynosa (Maki Esther Ortiz Domínguez), Río Bravo (Juan Diego Guajardo Anzaldúa) y Matamoros (Jesús de la Garza Díaz del Guante).

Al menos así lo refleja su indolencia para diseñar estrategias que no afecten de más a las poblaciones aterrorizadas con tanta violencia como la que enfrentan, pues la llegada de miles de desterrados traería consigo además de hacinamiento, mayor inseguridad, al carecer de recursos con qué sobrevivir, trabajo, vestido y, por supuesto, servicios públicos.

Lo peor del caso, es que cada uno de los seis ediles (fronterizos) en tiempo y forma fueron advertidos de la complicación que les esperaba al ser investido el nuevo inquilino de la Casa Blanca, sin que nada hicieran, hasta ayer al cumplirse 115 días de su administración, para prevenir que la arremetida yanqui no resulte tan agresiva para sus comunidades.

Cierto es, sin embargo, que hasta hoy no ha sido deportada la masa (de inmigrantes indocumentados), tan cacareada por el relevo de Barack Hussein Obama II, pero, de que se irán de la Unión Americana, no tenga ninguna duda.

Y menos que serán echados a territorio tamaulipeco por lo menos la sexta parte –hablamos de 1.7 millones +/- de latinos--, si acaso a Donald John Trump se le ocurriera repartir las deportaciones en partes iguales a las seis entidades vecinas del sur.

Como fuere, desde Nuevo Laredo hasta Matamoros, no se prevé un proyecto de asistencia por parta de las autoridades municipales que, por cierto, le han endosado la asignatura al Gobernador.

¿Por su comodidad, indolencia, opacidad, negligencia, incapacidad u insuficiencia para atenderla?

Universitarios

Frente al Palacio de Gobierno –concretamente en la Plaza Juárez--, se apostaron varios alumnos de la Unidad Académica de Trabajo Social y Ciencias para el Desarrollo Humano (campus Victoria), para exigir que las clases sigan recibiéndolas en las instalaciones universitarias; y no en la Normal Superior, como lo propuso el rector Enrique Etienne Pérez del Río, en su propuesta para evitar violentar la institución.

Ahí llegó, por la tarde, el destituido director de esa facultad, Gonzalo Hernández Flores, para supervisar el avance de la protesta y certificar la instalación de las casas de campaña recién compradas –claramente así ocurrió, pues la mayoría ni siquiera presentaban visos de ser pisadas, ni, al menos, estar bien armadas ¿por falta de pericia de los ‘protestantes’?--, que abandonaron los jovenzuelos apenas cayó la noche.

Este día es determinante para saber por dónde habrá de transitar la comunidad universitaria ante el conflicto, generado por el mentado grupo azul –financiado por Gonzalo (y representado públicamente por su socio Amparo Vargas)--, que tiene tomadas las instalaciones en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).

Ciudad limpia

El proyecto para la recolección de basura en Victoria --diseñado por Óscar de Jesús Almaraz Smer--, lo vemos con buenos ojos quienes aquí vivimos.

Y hasta eso, sé que proyectan reproducirlo otros ayuntamientos, por estar bien diseñado para atender un reclamo prioritario de la sociedad.

Cotidianamente el alcalde inicia sus actividades a eso de las cinco a seis de la mañana –supervisando todos los servicios públicos inherentes a su quehacer y atendiendo personalmente a la comunidad--, cerrándola ya muy entrada la noche.

En la víspera, supervisó los trabajos de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa), en compañía del gerente del organismo (Gustavo Rivera Rodríguez), para rehabilitar los drenajes citadinos con más de medio siglo de antigüedad en diferentes puntos y, particularmente, en la zona centro.

La atención que el alcalde ha puesto para renovar los servicios, es sin duda lo que más interesa a los pobladores citadinos y de todos y cada uno de los ejidos de Victoria que, por cierto, se han beneficiado también al ponerse al corriente con el pago predial sin recargos y sí por el contrario, participando en la rifa de un automóvil.

Selección ciclista

No hubo, en la carrera ciclista selectiva rumbo a la olimpiada juvenil (nacional), ningún representante del Instituto Tamaulipeco del Deporte (Inde), pero ésta se realizó con el entusiasmo que siempre ha distinguido a los atletas y padres de familia.

La selección tamaulipeca ya quedó integrada.

Y ahora sigue el rankin para determinar qué corredores pasarán a la justa nacional.

Ojalá que en esa etapa sí ponga atención el director del Inde Carlos Fernández Altamirano.

Se hace camino al andar

++ La recuperación de la paz y seguridad, como dice el Gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, hay que agradecérsela a las fuerzas armadas.

++ El Partido Acción Nacional (PAN) nuevamente saca ventaja a los priistas con la renovación de sus cuadros municipales. Y eso podría ser determinante en el proceso electoral del año próximo.

E-m@il: jusam_gg@hotmail.com

Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.