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Don Andrés Manuel y sus chairos

Por: Marco Antonio Torres El Día Lunes 12 de Diciembre del 2016 a las 22:29

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Cuando la vida te lleva por caminos insospechados, haces hasta lo imposible por concentrarte pidiendo al Creador no equivocarte.

Pues no es que tu carrera este en juego, sino -más bien- tu honor, tu nombre y apellidos juntos.

Y usas hasta lo último de tus reservas para hacer las cosas bien.

Evidentemente eso le pasó al alcalde de El Mante, Juan Francisco Leal Guerra, quien digámoslo así, en las postrimerías de su vida productiva recibió del cielo la oportunidad de gobernar El Mante, un municipio joven que requería de ideas igualmente frescas.

A sus 73 años de edad, el alcalde Juan Francisco Leal Guerra asumió el más caro de sus sueños, gobernar su pueblo adoptivo.

Con ideas que cualquier joven envidiaría,  el alcalde -salido de las siglas PAN- está dando mucho de qué hablar con su atingente, oportuna y dinámica forma de gobernar.

Es un alcalde cibernético pues leyó con exactitud que Internet es penetrar a mente y raciocinio de un pueblo.

Donde aprendió esto el alcalde?

Quizá en ninguna parte. Fue parte de su natural intuición.

Hoy el alcalde de autoimpone una rígida y estricta agenda diaria, tan fuerte que el más joven de los políticos tendría temor cumplirla.

Pasemos a otro tema.

Andrés Manuel López Obrador es un fenómeno difícil de describir.

Muchos quieren verlo muerto políticamente hablando, pero esos sus críticos acedos aparentemente tendrán que tragarse sus malos deseos.

AMLO sigue vivo,  más vivo que nunca.

Y hoy más que nunca está preparado para conquistar por fin la presidencia de la República.

Sus contra-chairos, sus críticos gratuitos,  gran parte de ellos provenientes del oficialismo panista o priista, dicen que le ha llegado su hora de jubilarse y pensionarse.

E irse de una buena vez a la chingada, un rancho que el mismo posee, y del cual a veces hace mofa él mismo con su peculiar negro humor, acaso humor gris parecido al que tenía -cuando fue presidente de la República- Ernesto Zedillo Ponce de León.

Es un cierto tufillo a chiste aunque dicho con desgano, con bastante desgano.

El término adecuado es 'jocoso', que aterrizado a la realidad significa simplemente: 'malo para contar chistes'.

Así es Andrés Manuel.

Sus chistes causan poca gracia pero tienen una particularidad,  aunque pasen mil años sus simpatizantes siguen y seguirán siempre festejándolos.

Los contras de AMLO no siempre usan la honestidad para criticar al fenómeno de Macuspana, Tabasco, que ha mantenido a raya a PRI y a PAN en los últimos doce años.

Por lo general prefieren omitir que Amlo ha sabido luchar férreamente contra un sistema corrupto (PRI y PAN) al que no le importó ser inmoral y juntos confabulados, uno y otro partido político, se unieron en su contra en los años 2006 y 2012 para quitarle sendas victorias.

A Andrés Manuel no le importan las multitudes.

De hecho no recurre a ellas. No le interesa impresionar a nadie.

Ni antes fue así, ahora mucho menos.

Al señor Andrés le interesan más las plazas chicas.

En plazas grandes como Nuevo Laredo y Victoria reúne -a lo mucho- a unos 700 aplaudidores.

Y casi siempre son los mismos que fueron en la anterior visita.

En plazas medianas apenas junta 130 como en Ciudad Mante.

Hay dos ex priistas tamaulipecos, uno de la vieja Guardia y otro de la nueva, Américo Villarreal Anaya y Eduardo Abraham Gattas Báez, que acaban de aliarse a Andrés Manuel y están preparando terreno para la guerra.

La guerra madre,  la mejor de las guerras, el gran Armagedon, la batalla electoral del año 2018, donde con certeza va como candidato presidencial por tercera vez.

AMLO está acostumbrado a darle de comer a sus contra-chairos, a sus atacantes por consigna.

Los cocorea. Los enciende.

Lo más impresionante del tabasqueño es que aunque no llena plazas, el dia de la elección llega a sacar millones de votos a su favor.

Dos veces ha estado a punto de ganar, una vez a Felipe Calderón y otra vez a Enrique Peña Nieto.

En ambas ocasiones lo robaron por chapuceros.

Pero ni eso provoca que sus ganas de gobernar México se esfumen.

Marco Antonio Torres de León

Estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en CUTM, laboró en diarios como El Sol de San Luis. Inició en el diario La Opinión de Matamoros como reportero de deportes. Posteriormente trabajó como reportero de información general en Expreso de Mante en 1999, en Noticias del Sur (hoy Cinco Noticias, El Signo de Mante, El Matutino)

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