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Desaparecen las clases medias en México

Por: Jorge Lera El Día Domingo 15 de Enero del 2017 a las 22:00

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INTRODUCCION:

En México desde principios del Siglo XXI, se registra el fenómeno de una clara tendencia de adelgazamiento o desaparición de las llamadas clases medias.

 

El adelgazamiento de la clase media es un fenómeno global. Se habla de él en Alemania, España, EU, Argentina y Colombia. 

 

L’adieu de la classe moyenne (El adiós a la clase media), se titula un best seller francés de Jean Lokjine. The middle class on the precipice (La clase media en el precipicio), es el nombre de un ensayo de la experta Elizabeth Warren. No todo es oscuridad. En sentido contrario, se menciona el caso de China donde hay más de 200 millones de personas en la clase media y decenas de millones se incorporan cada lustro. Así en EUA se habla de bajas de clases medias, pero por ascenso de parte de estas a las clases altas, más que un paso a la pobreza.

Fuente: http://expansion.mx/expansion/2010/02/23/viva-la-clase-media

 

DEFINICIÓN ACTUAL DE CLASES:

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) presentó en 2014 el Programa de Protección al Consumidor 2013-2018, en el cual dividió a la población mexicana (120 millones de personas) en 6 clases sociales determinadas por sus “funciones, costumbres, situación económica y de poder”, con el fin estudiar el perfil del consumidor actual.

 

Las clases sociales definidas por el estudio son:

1-Baja Baja: Este rubro representa el 35% de la población mexicana, es decir 39 millones 317,788 personas.

¿Quiénes la componen? Trabajadores temporales, inmigrantes, comerciantes informales, desempleados y gente que vive de la asistencia social.

 

2-Baja Alta: Constituye el segundo grueso poblacional, está conformada por la “fuerza física de la sociedad” que realizan “arduos trabajos a cambio de un ingreso ligeramente superior al mínimo”. El estudio contempla dentro de esta clase a 28 millones 084,134 personas, es decir el 25% de la población nacional.

¿Quiénes la componen? Obreros y campesinos.

 

3-Media Baja: La tercera clase social se compone por el 20% de la población, es decir 22 millones 467,307 personas, de las cuales el programa nacional aclara que sus ingresos “no son muy sustanciosos pero son estables”.

¿Quiénes la componen? Oficinistas, técnicos supervisores y artesanos calificados. 

 

4-Media Alta: La segunda clase considerada “media” contempla al 14% de la población nacional (15 millones 727, 115 personas) e incluye a quienes cuentan con buenos salarios e ingresos económicos estables.

¿Quiénes la componen? "Hombres de negocios y profesionales que han triunfado”.

 

5-Alta Baja: La quinta clase deja de considerar personas para integrar “familias” que tienen ingresos económicos “cuantiosos y muy estables”; constituyen el 5% de la población nacional, es decir unas 5 millones 616,826 personas.

¿Quiénes la componen? "Familias que son ricas pero de pocas generaciones atrás”.

 

6-Alta Alta: La última clase, la más alta, está compuesta por “antiguas familias ricas” prominentes durante varias generaciones, menciona el programa. Integra a cerca de 1 millón 123,365 personas, es decir el 1% de la población.

¿Quiénes la componen? "Antiguas familias ricas que durante varias generaciones han sido prominentes y cuya fortuna es tan añeja que se ha olvidado cuándo y cómo la obtuvieron".

VENTAJAS DE TENER MÁS CLASES MEDIAS:

Una nación con una clase media en ciclo ascendente tiene motivos para hacer cuentas alegres: un mercado interno al alza y un enorme potencial de cambio social. Impulsa el surgimiento de Pymes e invierte en educación y bienes culturales. 

Una clase media a la baja provoca el efecto contrario. Disminuye el consumo y la inversión y otras cosas. Más allá de los efectos económicos, se pone en marcha un círculo vicioso: una clase media deprimida es más propensa a favorecer respuestas gubernamentales de corte autoritario.

ANTECEDENTES DE ADELGAZAMIENTO: 

En el año 2006, en México había 13.1 millones de hogares que cabían en la categoría de clase media. El total había caído a 11.8 millones para 2008. Las cuentas son de la consultora GEA y no incluyen el efecto de la crisis internacional de EUA, que estalló con la quiebra de Lehman Brothers. “El nuevo número podría quedar en torno a los 10.5 millones”.

Adelgazamiento de la clase media, le llaman algunos, pero las estadísticas no están para eufemismos. Estamos ante algo mucho más drástico. Son más de dos millones de hogares que salieron de la categoría en cuatro años. 

Nos encontramos en una sociedad en evolución. La clase media ya no es lo que era. Una generación atrás era la encarnación de la estabilidad. Ahora son el eslabón más débil de la cadena y sinónimo de vulnerabilidad.

La clase media era la mitad de los 26 millones de hogares mexicanos. Ahora es menos de 40%. México no tiene una política de promoción de una clase media y eso explica muchas cosas. 

Del descenso registrado en el último cuatrienio, varias sin las causas, una de las principales se determina por laprecarización laboral; las dificultades crecientes de los micro y pequeños negocios y la presión fiscal.

Fuente: http://expansion.mx/expansion/2010/02/23/viva-la-clase-media

16 de cada 100 personas pertenecientes a la clase media mexicana experimentaron entre 2002 y 2012 una reducción considerable de sus ingresos. Este grupo está ahora vulnerable y en riesgo de caer en la pobreza, indicó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En el Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016, el PNUD indica que la clase media mexicana -aquellas personas con ingresos de entre 10 y 50 dólares diarios - llegó a ser en 2012 equivalente al 27.2% de la población (33.2 millones de mexicanos), un porcentaje sustancialmente inferior al promedio de la región latinoamericana, en donde en la década de 2003 a 2013 se llegó a 34.6% de la población.

En contraste, la población en vulnerabilidad o en riesgo de caer en pobreza (compuesta por las personas cuyo ingreso ronda entre 4 y 10 dólares diarios) en México aumentó en esa década un 6% hasta un total de 43.1% de la población. A este grupo, dice el PNUD, oficialmente no se le considera "pobres", pero tampoco se le puede llamar clase media, y es un conjunto demográfico que en el resto de América Latina es significativamente menor (un 38.4% del total).

De acuerdo con el propio PNUD, de los 17 indicadores de progreso social y laboral que toma en cuenta el PNUD para estimar la pobreza, México tuvo un desempeño menor al esperado en 11 y peor que lo esperado en 4. México ha fracasado en la reducción de jóvenes que ni estudian ni trabajan (ninis); el agotamiento de los recursos naturales; la mejora en el saneamiento y la vulnerabilidad del empleo.

Según George Gray Molina, economista principal del PNUD para América Latina y uno de los autores del Informe, existen cuatro claves que amortiguan la caída de las personas en la pobreza: el acceso a los sistemas de protección social; el acceso a activos o bienes; las políticas de cuidado de niños, ancianos y enfermos; y el acceso al mercado laboral.

Fuente: http://www.economiahoy.mx/economia-eAm-mexico/noticias/7978327/11/16/La-clase-media-mexicana-se-redujo-un-16-en-una-decada-PNUD.html

El informe apunta que son los llamados "shocks" en los ciclos de vida de las personas, como una muerte en la familia, enfermedades graves o la pérdida del empleo, los principales puntos de inflexión que determinan que la gente vulnerable caiga en situación de pobreza. De allí la importancia de la protección social y la creación de empleo formal para reducir el riesgo de empobrecimiento.

Informalidad y machismo en México

El acceso a la protección social es uno de los aspectos en los que México presenta un mayor rezago. Esto se hace evidente al observar que el 52% de la población ocupada está en la informalidad, con lo cual no percibe las prestaciones de ley (atención sanitaria del IMSS o ISSSTE, ahorro para el retiro e Infonavit). "La informalidad forma parte del perfil de la población vulnerable en México" indicó el investigador, y señaló que, en comparación, la informalidad en América Latina promedia un 30% de la población ocupada.

A esto hay que agregar las enormes brechas de género que padecen las mujeres mexicanas "es el indicador que más salta a la vista" en nuestro país, dijo Gray, ya que las mexicanas participan un 30% menos en el mercado laboral que los hombres, la brecha laboral más alta de toda América Latina.

Esta enorme diferencia, dijo el economista, es consecuencia de la falta de sistemas de cuidado y el arraigado machismo en nuestro país.

Por otra parte, los hombres latinoamericanos dedican 3 veces menos tiempo que las mujeres a temas de cuidado, mientras que en México la tasa es de 2 veces menos que las mujeres. No obstante, entre las mexicanas con estudios universitarios los salarios son un 18% inferiores que los de los hombres profesionistas.

En este punto, resulta revelador que, según cifras de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), 1 de cada 4 mujeres son atendidas por algún programa gubernamental de apoyo o subsidio como "Prospera" o el Seguro Popular.

En cuanto a la protección social, México está especialmente rezagado en la cobertura de pensiones. Debido a la alta informalidad, sólo el 33% de la población ocupada tiene acceso al ahorro para el retiro, mientras que el promedio en América Latina es de 56% y en algunos países existe cobertura total.

Las políticas fiscales también han incidido en la vulnerabilidad económica de las poblaciones a partir de 2013. "Los estados también pueden empobrecer", dijo Gray, mediante los impuestos que establecen a la gente. El PNUD calcula que existe un "punto ciego fiscal" en toda la región, es decir, un grupo al que los impuestos directos e indirectos les perjudican en lugar de beneficiarles. Si bien el primer decil de la población (el 10% con los ingresos más bajos) sí son beneficiarios de apoyos gubernamentales, a partir del segundo y hasta el quinto decil la presión fiscal está significativamente acentuada.

LA POLARIZACIÓN COMO MÉTODO DE MEDICIÓN DE CLASES:

A partir de la década de 1980, diversos trabajos analizaron el fenómeno de reducción de la clase media en Estados Unidos, con el crecimiento de los extremos de la distribución del ingreso (Kuttner, 1983; Thurow, 1984; Rosenthal, 1985, Davis y Huston, 1992). Sin embargo, Wolfson (1994) y Esteban y Ray (1994) mostraron que la realización del análisis por medio de medidas de desigualdad tradicionales era insufIciente para la comprensión adecuada del fenómeno, haciendo necesaria la utilización de otros índices que permitieran captar apropiadamente la disminución de la clase media. 

El problema de las medidas de desigualdad tradicionales, como los índices de Gini y de Theil es que ellas podrían no captar el movimiento de aglutinación de los individuos de una muestra en algunos grupos, formando polos en la distribución del ingreso, tal como había ilustrado; para los casos de México y Brasil, Aguilar (1998). 

En ese sentido, los trabajos pioneros de Wolfson (1994) y del influyente Ray Debraj (Esteban y Debraj, 1994) desarrollaron medidas llamadas índices de polarización que captan la formación de polos en la distribución del ingreso.

La importancia de estudiar medidas de polarización consiste en ilustrar, con rigor, el fenómeno de reducción de la clase media. Para analizar la formación de polos, los estudios de polarización dividen la sociedad en grupos de tal forma que algún atributo (ingreso, sexo, escolaridad, región, entre otros) dentro de los grupos sea similar. 

Analizando las características al interior de esas clases sociales, habría un sentimiento de identificación entre las personas de un mismo grupo y alienación en relación a los miembros de los demás grupos.

Fuente: http://www.redalyc.org/pdf/280/28026467011.pdf

CASO MEXICANO PIERDE CLASES MEDIAS:

México es uno de los países con mayor desigualdad en la distribución del ingreso, con un índice de Gini de 0.54 y que más del 53.9% de su población vive debajo de la línea de pobreza (Aguilar, 2009). Más allá de la argumentación deductiva que concluye que la clase media viene disminuyendo de tamaño en las últimas décadas en México, no hay hasta ahora ningún intento de definir de manera formal y no ad hoc las personas que forman parte de esa clase para verificar si el referido problema está realmente ocurriendo.

Ante fenómenos de crisis económicas resulta relevante para un investigador contar con una herramienta de análisis que permita, de manera no arbitraria, cuantificar la evolución de las clases sociales en una nación. Esta es la aportación metodológica que generaron Esteban et al. (2007) por medio de estudios estadísticos sobre los polos sociales.

Para resolver el problema de cómo dividir la sociedad de acuerdo con grupos o clases de ingreso, Esteban et al. (2007) propusieron una extensión de la medida presentada por Esteban y Ray (1994). 

A grandes rasgos la idea es que al tratar a los individuos de un mismo grupo de forma homogénea, es decir, como si tuvieran el mismo ingreso, estamos cometiendo un grave error de aproximación. 

Obviamente, el error será menor cuanto más parecidos sean los integrantes de una clase o grupo social entre sí. La idea es, entonces, deducir de (1) ese error, de modo que la medida de polarización propuesta por los autores está dada ahora por:

P( f ,a, b) = P(p, y)- be (2) donde P(p,y) es la medida de polarización desarrollada por Esteban y Ray (1994) y e es el error de aproximación cometido. El parámetro b mide el peso que atribuimos al error de medida y es seleccionado de forma ad oc por el investigador.

Al comparar los resultados que tuvimos para México con los de Esteban et al. (2007) para los Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Canadá y Suecia, queda claro el motivo por el cual la polarización es mucho mayor en México que en esos países. La distancia entre el ingreso promedio de los dife- rentes grupos sociales es sensiblemente mayor en el caso mexicano.

Por otro lado, México viene gradualmente reduciendo el tamaño relativo de su clase media, en favor de la clase pobre. En otras palabras, contingentes grandes de personas que anteriormente formaban parte de la clase media, han ido moviéndose hacia los segmentos de la clase pobre. Así, concluimos que el comentado fenómeno de desaparición de la clase media (que se verifica en los países desarrollados) también se viene presentando en México.

Otro elemento importante de esta investigación fue lograr definir de modo no arbitrario el valor de ingreso que separa a las clases sociales. Esta información es relevante con fines de políticas públicas. Por ejemplo, el gobierno puede estar adoptando políticas sociales cuyo objetivo teórico sea ayudar a las familias más pobres, pero esos apoyos acaban siendo muchas veces otorgados (por lo menos en parte) a familias de la clase media. Los datos aquí presentados contribuyen con fines del diseño de una política pública eficiente para delimitar, de manera objetiva, los universos de atención de los programas sociales.

Fuente: http://www.redalyc.org/pdf/280/28026467011.pdf

CASO CONTRARIO CLASES MEDIAS CRECEN EN EUA: 

Quienes se colocan en la clase media-media (o mejor conocida como clase media regular) se redujo de 38.8 a 32 por ciento en el mismo período de comparación. Este grupo se caracteriza por un ingreso anual en el hogar (ingresos de sus miembros combinados), de entre $50,000 y $99,999.

Los datos, según el reporte, pueden ser leídos en formas incluso contrastantes. Por un lado, esta imagen de una mayor clase media alta, supone que una mayor proporción de residentes de EUA se encuentran percibiendo mayores ingresos, beneficiados por el desarrollo económico que se ha registrado en los tiempos modernos.

Por otro lado, mientras mejor condición tenga un individuo, supone que sus ingresos crecieron significativamente, lo cual significa también que quienes se encuentran en los grupos de clase media alta y superior, se han beneficiado en mayor medida del crecimiento económico, y no así quienes se ubican en las clases media-media, media-baja y entre las clase más pobres.

Fuente: http://elminnesotadehoy.com/estudio-desaparicion-de-clase-media-es-porque-la-gente-es-mas-rica-no-mas-pobre/

 

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).

Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.

Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.

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