Los Ángeles, (Notimex).- Las drogas ilegales que son ingresadas a la prisión de máxima seguridad de San Quintin, considerada como una de las más vigiladas de California, mataron a seis reclusos en los últimos años, publicó hoy el diario Los Ángeles Times.

Entre 2010 y 2015 seis condenados a muertos fallecieron con niveles detectables de metanfetaminas, heroína u otras drogas en su sistema, según los registros del forense del condado de Marin, destacó el rotativo.

Dijo que esos registros llaman la atención luego de que este penal de máxima seguridad tiene medidas que impiden que cualquier droga pueda llegar a internos, ya que es una de las más vigiladas en California con una población de 747 condenados a la pena de muerte.

Señaló que los reclusos se encuentran entre los más vigilados en el estado y pasan la mayor parte de su tiempo aislados del resto del sistema penitenciario bajo fuertes medidas de seguridad con registros sin ropa y controles regulares cada media hora en busca de signos de vida.

De acuerdo con Los Ángeles Time, tres de los muertos tenían niveles tóxicos de fármacos, incluyendo uno al que en sus intestinos fueron encontrados cinco dedos de un guante de látex, cada uno lleno de metanfetamina y mariguana.

Además, un hombre de 70 años de edad, murió con toxicidad aguda de metanfetaminas y dejó un alijo de mariguana en su celda.

Informes psicológicos estatales y archivos de documentos de la corte por lo menos en el periodo citado refieren que se hospitalizaron a ocho casos de sobredosis de drogas que no fueron fatales.

El diario reseñó que la muerte de Michael Jones, uno de los internos, fue reportada como suicidio; antes en la sala de psiquiatría, se intentó estrangular con un cable eléctrico aunque fue liberado por los agentes, sin embargo, murió 10 minutos después.

El informe del forense mostró que Jones presentaba señales de abuso crónico de drogas.

Funcionarios de prisiones estatales se negaron a discutir el caso o proporcionar datos sobre los medicamentos que se encuentran en el corredor de la muerte.

Las sobredosis en la prisión reflejan el problema más grande con las drogas en el sistema penitenciario de California en su conjunto, apuntó el diario.

Refirió que de 2010 a 2015, 109 reclusos murieron de sobredosis, según cifras estatales lo que confirma que el tráfico de drogas en prisiones de California es notoriamente alto.

La tasa de mortalidad relacionada con las drogas en las prisiones de California, 18 muertes por cada 100 mil reclusos en 2013, es siete veces mayor que las cárceles en el resto del país, de acuerdo con datos de la Oficina de Estadísticas de Justicia de Estados Unidos y la oficina médica de la prisión del estado.

Los presos viven en celdas individuales y pasan la mayor parte del tiempo solos. Cada media hora, un guardia camina por comprobar que el hombre en el interior está vivo, una protección judicial contra el suicidio.

Las puertas son herméticas, por lo que es difícil deslizar una hoja de papel a través de ellos.

Pequeños grupos de hombres se les permite salir al patio bajo la supervisión de un tejadillo protector de pie armada por un par de horas, tres días a la semana y a excepción de los servicios de capilla dos veces al mes, no hay otras actividades en grupo.

Los condenados se acompañan de manera individual, en cadenas, para citas en el hospital de la prisión o una biblioteca de derecho especial reservado para ellos.

Las visitas están estrechamente monitoreadas y los visitantes pueden traer sólo puñados de monedas para que los prisioneros puedan usar en máquinas expendedoras.

Antes y después de dicho contacto, incluso con los abogados, los condenados son sometidos a registros corporales sin ropa.

Aún así, cuando se habla de los problemas de drogas en prisión en el sistema en general, funcionarios estatales citan principalmente casos de visitantes que intentan pasar contrabando de drogas.

En un caso, los funcionarios describen cómo las drogas fueron empaquetados en balones de futbol y arrojados sobre la cerca de las prisiones de mínima seguridad.