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Y ¿Dónde quedó la Cheyenne apa?

Por: David Vallejo El Día Martes 13 de Diciembre del 2016 a las 19:00

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Consejo: La planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes. P. Drucker

Hoy en día esta tan de moda el concepto Posverdad al grado que el diccionario Oxford la eligió como la palabra del año con el argumento de que su uso aumentó en un 2000% más con respecto al 2015. ¿Qué significa? Según el mismo medio " lo relativo a circunstancias en las que hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que la apelación a la emoción y a la creencia personal". Es decir, viene a definir el que algo que aparenta ser verdad es más importante que la propia verdad. Si bien el término se puso de moda gracias a cientos o quizás miles de comentarios de columnistas y/o editoriales que lo han estado utilizando para señalar el modo de hacer política de Donald Trump en nuestro país debería estarlo desde hace mucho tiempo.

La democracia en México se ha fortalecido con una mayor competencia electoral; con el fortalecimiento y el surgimiento de instituciones; y sobre todo, con un mayor respeto al Estado de Derecho por parte de un gobierno que tiene necesidad de legitimarse ante una sociedad más exigente que todo lo ve, todo lo escucha. La transición llegó, sin embargo la percepción de la democracia y de nuestras instituciones está por los suelos. La culpa es de todos, en regímenes no autoritarios como el nuestro, los políticos no son de Marte y son más bien el producto de la sociedad que los elige. Sociedades donde el consumismo y el individualismo son los ingredientes necesarios para que el marketing sea más efectivo sacando de la ecuación a la ética y vendiendo esperanzas falsas a los descontentos que están esperanzados en creer lo que sea.

La campaña Trump ha puesto en jaque una serie de paradigmas entre ellos, el poder de los medios de comunicación tradicional como lo expresara claramente el periodista Antonio Navalon en cuanto a que estos se han visto obligados a entonar el mea culpa de la soberbia. Señala que "No nos dimos cuenta de que McLuhan murió hace mucho tiempo y de que el medio ya no es el mensaje, ahora el medio y el mensaje son las personas: cada individuo tiene capacidad de opinar y es, en sí mismo, un elemento distorsionante de la comunidad de los medios de comunicación tradicionales".

Muchos han puesto a los medios de comunicación en el centro el debate, principalmente a las redes sociales. Incluso hay quienes proponen que existan algoritmos para que la información sea sometida a nuevos controles. Si bien, la reiterada mentira en la política se utiliza de manera intensa ante la pasividad o complicidad mediática, el origen del problema está en la sociedad y en los políticos que emergen de esta.  La crisis del sistema político está en la institucionalización del hábito de mentir. Los políticos tienen una responsabilidad especial respecto al bien común y deben saber que si mienten. Espero que la verdad los alcance y se los echare en cara ante el daño hecho a la democracia. Alexander Pope decía "El que dice una mentira no sabe que tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener con certeza la primera" lo cual se complementa con lo expresado por Abraham Lincoln "Se puede engañar a algunos  todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos, todo el tiempo".

Los políticos también deben saber que tienen la opción de saber cuándo, dónde y cómo hablar o guardar silencio.  Winston Churchill decía "A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada". Sin embargo, hoy en día sus dietas son altas en mentiras y en verdades a medias, se encuentran con dolores abdominales y agruras ante el peso de sus conciencias y aún no existen pastillas de ética política efervescentes para la congruencia entre lo que se piensa, se dice y se hace. 

Se imagina un país donde los partidos políticos aceptaran que cayeron en la tentación de jugar a ganar por ganar porque lo que interesa es el poder sobre y pese a todo dejando de lado su razón de ser como captadores y articuladores de necesidades; alentadores y movilizadores de los ciudadanos; y sobre todo, defensores de la democracia, el bien común y el estado de derecho. Que aceptaran la competencia de manera responsable y no buscaran permanentemente los vacios legales o incluso la demagogia para sacar ventaja. Que asumieran un compromiso de fortalecer la democracia, fortaleciendo la confianza ciudadana hablando siempre con la verdad. Que aceptaran que el combate a la corrupción no sólo es una bandera propagandística y que actuaran en consecuencia asumiendo el costo que implique. Que más allá de sus intereses muy particulares se unieran para hacer frente a los grandes retos que vivimos hoy en día. Que convocaran a la sociedad en general a trabajar de manera inteligente y articulada en redefinir el pacto social que requerimos para enderezar el rumbo de un país con crecimiento estancado, pobreza, inequidad y violencia. Que enarbolen sus principios y sean congruentes, o bien que hagan un alto en el camino para dilucidar qué historia y que proyecto suscriben socializándolo con responsabilidad.

Por otra parte, que los aspirantes fueran transparentes en cuanto a su pasado y deseos futuros. Que tampoco inventen riesgos, peligros y mafias como mero discurso atractivo para convencer. Que para diferenciarse tengan plataformas y propuestas claras y no lo hagan abonando al morbo de los señalamientos y acusaciones propagandísticas. ¿Se imagina? ¿Y la nieve con popote? y ¿La cheyenne apa?

Si es complicado que los políticos hagan su parte, porque no pensar en que nosotros hagamos la nuestra. Porque en lugar de satanizar las redes sociales no las exorcizamos para generar un conocimiento colaborativo o incluso para llevar a cabo propuestas muy puntuales como la elaborada por el francés Pierre Rosanvallon en su libro El Parlamento de los Invisibles en el que propone un proyecto web participativo, equivalente a un parlamento invisible basado en la interacción y el intercambio para dar respuesta a las necesidades ciudadanas y sobre todo para que las voces de todos sean escuchadas.

Actualmente en nuestro continente ya existe una versión de prueba del software Democracia OS que es un espacio online para la deliberación y votación de propuestas políticas, incluso en Argentina y Chile  existe algo que se llama el Partido de la Red que fue creado por fundadores de empresas de tecnología que idearon un esquema hibrido de democracia directa electrónica y representativa.

Otra opción sería reflexionar en torno a mecanismos que permitan sancionar la demagogia. Porque no pensar en que los partidos políticos y los gobernantes que incumplan con un porcentaje de sus plataformas políticas y propuestas de campaña sin una causa justificada puedan ser castigados con una sanción económica por incumplimiento, inhabilitación y/o incluso establecer leyendas en la publicidad que se presente en caso de que los indiciados vuelvan a tener la pretensión de contender a un cargo público. Es decir, incluir leyendas de "este candidato cumplió con el 50% de lo que prometió en campaña en su anterior cargo como diputado local". O incluso, evitar que aquellos que no cumplan con un porcentaje considerable no tengan la posibilidad de tener publicidad oficial subsidiada con recursos públicos. Si bien, una propuesta como esta puede significar un límite a la libertad de expresión, seguramente puede haber mucho más alternativas que valdría la pena que las ONG´s y los estudiosos de la política propusieran.

No hablo de política sin lucha, sin polémica y sin debate, esta es normal en sociedades donde la libertad genera pluralidad de ideas. Sin embargo esa lucha debe ser precisamente de ideas y verdades que emocionen, no solo del señalamiento que genere enojo, de pronunciaciones e imágenes que capten la atención y de mentiras que desearíamos fueran verdades.

Ojala todos pensemos en el futuro de nuestras decisiones y hagamos lo que nos corresponde para que el próximo año la palabra seleccionada por la palabra Oxford sea congruencia.

Placer culposo: Para motivarse un poco es bueno saber que no es tan malo equivocarse. Así lo demostró Patti Smith durante el reconocimiento a Bob Dylan en la entrega de los premios nobel 2016. El video en https://m.youtube.com/watch?v=DVXQaOhpfJU

Si te llamo la atención eso del partido de la red, te invito a que veas https://m.youtube.com/watch?v=2yIBnaMutuA o si de plano estas muy interesado, checa https://m.youtube.com/watch?v=fOn2IIpj7iY

David Vallejo

Nació en Tampico, Tamaulipas en 1979.  Es licenciado en Ciencia Política y Administración Pública por la UDEM, cuenta con maestrías en Política y Gobierno por el Colegio de Tamaulipas y Administración Pública por el INAP - IOUG. Actualmente estudia la maestría en Comunicación política y Gobernanza y es doctorando en Ciencias Sociales. Ha sido funcionario y profesor, comprometido con la buena política y la naturaleza, hombre de familia, melómano y lector.

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