Independientemente de lo que se pueda decir al r4especto, los tamaulipecos sabemos que es un  hecho que habrá aumento en los precios del transporte público, como resultado de la negativa política económica instrumentada en una nación enojada, agraviada y mal atendida por sus autoridades.

Los transportistas se quejan de muchas cosas: insisten en que la infraestructura vial es deficiente y provoca que sus unidades tengan más daño que el normal, aunado a la falta de precaución y mantenimiento de quienes se ostentan como choferes y que muchas veces son unos cafres que no tienen idea de cómo tratar al usuario. El caso es que hay motivos justificados, aunque no aceptados, para solicitar e inclusive, siendo honestos, obtener un aumento en las tarifas del transporte.

Y en ese tenor, ha habido ya reuniones entre autoridades del gobierno de Tamaulipas y concesionarios, a fin de ponerse de acuerdo en los precios que deberán cobrar a la voz de “ya”. Algunos grupos sociales se quejan y condenan esta posible alza, calificando de voraces a los transportistas.

Sin estar de acuerdo con ellos y su forma de manejar sus negocios –y sus unidades, convertidas muchas veces en ataúdes rodantes- entendemos que la escalada inflacionaria alcanzará a todo ciudadanos, incluidos ellos, es decir, el aumento está latente porque todo estará más caro, y no hablamos únicamente de los combustibles, sino también de insumos como refacciones y más, que cuestan más y se espera que durante los primeros tres meses del año se incrementen aún más.

El subsecretario de Transporte Público del gobierno de Tamaulipas William Knight Corripio sostuvo ya las primeras reuniones en las que ha escuchado las inquietudes de los concesionarios del transporte, en un esfuerzo por llegar al acuerdo más justo en todos sentidos, no digamos que beneficie a uno u otro lado, sino que afecte lo menos posible a todos, toda vez que no hay mejor acuerdo que el actual, porque el que saldrá perdiendo será, como siempre sucede, el usuario.

Knight Corripio se ha convertido en el receptor de las inquietudes de este grupo de personas que nos ofrecen un servicio, que malo, bueno o pésimo, está ahí y es lo que nos mueve a un gran número de tamaulipecos en todos los rincones de la entidad.

Y sería incongruente no entender lo que piden ellos, aunque podríamos pensar en que los usuarios siempre hemos pedido un servicio equitativo, justo y eficiente, y no que nos muevan como rese3s en cajón, y que tengan las consideraciones necesarias.

Hace falta que respeten las paradas, porque son amantes de parar donde sea con tal de subir a una persona más: no respetan señalamientos, límites de velocidad y muchas cosas más.

Actualmente las peseras cobran 9 pesos y a estudiantes y personas de la tercera edad 6 pesos. Algunos han pedido que se quite el subsidio a estudiantes, pero es algo que realmente ayuda a las familias, principalmente, las de escasos recursos económicos. No se puede quitar porque desencadenaría un grave problema para todos.

Y la autoridad tiene un trabajo poco fácil, porque habrá de consensar una opinión que no afecte tanto la economía de los tamaulipecos, que nos permita seguir haciendo rendir el salario que tenemos, y que sea también justa para los que nos ofrecen el servicio.

Hay trabajo que se debe hacer, como un verdadero estudio que nos lleve a pensar en la justicia para todos, eficiencia en todos sentidos y que, la autoridad competente, vigile su complimiento, y que quien no se adapte al mismo, sean transportistas, choferes, autoridades o los mismos usuarios, obtengan la medida de ajuste necesaria.

Ojalá pronto tengamos noticias al respecto, y que no lastimen más la economía de los tamaulipecos, que aquí si es afectar al sector más marginado, por donde lo podamos ver.

La decisión será de todos, y el resultado, para todos, pues.

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.