Los que tenemos hijos y los que hemos querido estudiar sabemos de qué se trata: vemos información en el sentido de que las oficinas gestoras de becas están repletas de futuros o virtuales solicitantes, y los trámites se llevan a cabo todos los días, aunque a decir verdad, el dinero no alcanzará para cubrir la demanda existente.

Eso lo saben las autoridades, los padres y todo mundo: no hay dinero que alcance, considerando que todo está muy caro, que la inflación nos ha rebasado y que estudiar se está convirtiendo en un lujo que pocos pueden o podemos darnos.

Y hay gente que realmente requiere de estos apoyos que, para otros, son casi insignificantes; en algunos casos implican la solución al pago de peseras para ir a la escuela, y en otros, ayuda para poder mantenerse.

Se supone que los libros y útiles son proporcionados por el Estado, o así era antes, y deseamos siga siendo un apoyo para padres y estudiantes, aunque nos gustaría que hubiera un criterio para apoyos que hable de que se entreguen a quienes tienen la calidad necesaria y no a todos.

Porque hay gente que no tiene merecimientos para tener una ayuda, y quita su lugar a otros. Somos de la idea de que el gobierno debe ayudar pero no sustituir a la familia, y que las ayudas lleguen a quienes lo necesitan realmente.

Los trámites, claro que a veces cansan por las copias y todo lo que hay que certificar, pero de alguna manera la autoridad tiene que avalar que quienes serán beneficiados tengan lo necesario para acceder a los apoyos.

Reportan en Reynosa largas filas para trámite, al igual que Tampico y Victoria, y suponemos que en Matamoros es igual.

Qué bueno fuera que tuviéramos en el país lo necesario para que todos estudien con la tranquilidad que se requiere, sin tener que quebrarse los dedos por cubrir el pasaje, los útiles o los uniformes.

Y aunado a ello, las críticas de mucha, pero mucha gente que no acepta las cuotas escolares, sin entender que gracias a ellas se pagan servicios de nuestros hijos y bienes para su aseo y tranquilidad. No todo es malo en la vida. Se requiere de un pago de cuotas dado que la autoridad o cubre las necesidades en su totalidad. Por ello es importante eso.

Hay instancias estatales y federales a las que podemos recurrir, aunque algunas ya cerraron sus tiempos de trámite, pero está la opción de buscar. Bien dice la Biblia “Busca y encontrarás”, y esa debe ser la premisa de todos.

Los montos, insistimos, no son los idóneos, pero de alguna manera hay que tratar de apoyar a la mayoría de quienes desean cursar sus estudios, y debe enfocarse a esa gente que no tiene oportunidades como otros, y ahí debiera haber un sistema de selección mucho más estricto, donde ya no valgan las tarjetas firmadas de nadie, y que se otorguen en forma justa.

Finalmente, lo que haga nuestra niñez y juventud será reflejo de lo que seremos mañana, y en ese sentido hay que propiciar que los mejores se preparen para alcanzar bienestar distinto a los que tenemos hoy en día.

Que alcancen los satisfactores a cubrir las demandas de cada tiempo, y que la entidad pueda crecer en todos sentidos, de acuerdo a sus egresados.

En ese sentido, hay que aplaudir el hecho de que la Universidad Autónoma de Tamaulipas ha instrumentado nuevos estudios, acordes con las necesidades actuales de la entidad, para que sus hijos, los tamaulipecos, puedan encontrar formas de desarrollo en su tierra, egresados de su máxima casa de estudios.

Y para allá van todas las universidades en el estado, porque se requiere reorientar los estudios, pero para eso, queremos que haya más apoyos para la gente, que bien lo merece, y que será el parteaguas entre lo que somos y lo que seremos dentro de unos años.

Mientras tanto, a hacer los trámites y tener paciencia, que existe el deseo de que aya apoyos para todos… o casi todos.

Comentarios: entrenos@prodigy.net.mx

Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.