Hay muchas opiniones sobre cualquie4 tema, sin embargo, como miembros de una sociedad tenemos que  entender que las cosas tienen una forma de llevarse a cabo, y que no podemos violentar el llamado “estado de derecho”, aunque pensemos que es ilegal o porque no nos favorece.

No siempre tenemos la razón, y eso debemos asimilarlo: no hacerlo implica rebajarnos a ignorantes, cerrados o torpes individuos que no entendemos de democracia o legalidad más que una opinión favorable a nosotros.

No siempre es así, y para muestra, un claro botón de lo que se vive en la localidad y que afecta a cientos –miles- de tamaulipecos: la cerrazón por observar las decisiones ajustadas a un estado de derecho que ha tomado el Patronato Universitario, en aras de devolver la tranquilidad a la Universidad Autónoma de Tamaulipas, y que ha sido violentada por un grupo de extrabajadores que no han entendido que ya están fuera, y que los procesos legales y judiciales en su contra tienen un sustento formulado en base a situaciones amparadas por la ley.

La ley, insistimos, es producto de ordenamientos establecidos, y que muchas veces no nos favorecen, pero eso no implica que no sean legales.

Pueden no ser agradables, pero legales, ni quien lo dude.

Fastidiados estamos de las “guerritas” por redes sociales que un grupo de muchachos azuzados por ex dirigentes “universitarios” hacen hoy en día, amenazando a la directora en funciones de la Unidad de Trabajo Social; a los muchachos los mandan a amenazar y ellos, los artífices o autores “intelectuales” se esconden, asumiendo que no tienen nada de intelectuales, porque de ser así, ya habrían entendido que están fuera y que deben dar gracias a Dios que aún no los han apresado por los delitos que han cometido.

Y el peor delito que siguen cometiendo es involucrar a los estudiantes, haciéndoles creer que tienen ellos la razón absoluta, desconociendo todo ordenamiento legal; hay que entender que si son maestros los que no saben de leyes y legalidad, ¡qué orientación pueden dar en las aulas!

La maestra Myrna Maribel Medrano ha sido amenazada con pancartas que circulan en las páginas de Facebook de los simpatizantes del otrora poderoso “Grupo Azul”, en una muestra más de la irracionalidad e ilegalidad. Como la maestra Medrano, muchos hemos sido amenazados por los compinches del porro mayor del grupo Azul, y hemos tenido que alejarnos del asunto por seguridad de los nuestros. Pero no podemos dejar que lo anterior siga creciendo.

Hacemos votos porque se imponga la ley y el orden en la UAT, que saquen a todos esos revoltosos y sus compinches que siguen azuzando, que quiten de la cátedra a los y las simpatizantes del grupo cuya capacidad académica es prácticamente nula, su perfil y grado académico no son suficientes, y que den paso a verdaderos profesores, que sí los hay.

Habíamos permanecido ajenos al tema, pero cansa ver tanta irregularidad. Pedimos a las autoridades universitarias hagan prevalecer cuanto antes la ley, y pongan en la calle a este grupo de revoltosos: que procedan a interponer las demandas correspondientes para que la ley los ubique en la celda que les corresponda, que dejen su lugar laboral a los que quieren trabajar, y que cesen las amenazas a otros que hemos tenido simpatía por gente no afín a ellos.

Para el porro mayor, quien no cede a sus distorsionados caprichos o depravadas ideas es un enemigo. Malo su pensamiento, pero más malo de quienes no se han dado cuenta que el individuo ya no forma parte de la UAT y que fue separado en forma totalmente legal, al igual que sus dos más cercanos cómplices, y la guillotina aplicará a todos los que se ha comportado ilegalmente.

No permitir que Myrna Maribel tome posesión es violentar la ley, y la violentan los delincuentes.

Y para los delincuentes, pedimos todo el peso de la ley, que se aplique con todo su rigor, y dejen de enajenar a los pobres muchachos que, dentro de su ilusa ignorancia han caído en la provocación que ha hecho ese porro y sus compinches, que es el delito mayor: contaminar de odio y corrupción a la juventud.

No podemos permitir eso, y la autoridad lo sabe. Hora de actuar con energía, pues.

Comentarios: columna.entre.nos@gmail.com

Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.