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Cuba entre dos dictadores, Fidel y Donald Trump

Por: Marco Antonio Torres El Día Domingo 27 de Noviembre del 2016 a las 22:27

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La muerte de FIDEL CASTRO RUZ causó enorme regocijo en una colonia cubana estadounidense de más de 6 millones que hace 50 años tuvo que salir del país, huyendo.

Esa colonia cubana en Estados Unidos salió huyendo de la pobreza y de la cárcel a donde el dictador enviaba a todo individuo u voz rebelde que osaba arengar contra los principios de la Revolución.

Y Fidel Castro representaba a esa Revolución.

Todo eso, es parte de una historia real. Y la admitimos como cierta, como histórica y verdadera.

Pero también es real otra gran verdad de los cubanos-norteamericanos, ser tan permisivos con otro dictador, DONALD TRUMP, a la sazón hoy presidente electo de los Estados Unidos.

Es decir, los cubanos norteamericanos están en una paradoja, odian a un dictador, pero están de plácemes en dar la bienvenida a otro dictador, el mismo Donald Trump que los va a gobernar desde el 20 de enero de 2017.

Vayamos al tema.

Los cubanos latinos son quienes decidieron la elección estadounidense a favor de Donald Trump.
Y fueron los isleños quienes pusieron el cascabel al gato, destruyendo los sueños de la demócrata Hillary Clinton. 

Si, los cubanos que desoyeron el discurso racista y xenófobo de Donald Trump, y que están posicionados territorialmente del norte y sur de La Florida, fueron fieles de la balanza entre Clinton y Trump.

Muy a pesar al discurso de odio de Trump, contra latinos, a quienes considera una carga innecesaria dentro de la sociedad estadounidense anglosajona.

Aquel 8 de noviembre, según consta en crónicas periodísticas, los cubanos salieron a las urnas -en hordas enteras- a votar por Trump.

¿A qué obedeció todo esto? 
Es extraño el rol que los cubanos juegan.

Porque por un lado son latinos, y por otro, parecen avergonzarse de su origen latino.
O es acaso que hay dos clases de cubanos?

Parece que sí.

Hay una clase de cubanos acomodaticios que mes tras mes reciben cheque del gobierno estadounidense, que aparentemente ya olvidaron el dolor de sus hermanos latinos y la marginación que padecen.

Para estos cubanos, vivir en Estados Unidos sí es el sueño americano, literal.

No sorprende por tanto que hayan adoptado jugar a favor de DONALD TRUMP y acogerse a la corriente trumpista enviará –en teoría- de regreso, en un proceso de repatriación masiva, a miles o a millones de indocumentados mexicanos, caribeños y centro americanos.

En plena campaña entre Trump y Clinton se viralizo en Facebook un vídeo donde un cubano vocifera en contra de las etnias latinas, llamándoles flojos, perezosos y raza inferior.

Con claro acento cubano, el hombre lanzó denuestos contra las minorías latinas. 

Recibió miles de críticas, sí, pero pudo publicar su mensaje propagandístico a favor de Donald Trump, a la postre el ganador de la elección presidencial.

Pero ¿a qué viene todo esto?

Bueno, aclaremos, viene a colación por el desprecio que los cubano-estadounidenses radicados en Miami, Florida, y que extensivamente radican en la costa Este de los Estados Unidos, por la figura de FIDEL CASTRO, muerto apenas antier.

Es pasmoso ver cómo estos cubanos defenestran a un líder llamado FIDEL CASTRO, acusado de asesino y dictador, pero exaltan la figura de otro dictador llamado DONALD TRUMP, cuyo formato ideológico es similar al del isleño.

En nombre del “Anti imperialismo Yanqui” FIDEL CASTRO mató los sueños de progreso de millones de cubanos que huyeron de su país buscando mejorar sus vidas, una vez que FIDEL CASTRO tomó el poder.

Era obvio que con 10 dólares mensuales que ganaban en Cuba jamás sobrevivirían.

Pero en nombre de un erróneo “nacionalismo” DONALD TRUMP ganó unas elecciones presidenciales, usando como bandera la expulsión de millones de latinos (entre los que se incluyen cubanos) si ganaba en las urnas.

Así pues, el doble rasero es usado por la colonia cubana estadounidense. Y en base a ese doble rasero toma sus decisiones de voto.

Por un lado aborrecen a un ‘dictador’ muerto festejando en las calles de Miami y en muchas ciudades de la costa Este.

Llaman ‘día de fiesta’ la noche del 25 de noviembre, momentos después que muere Fidel castro Ruz.

Y por otro lado salen a votar -3 semanas atrás- por otro dictador de claras tendencias  xenófobas, racistas, clasistas y a todas luces defensor de la supremacía blanca.

Por un lado odian a un dictador, pero reciben con los brazos abiertos a otro.

Las corrientes de pensamiento ideológico siempre han volado por todas las naciones.

Cierto, a FIDEL CASTRO lo rebasó el peso de sus conquistas revolucionarias cuando luchó por derrocar a FULGENCIO BATISTA desde la Sierra Maestra, Cuba, consiguiéndolo finalmente.

Pero él mismo acabó por destrozar el concepto de ‘comunismo’ constituyéndose de facto en dictador sin permitirle al pueblo que eligiera sus propios gobernantes.

Hasta hoy no existen elecciones democráticas en Cuba.

Esto llevó a la pobreza extrema a millones de cubanos post revolucionarios, que por alzar sus voces rebeldes contra el apellido Castro, cayeron en prisión, pagando culpas por alzarse contra el régimen.

En Cuba se detuvo en el tiempo desde que Fidel Castro ascendió al poder.

Los viejos edificios de La Habana vieja hasta la fecha siguen sin reconstrucción, tal como los recibió el espíritu castrista allá por 1956, tras ganar la revolución.

La antigua URSS, la vieja Unión Soviética, lo que hoy es RUSIA, le allegó enseres, fiambre, alimentos y energéticos como gas, gasolina y automotores a los isleños –durante casi 50 años- para que el pueblo no muriera de hambre.

Fidel Castro murió no como prócer, sino como un tirano y dictador.

Aunque el régimen presidencialista, demócrata y republicano estadounidense, no canta mal las rancheras.

Lástima porque en sus desviaciones se llevan entre las patas a generaciones enteras.

Hasta aquí con ese tema.

En otro orden de ideas, el presidente municipal de El Mante, JUAN FRANCISCO LEAL GUERRA ha adoptado una postura inteligente dándole más peso a su agenda de trabajo, llenándola de compromisos a grado superlativo.

Como nunca antes, el gobierno de El Mante está más cerca del pueblo, de colonos y de barrios.

Esto a decir de algunos tiene sus asegunes.

Y es entendible desde una perspectiva, desde la perspectiva del enemigo, del rival político.

Parece que solo ellos, sus enemigos políticos, tienen interés de que el presidente municipal no trabaje.

Solo los adversarios políticos de JUAN FRANCISCO LEAL GUERRA ven con malos ojos que trabaje tanto.

Imagino que lo quieren quieto, improductivo, apático, para que no abrigue esperanzas de darle –otra vez- el triunfo en las elecciones de 2018 al PAN, partido que lo llevó al poder.

Se entiende que es una guerra de estrategias e intereses.

Pero no hay interés más encantador, que el hecho de ver a un alcalde que ayuda a su pueblo, y que constantemente oye a sus críticos para ir a tapar baches, a reparar zanjas abiertas, a tapar desperfectos en las tuberías de drenaje.

Es una forma de acallar voces divergentes y molestas. ¿Cómo? Haciéndoles el bien.

Quien quiso pero no pudo ganar ni gobernar, hoy tendrá que esperar mejores tiempos, y a que la suerte lo acompañe.

Lo hemos dicho porque es verdad. El PRI está perdiendo un tiempo precioso.

El PRI está derrumbado porque no tiene ganas de crecer, ni de invertir en el que fue su pueblo.

Ejemplifiquemos.

Nada le prohíbe constituir desde su edificio local (Juárez 306) una presidencia alterna, una presidencia chiquita por así decirlo, dirigida a una clase de mantenses afiles a su ideología partidista, para organizar Jornadas multidisciplinarias que beneficien a los más pobres.

U organizar mini-mercados ambulantes por los cuatro puntos cardinales de la ciudad, que lleven beneficios a los ciudadanos. O cuando menos que beneficien a su mercado interno, a los priistas de cepa.

¡! Hagan su propia fiesta, pues!!

El PRI es un partido político y como tal, goza del derecho de uso de sus propias insignias con fines propagandísticos.

Cuestión de pedir permisos oficiales al ayuntamiento de El Mante, no creemos que el gobierno de Juan Francisco Leal Guerra se los vaya a negar.

Pero no lo hace. Quizá por miedo, quizá porque sigue atarantado, bajo los efectos del nok out.

Les dio el mal del puerco, siguen dormidos tras la tremenda borrachera que sufrieron.

Saben que en menos de 1 año ya deberán estar nombrando precandidatos a alcaldías y a diputaciones locales y federales.

Pero no se mueven, no despiertan.

El alcalde Juan Francisco Leal Guerra por su parte, no deja de aparecerse en todos los rincones de El Mante.

Aprovechan todo, fechas conmemorativas, días mundiales, días del Abogado, del doctor, del ingeniero, para estar cerca del pueblo.

Por eso decíamos, el alcalde gusta de ejercer la política de resultados, donde la fórmula tiempo-trabajo solo deje una resultante: beneficios.

Haciendo esto, la fórmula costo-beneficio da gloriosos resultados por sí sola.

Bien, hasta aquí por hoy, hasta pronto. 

Marco Antonio Torres de León

Estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en CUTM, laboró en diarios como El Sol de San Luis. Inició en el diario La Opinión de Matamoros como reportero de deportes. Posteriormente trabajó como reportero de información general en Expreso de Mante en 1999, en Noticias del Sur (hoy Cinco Noticias, El Signo de Mante, El Matutino)

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