(Segunda parte)

Francisco Javier García Cabeza de Vaca no se conforma con haber pasado ya a la historia de Tamaulipas como el hombre que logró la alternancia; como el militante del PAN que logró acabar con 86 años de gobiernos del PRI. No. Él quiere ahora que en la historia del Estado quede asentado su nombre como el mejor Gobernador de Tamaulipas.

Para alcanzar la meta ha dado los primeros pasos: cambió el contenido del discurso del Jefe del Poder Ejecutivo Estatal, en él ya no se dice lo que se quiere sino lo que la gente quiere escuchar; ha logrado mantener un tono de voz firme pero sereno; se ha impuesto como primera autoridad; se ha mostrado cercano a la gente y públicamente le ordena a su gente no encerrarse en sus oficinas; habla sobre las situaciones de riesgo que se presentan y anuncia que serán los ciudadanos quienes construyan el Plan Estatal de Desarrollo de su Administración.

Qué tantas, qué tan grandes y qué tan importantes serán las obras que hará en los próximos 6 años, ya lo veremos. Podrán sin embargo ser muchas, muy grandes y muy importantes pero desde ahora anótelo, si no construye y acciona una estrategia integral en materia de seguridad pública nada habrá valido la pena y al terminar su mandato pasará a ser, solo un ex Gobernador más.

Y es en ello insisto, donde el Secretario de Educación, Héctor Escobar; el Director del Instituto del Deporte, Carlos Fernández y el Director del Instituto de la Juventud, José Maron jugaran un papel decisivo pues tienen ahora la gran oportunidad y enorme responsabilidad de darle vida a el alma de la que deberá ser la estrategia integral de seguridad pública para Tamaulipas: la prevención.

Como sociedad, los tamaulipecos hemos perdido el sentido de la identidad y de la pertenencia; hemos dejado morir el espíritu de la sana convivencia y de la competencia; hemos dejado de trabajar en el presente para lograr un futuro mejor, porque simplemente ya no sabemos soñar; hemos olvidado las reglas; hemos perdido los valores; hemos dejado de respetar los límites y hemos aprendido a darnos por vencidos antes de empezar a luchar.

Rescatarnos como sociedad no será sencillo ni rápido pero definitivamente las aulas educativas y las canchas deportivas serán los mejores espacios para empezar a buscarnos.

La Secretaría de Salud que encabeza Lydia Madero y el Instituto para la Cultura y las Artes seguirán siendo un pilar pues ya lo dijo el propio Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca: “aquel niño o niña que toque un balón o un instrumento, jamás tocará un arma”.

Los más jóvenes del Gabinete Legal parecen estar preocupados y ya ocupados con la encomienda.

El Secretario de Educación, Héctor Escobar, anunció ya que respetando los lineamientos nacionales se construirá y aplicará a más tardar el próximo ciclo escolar en Tamaulipas un nuevo modelo educativo que apueste no solo por la formación académica sino también humana de niños, adolescentes y jóvenes; que abone a la reconstrucción del tejido social.

Esperemos entonces que los estudiantes vuelvan a tenerle miedo a un reporte, a un citatorio y a sacar mala conducta. Esperemos que los padres de familia sean los primeros en exigirles pero también en apoyar a los Maestros. Esperemos que el Gobierno o la Secretaría de Educación antes de exigirles a los Maestros que se ocupen de los niños o jóvenes problema, se aboquen a detectar y tratar de solucionar el problema que los aqueja; que antes de expulsarlos, cuenten con las herramientas necesarias para integrarlos.

 En materia deportiva esperemos no volver a ver a deportistas seleccionados “boteando” por las calles para poder ir a representar Tamaulipas a nivel nacional o internacional y que por el contrario, Tamaulipas vuelva a ser semillero de deportistas.

Si empezamos a apostarle menos a la guerra y más a la prevención, tal vez los adultos ya no alcanzaremos a disfrutar de los beneficios pero nos quedará la satisfacción de haber empezado el camino hacia la pacificación de nuestro Estado. Y de eso se trata, de seguir viendo el cambio para seguir creyendo.