México, (Notimex).- El cantante Carlos Rivera opina que todos los animales merecen un trato igualitario, por lo que la gente tiene que cambiar su manera de pensar y respetarlos “como si fuéramos nosotros mismos”, dijo.

Señaló que al final de cuentas son seres vivos, mientras que los humanos invadieron su hábitat, para robarlos y llevarlos a un lugar donde no pertenecen.

“Cuando empezamos a evolucionar se comenzaron a prohibir los circos sin animales, pero éstos no saben estar en su hogar natural”, declaró en entrevista.

Por esto, aplaudió que existan asociaciones como la Black Jaguar White Tiger Fundation (BJWTF), que rescata y protege a animales salvajes.

“Aquí tienen un cuidado y amor como al que ellos estaban acostumbrados, sólo que sin maltrato y sin utilizarlos para entretener, porque ellos no están para eso”, agregó.

Consideró que es muy fácil encontrar fundaciones que ayuden a perros, gatos u otros animales domésticos, pero que es difícil quienes se ocupen de los demás, que a muchos le pueden generar miedo.

“Qué más me gustaría cuidar a un león, pero no se puede, hay que tener la capacidad y un espacio, por eso es bueno que podamos aportar algo, para que sigan al cuidado de estas especies”, indicó.

Subrayó que la gente debe de entender que algunos felinos, como leones, tigres o panteras no son mascotas y que merecen estar en libertad.

Platicó que su padre trabajó en una ganadería, por lo mismo creció en un entorno rodeado de toros. “Sé todo lo que representa la corrida, los toros son los mejores animales tratados, hasta que los matan, pero yo no comparto la muerte, sino el amor con el que se les cuida”, puntualizó.

Asimismo, explicó que intervino en una figura de cerámica que actualmente está expuesta en una tienda departamental y que será subastada para recaudar fondos para la BJWTF.

Aseveró que esta pieza tiene un valor importante para él, pues aportó algo personal, ya que en los últimos cinco años se ha metido en la piel de “Simba”, en el musical “El Rey León”, tanto en España, como en México.

“Tenía que plasmar algo de mi experiencia, me documenté de todo lo que significa un león, lo importante que son ellos y el respeto que merecen; quise plasmar esa inspiración de las tribus que viven y han crecido a la par de ellos”, mencionó.

Para esto recibió ayuda de su ex maquillista Amapola Monzalvo, egresada del Centro Nacional de las Artes, con quien aporta su “granito de arena”.

“Tiene una especie de corsé, como el que yo usaba en la obra, que está pintado y en el pecho está pintado la parte del guerrero Masái”, concluyó.