Crítico es el momento que actualmente experimentan los partidos políticos que han sufrido un revés electoral después de haber ostentado los gobiernos estatales por décadas.  La sociedad no solo evalúa negativamente el trabajo de sus gobiernos estatales, sino que actualmente TODOS los institutos políticos y su élite en el país experimentan un desgaste negativo evidente.

Es cuestión de supervivencia política realizar una evaluación para ajustar las cuestiones que han desencadenado la manifestación adversa de los ciudadanos mediante el voto. La popularidad política es un juego de percepción, y la percepción tiene relación con la reputación. Cambiar la reputación es una de las cuestiones más complicadas en la vida, de ahí nace el dicho “Haz fama y échate a dormir”. Para generar un cambio sólido, es importante erradicar tajantemente los hábitos nocivos y ser paciente, ya que los resultados serán lentos y paulatinos.

Los ciudadanos interesados en la política y los militantes de ciertos partidos, se encuentran a la expectativa. Mucho se ha hablado sobre la necesidad categórica de realizar una reestructuración al interior del partido. Los jóvenes con aspiraciones políticas lo han interpretado como un relevo generacional, siendo que las modificaciones tienen poco que ver con la edad y mucho con el perfil de los nuevos liderazgos. Por supuesto que es positivo estimular la participación de los jóvenes, pero cuando éstos representan la continuación de la mala praxis política, tendrán el mismo efecto contraproducente.

Los perfiles positivos deben de ser reconocidos por la sociedad como las personas capaces de romper los dogmas y paradigmas que actualmente generan rompimiento entre la sociedad y sus gobiernos. Por mencionar algunos ejemplos el ex presidente de Uruguay José Mujica (81 años), el ex presidente del PRD nacional Agustín Basave Benítez (58 años), el diputado local de NL Samuel García Sepúlveda y el diputado local en Jalisco, Pedro Kumamoto (26 años) solo por mencionar algunos.

Por otro lado los líderes de los distintos grupos políticos al interior del partido muestran músculo para pelear por la última posición en juego, el instituto político estatal. Apelan directamente a su “capital político” yo quisiera ver cómo funcionan esos liderazgos sin el empuje que otorgaba el gobierno Estatal y lo que esto conlleva.

Esas pugnas en el partido y en su momento en el gobierno, también representan la ambición personal por encima de los intereses sociales, un hecho que no agrada a los ciudadanos. Tiene que existir autocrítica personal, saber cuál ha sido nuestra responsabilidad dentro del fatídico resultado electoral y actuar con sacrificio y responsabilidad. Pareciera no entienden la magnitud de la coyuntura.

En artículos anteriores hemos planteado el crecimiento de la importancia del “voto funcional” (indeciso). Hoy en día basado en hechos se ha convertido en fundamental, sobre todo los partidos que han sufrido derrotas en las pasadas elecciones. Su voto duro se reducirá drásticamente al no contar con el apoyo los gobiernos estatales.

Hoy más que nunca tienen que aplicar estrategias en Marketing y Comunicación Política. Entendiendo que ésta especialidad es la encargada de conectar emocionalmente con las demandas y necesidades de los ciudadanos y no como el arte de ganar elecciones a cualquier costo. Su “target” electoral es el voto indeciso.

Regenerar la importancia que tienen las ideologías de los partidos, donde se busca acceder al poder para desarrollar una legítima vocación de servicio y no por el simple hecho de ostentar el mismo.

El futuro está signado por el interés de renovar y enriquecer los procesos del cambio, experimentar nuevas formas de hacer las cosas y reconocer nuevas visiones de cómo cambiar la realidad actual, así como hacia dónde se orientan los cambios sociales, culturales, económicos y políticos.

Cenizas de la revolución: ésos seguidores incondicionales (#meconviene) de los cuadros que luchan por la dirigencia del partido estatal, al reproducir incesantemente en sus redes sociales las notas que favorecen a sus líderes, generan un efecto perjudicial para sus objetivos. No tienen credibilidad y producen animadversión. Los gobiernos y los partidos no se tratan de la conveniencia de unos cuantos.

Sandro Cappello

Es Director de Investigación Político Sociales en Consultores y Asociados ESTATAM, con presencia en el noreste de México. Además es docente a nivel Maestría.